Capítulo 10 / El sofá de Alice.

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Arctic Monkeys sonaba desde el móvil en algún lugar de la habitación. Tristan se despertó asustado por la pesada canción y deshizo el nudo de dedos de las manos de Bradley sobre su estómago, pudiéndose girar y mirarlo de frente. Molesto por el fuerte ruido, lo movió un poco por el hombro para que despertara. Este soltó un pequeño quejido y se acurrucó más entre las sábanas blancas.

El rubio, indignado, salió de la cama haciendo contacto entre sus pies y el frío suelo. Guiándose por la canción llegó hasta el aparato y divisó una llamada entrante con el nombre de Dana en la pantalla parpadeando. 

Supuso que no estaría mal atender. Recién despertaba, su mente procesaba las cosas lentamente y lo engañaba. 

Deslizó la pantalla hacia abajo con su dedo y paso a colocar el móvil junto a su oreja. 

— ¿Hola? ¿Quién habla? —preguntó ingenuo.

—Soy Dana, la madre de Bradley. ¿Quién rayos eres tú? —dijo la mujer frustrada.

—Me llamo Tri...

Unas manos lo tomaron por sorpresa desde su espalda, haciéndolo caer y sobre él, el chico castaño, tomando su móvil y cortando la llamada.

— ¡TRISTAN! ¡¿QUÉ COJONES HACES?! —gritó en su cara el mayor con el aparato en su mano y la otra sobre el pecho del rubio.

—Y-yo solo —le asustaba un poco ver a Bradley en esa situación, gritándole, era intimidante— respondí l-la llamada.

— ¡NO DEBES HACER ESO! —continuó gritando en su cara.

— ¡Yo solo quería que se callara! ¡Tú no te moviste cuando te quise avisar! —dijo  con su rostro rojo.

— ¿Quién era?

—Tu madrastra... —respondió bajando la mirada, pero fue en vano ya que seguía con Brad sobre su cuerpo. Eso no era bueno.

— ¡¿QUÉ?! ¡OH VAMOS! ¡TRISTAN! ¡DIME QUE NO LE DIJISTE QUIEN ERAS! —volvió a subir su tono mientras apoyaba sus antebrazos y codos en el suelo, junto al cuerpo de Tristan, encerrándolo, poniéndose más cómodo en aquella posición. 

—No —dijo cerrando sus ojos, temiendo.

— ¡Gracias a Dios! —soltó un suspiro y miro a su amigo, entonces, se dio cuenta del terror que le estaba provocando— Oye Tris... lo siento, es solo que... Aj, es tan complicado, esa mujer es un demonio, no quiero que hables con ella, no por ahora. Perdóname por favor.

El chico rubio no se inmutó.

El mayor pasó una de sus manos por su mejilla acariciándola.

 — ¡Oh vamos! —rió levemente— Abre los ojos, no voy a hacerte nada... solo que quieras que te bese otra vez...

 Tristan abrió sus párpados mirándolo rápidamente y Brad rió un poco más fuerte.

—Lo siento, era solo una broma, ¿sabes algo? —dijo apoyando ambas manos en las mejillas del rubio.

— ¿Q-qué? —tartamudeo éste, sonrojado, nuevamente.

—Muero de hambre —susurró en su oído, logrando que él temblara.

—B-bueno, si t-te levantas.

— ¡Vuelves a tartamudear! ¿Y el Tristan alocado de la noche anterior? —lo miró divertidamente.

Tris evitó su mirada. El mayor rio.

—Okey, me levantare, pero no vuelvas a atender el móvil otra vez, esa mujer es una bruja, no es como tu madre, la tuya es tan bella y esta tan...

The Bunker ►TradleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora