Mi primer día en una nueva escuela, está era la tercera en el mismo ciclo escolar ¿Emocionada? Para nada, me había cambiado tantas veces que ya me parecía absurdo.
Odiaba cambiarme tan seguido pues no me dejaba tener amigos porque nunca estaba mucho tiempo para crear una verdadera amistad con las personas, mis novias eran lo que menos me importaban ya que bueno eran relaciones lo suficientemente largas como para tener sexo sin llegar a enamorarme.
Pero había días en los que quería desahogarme con alguien, alguien que me conociera a mí y a todo mi pasado, tener con quien ser yo sin miedo alguno y a alguien que en verdad me quisiera.
Entre mis pensamientos un chico entro por la puerta haciéndome temblar, era alto, su piel pálida, su cabello era claro y algo largo, su cuerpo estaba bien formado, pero lo que en verdad me sorprendieron fueron sus ojos, sus ojos verdes y no era un verde cualquiera era una combinación de un verde jade y un gris los hacía ver tan curiosos, misteriosos, eran una galaxia entera, una galaxia que quería explorar.
Aquellos ojos verdes me habían cautivado tanto, me había perdido completamente en ellos.
Recuerdo que lo mire por varios días sin poder decirle una sola palabra, quería hablarle, quería ser su amiga y lograr desifrar lo que ocultaban sus misteriosos ojos.
Tuve muchos intentos fallidos y después de casi rendirme por algo tan estúpido nos llevo a conversar al parecer el ser tan alto era un gran problema para él así que me pidió cambiar de silla ya que la mía era la más alta y yo bueno soy un tanto baja a su comparación.
Después de esa pequeña plática hablamos todo el día, él era muy divertido y ocurrente el brillo que tenía cuando hablaba de las cosas que le gustaban me encantaba lo hacía verse adorable.
Pasamos semanas enteras siendo inseparables me di cuenta que era una persona maravillosa, atento, educado, audaz, deportista, entusiasta, bueno era la persona más noble y positiva que uno se puede imaginar.
La idea de que me ocultara algo se borró de mi mente al paso de unos cuantos meses y es que él había sido el primer amigo de verdad que había hecho, nos convertimos en mejores amigos.
Mis días fueron muy alegres estando a su lado, la amistad que teníamos era como siempre la había imaginado así como las de las películas era algo tan lindo que estaba viviendo que me costaba trabajo asimilar que era real.
Un día al salir de clases el iba molesto no supe porque solo me ignoro para irse solo.
— Ey Oli espera
Grite para salir corriendo detrás de él, el hecho de ser bajita y el medir casi medio metro más que yo complicaba las cosas ya que tardaba mucho más en caminar, lo perseguí por tres calles, hasta cuándo por fin lo logré alcanzar.— Te dije que me esperas zopenco— Mientras lo tomaba de su brazo para detenerlo, cuando lo hice pude sentir como estaba mojado y había algo rojo en mis dedos, era sangre, su brazo estaba sangrando.
Él se detuvo y cuando vio mi cara de asustada solo me sonrió.
— No tienes porqué preocuparte estoy bien, siempre lo estoy perdón no escuché que me hablaste pensé que te habías ido— Jalo su brazo para soltarlo de mi agarre.
Si actitud me estaba intrigando mucho era la primera vez que lo veía actuar así tal vez tuvo un día mal o algo así por lo que le quise dar apoyo y su espacio.
Estuve hablando de su raro comportamiento con nuestro pequeño círculo de amigos, si ahora tenía un pequeño grupo de amigos era lo más genial, el hecho es que nunca lo veían así siempre sonreía y estaba feliz, tal vez yo era la primera en verlo así.
Debía ser solo algo de un día no debía tomarle importancia pero había algo en el fondo que me decía que debía preocuparme.
Los días pasaron y su conducta rara era más repetitiva, me empezaba a preocupar, él no me decía nada a pesar de mis insistentes preguntas.
Durante la madrugada de un domingo recibí una llamada suya.
— Bueno — Respondí un poco adormilada pues era ya bastante tarde para marcar el reloj marcaba las 2 a.m.
— Gracias por estar siempre conmigo hiciste que los últimos meses fueran lo mejor y perdoname por la que voy a hacer — Su voz se escuchaba asustada estaba llorando y al fondo de ella el ruido de la carros pasar, estaba en la autopista.
Mi corazón empezó a latir muy rápido tenía miedo, no quería que fuera lo que me imaginaba, me levanté me puse un suéter y mis tenis salí corriendo mientras corría a dónde probablemente me imaginaba que estaba mandaba mensajes a su hermana, al resto de los chicos y unas cuantas notas de voz a mis padres para que no se preocuparan.
Cuando llegue el corazón estaba a punto de salirse de mi pecho, uno por la distancia que había corrido dos ahí estaba él sobre el puente a punto de arrojarse hacia la carretera.
Subí corriendo para poder tomarlo antes de arrojarse.
— ¿Qué haces? — Dije mientras impedía que se soltara del barandal.
— Quiero morirme — Sus ojos estaban hinchados y su cara llena de lágrimas.
— No lo hagas yo te necesito conmigo por favor eres mi único amigo por favor no me dejes sola — Igual estaba llorando.
— Nunca te dejare sola siempre te acompañaré siempre estaré ahí, por favor suelta me solo hazlo, solo déjame —
— No lo haré nunca podría dejarte por favor no lo hagas yo te amo eres mi mejor amigo nunca podría hacerlo —
— Eres mi mejor amiga la primera persona en qué verdad confíe por eso suelta me si de verdad quieres que esté bien suelta me porque de todos modos moriré —
— No digas eso estás bien por favor quítate de ahí—
— Tengo cáncer, pase meses en quimioterapias y no me quedaban algunos días de vida, porque no tienen efecto en mí el cáncer evolucionó y me someterán a una cirugía pero la posibilidad de que mejore es muy baja, tengo los días medidos y no quiero pasarlos en un hospital alejado de ti de las chicos no quiero pasar los últimos días así como si estuviera muerto por eso quiero matarme —
— Encontraremos la solución, y si no la hay yo pasaré cada segundo de los últimos a tu lado — Estaba hecha trizas no me imaginaba lo que realmente sucedía estaba llorando, no podía dejar de hacerlo me aferre a él con mayor fuerza no quería soltarlo, no quería soltar a lo primero que sentía que era estable en mi vida.
— No hay cura, y si estás pasando mis últimos segundos conmigo a mí lado— Él se inclino hacia delante para darme un beso en la frente. — Te amo y siempre estaré contigo —
Se arrojó al vacío yo aún lo sujetaba pero no soporte el peso de su cuerpo termine soltandolo, lo vi caer en la autopista, su cuerpo quedó estrellado en el parabrisas de un coche, su cara destruida y aquellos ojos verdes que tanto amaba quedaron aplastados, ahora sabía que mi galaxia había desaparecido, había sido devorada por un enorme agujero negreo que se llevaba todo lo que tenía.
Llore aferrándome a su cuerpo inerte hasta que llego la ambulancia, llore cuando lo vi en esa caja, llore aferrándome a aquella lápida de piedra con su nombre en ella.
Ahora lloro aferrándome a su recuerdo.
Lloro aferrándome al recuero del chico de los ojos verdes.
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I miss you ✓
Teen FictionTe extraño pero no puedo volverte a verte nunca. ¿Cuántas personas que queremos se han ido? ¿Cuántas veces hemos llorado por extrañarlas?¿Cuántas veces te has querido quitar la vida? ¿Cuántas veces la muerte ha hecho de las suyas? Este libro son sol...