Capitulo 15 / Y aquí vamos otra vez.

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- ¡Claro que lo hará! Ha tenido un horrible día ayer, así podrá alegrarse un poco -habló felizmente la mujer mayor -. Él irá esta tarde, se lo aseguro.

- ¡Me alegro tanto de que así sea entonces! Pero dígame, ¿qué le sucedió? Tristan es un chico muy alegre, ya sabe -dijo soltando una pequeña risilla.

-Bueno -carraspeo -, este chico, Bradley...

La mujer fue interrumpida, haciendo que frunciera su seño.

- ¡Si, Bradley! El del cabello rizado -dijo inocente -. Él es un poco peligroso, lo sé. ¿No ha escuchado su historia?, me han dicho que está viviendo en su casa -colocó su mano en su cadera-. Si me permite, debería tener más cuidado al invitar a pasar a alguien por la puerta de su hogar.

- ¿Perdón? ¿De qué hablas? -sus mejillas se colorearon un poco, no comprendía. La hilera para pagar sus artículos avanzaba, pronto llegaría su turno.

-Él es, como decirlo... Está metido en varios problemas. Su familia no le brinda mucha atención, es un muchacho de calle, ya sabes, drogas de por aquí y de por allá. Lo eh visto con ellas, ¿tú no?

-Bueno, yo...

_ ¡Ah! También eh escuchado que la policía lo buscaba por algunas denuncias de vecinos de su barrio, gente que escuchaba ruido raros por las noches, provenientes de su habitación.

-No lo sé, él parece un buen muchacho.

La fila llegaba casi hasta ella.

-No se deje engañar, Bradley oculta cosas, y podría aprovecharse de su familia rápidamente. Mantenga a su hijo bajo sus ojos, no vaya a ser que quiera tomar ventaja de él, Dios no lo permita.

Fue distraída por la cajera que cobraba sus alimentos.

La señora Evans tragó en seco. Su mente comenzó a procesar de otra forma. El recuerdo de aquélla vez. El pequeño paquete blanco en el basurero de la habitación de su hijo. Él dormía con Tristan cada día, comía de sus alimentos, usaba su baño.

Volvió a recordar a la muchacha detrás de ella en la fila.

-Solo téngalo en cuenta, no se alteres -chillo esta, pero no obtuvo mucha atención.

-Adiós Julian -dijo por lo bajo, su ánimo había decaído abruptamente.

-¡No olvide decirle a Tristan que vaya hoy por la tarde! -grito desde su lugar pero la mujer ya se encontraba fuera del local.

Bradley.

Me había levantado mareado, el piso se movía bajo el peso de mi cuerpo.

Aquel rubio tan conocido por mí no estaba allí, la casa se encontraba vacía.

Sentir el frío de la calle chocar contra me rostro me hizo despertar un poco más, me hizo sentir libre, si es que aun lo era. Vivo.

Camine tranquilo por la acera, en los barrios no había muchas personas y eso me hizo sentir mejor. Nadie vería mi demacrada cara, aunque eso no importaba demasiado.

De camino pase frente a la casa de James. Realmente él era un buen muchacho y se merecía un gran futuro en la música, al igual que Connor. Y quizás yo no debería intervenir en sus vidas, así sería mejor, ya era demasiado con sumar peso a los hombros de Tristan con mis problemas.

Solo faltaban un par de calles.
Sabía que algún día volvería a ese lugar, pero no creía que fuese en tan poco tiempo. De todas formas, era mi destino y así debía ser.

The Bunker ►TradleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora