Los fuegos artificiales ascendían y estallaban a través del oscuro cielo mientras la gente aplaudía feliz viéndolos desde la costa de la playa. Estaba siendo una de las mejores fiestas a las que habían ido en su vida. Al menos para el mayor, el otro no era de asistir a tantas, pero de todas maneras lo estaba disfrutando demasiado, eso creía Bradley.
Los ojos del más petizo se posaron en el delicado rostro del chico rubio a su lado mientras éste observaba los colores resplandecer sobre el agua. Su perfil se iluminaba haciendo aquella escena aún más hermosa para el ruliento. Sonriendo para sí mismo, alargó su brazo y con sus pequeños dedos entrelazo los de Tristan.
— Feliz año nuevo —repitió por octava vez en la noche. Y es que él realmente se sentía feliz en aquel momento.
El más alto sonrió mientras apretaba más el agarre entre sus manos.
Brad estaba pasando las mejores vacaciones de su vida, quería demostrarle su cariño y todo lo que sentía hacia ese quizás no tan inocente muchacho, porque no había nada más importante para él. Luego de años fríos y sin sentimientos alegres, al final había llegado como un regalo para él. Mágico, inesperado, deseado. Quizás no era lo que él hubiese imaginado en algún momento, pero eso lo volvía aún más especial. Se sentía amado, y con un propósito para seguir viviendo. Por todo ello, y más, en ese momento, deseaba pedirle una relación formal a Tristan Evans.
Pero a veces, las cosas no suceden como uno las planea.
Sus ojos se abrieron exaltados.
Lo primero que vio frente a la cama donde se encontraba durmiendo hacía unos segundo atrás, fue el viejo pero lindo sillón que con ayuda de James habían traído desde la calle donde Emma jugaba con su amiga, ¿unas semanas atrás, quizás?
Una batería, ahora naranja, obviamente perteneciente a su, ¿novio?, Tristan. ¿Novio? ¿Eso había ocurrido? Oh, vamos, era perfecto.
— ¡Mira Jack! ¡Estos mariquitas se propagan como hormigas! —habló una voz que sonaba demasiada puberta.
La puerta del baño de la habitación se abrió, mostrando al dueño de aquellas sabanas en las que el mayor se encontraba atrapado. Miró sobre sus pestañas la cama y pegó un salto hacia atrás, asustado por la repentina observación del castaño desde su lugar.
Bradley giró instantáneamente su cabeza hacía dónde provenía la voz. Un muchacho de unos quince años, delgado y rubio, estaba parado allí. Llevaba un bronceado demasiado llamativo en él.
— ¡Aleluya! Despertaste. ¿Ahora si puedes pensar bien, verdad? —preguntó con una mueca de ¿risa?, parecía que se estaba burlando.
— ¿De qué hablas? —dijo Bradley, y tosió levemente, las palabras atascándose en su garganta. ¿Hacía cuanto no pronunciaba una?
— ¿Cuál es tu problema? —acotó poco amigable el castaño, el alcohol fluyendo en sus venas. Ojos inyectados en sangre.
— ¿No lo recuerdas? —preguntó divertido mientras se sentaba en el borde de la cama. Brad negó con su cabeza—. Tú ibas realmente alcoholizado luego del tocar en el escenario. Eric dejo que tomaras todas las cervezas que quisieras del bar, y no pudiste controlarte —rió por un segundo— y no lo sé, simplemente te deje hacerlo, te veías demasiado feliz. Pero luego, un inútil te desafió y tú no te quedaste atrás.
— ¿Yo? ¿Un problema? ¡Aquí el problema lo tienes tú que andas dejando que te den por atrás! —exclamó el chico no identificado.
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The Bunker ►Tradley
Fanfiction"Tris salvará a Brad, y Brad salvará a Tris" 22/01/15 #441 y #417 en fanfic. 01/02/15 #322 en fanfic. 04/02/15 #286 en fanfic. No adaptar ni subir en otro sitio sin permiso del autor/a.