Capitulo 5 / La noche es joven aún.

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—Bueno, la noche es joven aún, ¿Que haremos? —Brad se apoyó en la barra junto a Tristan— Lo de siempre Joe —le dijo al barman guiñándole un ojo, éste chasco los dedos y fue hacia el freezer de allí.

Tris no dijo nada, observó todos los movimientos del chico en silencio.

—Ey, Tris —el ruloso movió la mano sobre la vista del rubio— Ya sé que Joe es guapo, pero, eh aquí yo, —se señaló— te estoy hablando.

El rubio lo miró inocente.

— ¿Quieres ir a un pub?, ¿Qué dices? —dijo levantando las cejas.

Tris iba a responderle, pero el chico detrás de la barra los interrumpió.

—Una Corona a tus ordenes campeón —dijo.

—Tú si sabes.

Joe le sacó la tapa a la cerveza y miró por unos segundos, que para la  opinión Tris, estuvieron de más, a Brad. El más alto sintiendo algo dentro de sí, se apresuró a hablar.

—Creo, que aquello no va conmigo —dijo tomando un sorbo de su vaso de agua.

Brad llevó el pico de la cerveza a sus labios y los abrió un poco para beber.

Tris seguía mirándolo y Bradley lo notó, pero no acotó nada, solo tomó  un poco más de lo que verdaderamente quería.

—Bueno, escuche que Twour tocaría toda la noche en Sixel hoy, podríamos ir hasta allí, ¿Mejor? —dijo al fin, dejando la bebida en la mesada.

—Si, suena mejor —contestó por lo bajo.

Por alguna razón, Bradley se veía más intimidante aquella noche, quizás su chaqueta de cuero ayudaba un poco, sin olvidar el fino delineado negro que el rubio pudo notar en el contorno se sus ojos.

— ¿Vamos?, no perdamos tiempo.

— ¿No pagarás? —observó a Joe atendiendo a otras personas.

—No, eso irá a mi cuenta, no te preocupes, pero si le dejaré mi guitarra, espera, no quiero que le pase nada.

[…]

Caminando calle arriba, hacia Sixel, un pequeño estadio, por así decirlo. Era al aire libre y tenía un gran escenario por donde los artistas corrían.

Cuando Tris era chico había ido a un par de conciertos allí, siempre quedaba asombrado con el sonido de los tambores de las baterías sonando, y retumbando. Cuando volvía a casa en la noche, soñaba que él se encontraba en aquél lugar, tocando con su banda, viendo a la gente cantar sus canciones y aplaudir a los compas de la música. Era un sueño espectacular.

Hacía frío y el rubio se cerró el cierre de la campera.

Ambos iban caminando por la vereda, bajo las sombras y la luz que aparecía de vez en cuando de los faroles de la calle.

Sus manos se chocaban cada tanto, rozándose, y poniendo a Tristan nervioso, pero sin embargo, no quería moverla de allí.

Brad le dio un pequeño empujón con su cadera mientras reía.

Tris observó el suelo pasar mientras caminaba y su mano seguía rozando la de él. Brad nunca se enojó, venía mirando por sobre su hombro el camino dejado atrás, pero nunca paro de caminar.

—Cruza la calle —dijo frío.

— ¿Qué?

—Que cruces la calle, mierda —su tono era enojado y el rubio se frenó en seco, observándolo confundido. Nunca lo había visto así, él solía ser un poco raro, espontáneo y hasta pícaro, pero definitivamente nunca le había hablado así.

The Bunker ►TradleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora