Capítulo 19 / Grateful.

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La disquería era el lugar favorito de Brad últimamente, después de todo también era su nuevo trabajo y él no debía cometer errores allí.

El más reciente CD de Panic! at The Disco estaba siendo reproducido por los parlantes del local mientras él acomodaba uno de los estantes en el pasillo.

Tararea suavemente la melodía de las canciones y con su vista intenta encontrar la letra T entre las divisiones para CD's. Hacia un mes que trabaja allí y jamás se había sentido tan feliz. Realmente no lo tomaba como una obligación era más como su pasatiempo favorito, donde podía estar rodeado de lo que le gustaba, donde aprendía sobre lo que le interesaba y a fin de cuentas, le pagaban, que vamos, eso era lo esencial.

Treinta días atrás algo dentro de él había cambiado. La vida comenzaba a tornarse alegre y sin preocupaciones. Sus amigos eran fieles e inigualables, sin dejar del lado al precioso muchacho rubio que siempre se preocupaba por él. Pero a pesar de todo ello, necesitaba hacer algo más. Y su principal problema era que viviendo en la casa de Tristan desde hacia tanto, jamás había colaborado con dinero para ayudar en la economía de la familia. Si era parte de ella, también debía hacer algo por la misma.

Aunque la dueña de la casa, la ex señora Evans, que después de largas charlas telefónicas y abogados, había decidido finalmente separarse de su marido, no estaba del todo de acuerdo con que Bradley obtuviera un trabajo, él había encontrado la disquería del centro como su segundo hogar, y luego de estar allí por un día, no había querido dejar de ordenar vinilos.

El icónico ruido de las campanillas de la puerta indicó que ésta había sido abierta y al cabo de unos segundos sintió unas pequeñas extremidades rodear una de sus piernas mientras hacían fuerza sobre ella.

El muchacho de rizos sonrío mientras agachaba su cabeza para poder observar la rubia cabellera de la niña, la cual resaltaba de sus prendas negras haciéndola ver aun más tierna.

- ¿Cómo estás linda? -le preguntó estirando una de sus manos para acariciar su cabello.

Ella sonrío mostrando ambos pulgares, alzándolos hacia arriba delante de la cara del muchacho.

Brad tomo a Emma por debajo de sus brazos, y la recargó sobre su pecho mientras avanzaba hacia el mostrador del local.

-Vamos pequeña, hoy te enseñaré algo de buena música -dijo animado.

Depósito a la niña sobre una silla junto a la caja registradora. Ella seguía mirando todo a su alrededor y Brad le ordeno que se quedara quieta allí por unos minutos. Le entregó una hoja junto con algunos fibrones y lápices para que dibujase.

- ¿En qué está pensando el pequeño nomo? -escuchó por detrás de su espalda.

- Hola Lana -la saludó el castaño, girándose para poder verla.

Al igual que el tiempo había transcurrido, las personas habían cambiado con él y Lana era el preciso ejemplo de ello.

Superando totalmente a Tristan, la muchacha había hablado numerosas veces con Bradley dentro de la tienda, ella era una clienta diaria y sin querer ambos habían descubierto que coincidían en gustos musicales. Era una persona muy alegre en verdad y ella misma podía reírse de su antigua personalidad histérica con la que había vivido.

La muchacha aseguraba que Tristán y el de rizos eran su pareja favorita, y no podía evitar hacer bromas homosexuales entre ellos cada vez que encontraba el momento.

Se había vuelto una gran amiga del grupo de los muchachos y repentinamente Connor le había echado el ojo, lo que lo volvía mas concentrado y menos alterado todo el tiempo, haciendo que James pudiera mantenerse más tranquilo junto a él.

The Bunker ►TradleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora