El Sol se filtraba tenue por las rendijas de la persiana, creando una cascada de luz que volaba hasta chocar con la morena piel de Marc. Darla observaba esa idílica visión e intentaba atrapar con sus manos los haces de luz y notaba el ligero calor que se filtraba invisible entre sus dedos.
Marc dormía plácidamente dándole la espalda y admiró todas las imperfecciones de su cuerpo. Paso sus dedos por varias cicatrices que tenía en la espalda, herencia de haber pasado una varicela agresiva siendo ya adulto según le había contado. Su espalda era ancha y robusta y eso le encantaba.
Le abrazó para despertarlo mientras besaba su espalda y sus brazos. El chico notó los labios de Darla y si giró, mirándola con ternura. Se besaron apasionados y la abrazó.
— Buenos días, preciosa. ¿Has dormido bien?
— Sí. Estaba agotada ayer, hacía tiempo que no me sentía así de mal. Ahora me encuentro bien
— No me extraña. Con todo lo que ocurrió ayer...
— ¡Joder —recordó de pronto el crimen y lo que ella había hecho—! Vamos a ver las noticias. ¡Mi apartamento —las luces de las mesitas de noche parpadearon y ambos se sobresaltaron—!
— ¡Ostras! ¿Qué ha sido eso?
— No, no, no, no... Vuelve a empezar. Marc, ayer me pasó algo y comencé a hacer cosas, movía objetos con la mente y cosas así. No podía controlarlo. ¿Viste lo del apartamento de al lado?
— Vi algo... tú estabas muy débil y Anne se encargó de todo. ¿No lo recuerdas?
— Tengo algunas lagunas de ayer por la tarde, hay cosas que no logro recordar.
Marc le cogió la mano y la acercó hacía su cuerpo para abrazarla.
— Tranquila. No voy a dejarte sola. Vamos a buscar respuestas a todo esto
— Necesito saber que me está pasando Marc. Cada vez que recuerdo lo que hice... Soy un monstruo —el recuerdo de la sangre brotando de aquella chica muerta volvió y un destello eléctrico salió de su cuerpo y atravesó a Marc—.
— ¡Ostras! ¿Qué ha sido eso? ¿Has sido tú?
— Te digo que no controlo nada de lo que me está ocurriendo. Marc, creo que lo mejor será que me aleje de todo el mundo una temporada hasta saber que ocurre.
— Ni hablar. Sólo eres una chica muy dura y con mucha fuerza. Arreglaremos esto. Vamos a ir a ver a mi tío a ver si conseguimos respuestas. Ahora estamos juntos, ¿Vale? No voy a abandonarte.
Se perdió en la profundidad de sus ojos marrones y la besó. Ella se deshizo en sus brazos y en sus labios. Intento recordar mientras saboreaba esos labios si alguien en su vida le había hecho sentir tan segura y darle tanta confianza con unas pocas palabras. Había dado el paso con él y sintió la seguridad de haber tomado una buena decisión.
Marc fue palpando su cintura y acariciando su espalda deslizando sus dedos por ella. Notaba como al contacto de su mano se le erizaba la piel y siguió besándola mientras notaba como la excitación se adueñaba de su cuerpo. Marc siguió bajando sus manos por su espalda buscando su sexo mientras le besaba. El placer húmedo de las caricias de Marc invadieron todo el cuerpo y la mente de Darla que empezó a gemir susurrante a los oídos de su chico. A Marc le gustaba ver a la chica buscándolo con la mirada mientras jadeaba y rasgaba las sabanas con sus manos. Fue entonces, cuando él acarició sus labios con sus dedos, que sintió como una descarga de energía le recorrió todo el cuerpo y lo impulsó, haciéndolo volar varios metros hasta impactar contra el armario.
Los dos se miraron atónitos, ella buscando una explicación a lo ocurrido después de tener un magnífico orgasmo, él sorprendido de la esporádica sacudida que había sufrido. Marc se incorporó y quedaron el uno frente al otro. Fue entonces cuando él notó como Darla volvía a derrumbarse.
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A TIEMPO DE VIVIR
Science FictionUn extraño efecto de la naturaleza despierta en Darla una fuerza interior que le permitirá hacer lo que siempre deseó. Deberá superar las adversidades a las cuales se enfrenta antes de qué la enfermedad la consuma. Esta historia ha sido creada por m...