Recuerdo que mi abuelita solía decir que cuando moríamos nos convertimos en estrellas, estrellas brillantes, decía que habían estrellas que morían pero morían porque eran olvidadas por quienes una vez amaron a la estrella.
Yo solo era una niña de 3 años que imaginaba que era cierto, cuando crecí descubrí que las estrellas no eran las personas que se habían muerto si no bolas hechas de gas que se quemaban a lo lejos, pero aún así seguí creyendo que eran las personas que amábamos.
Siempre ame las estrellas, me encantaba contemplarlas era algo único, algo mágico.
Cuando era pequeña pasaba horas parada en la ventana esperando que fuera de noche para poder apreciarlas.— ¿Por qué desaparecen las estrellas en el día?— Le pregunté a mi abuelita.
— Claro que podemos verlas ahí están en el día no son tan perceptibles por el sol pero ahí están — me respondió ella.
— Ahhh abuela Si cuando morimos nos convertimos en una estrella. ¿Cómo saben cuál estrella somos? —
— Ay mi niña, sabes cuándo yo me muera sabrás que estrella soy porque miraras el cielo y encontrarás la estrella más brillante, una estrella que nunca viste en ese momento sabrás que soy yo, porque cada que me veas vas a sonreír y recordarás a tu abuela —
— ¿Entonces cuando mueras serás la estrella más brillante? Yo no quiero que pase no quiero que mueras quiero que te conviertas en una estrella no quiero — Ese día lloré en sus brazos no quería que mi abuelita se convirtiera en una estrella.
Cuando somos pequeños quisiéramos que todo fuera eterno, sobre todo las personas que amamos bueno creo que eso siempre lo vamos a querer.
Pasó el tiempo y crecí cumplí 10 años mi abuela dejo de cuidarme me convertí en una pre adolescente, pero seguía teniendo una obsesión por las estrellas.
Mis días eran dichosos aunque extrañaba no ver a mi abuelita diario sabía que ella estaba bien o eso suponía, en esa entonces no sabía ni como se usaba un teléfono ni tenía uno.
Recuerdo que una noche mi mamá entro al cuarto y antes de dormirme me dijo la peor noticia de mi vida.
— Mi corazón por favor se fuerte lo que te voy a decir no es fácil pero tu abuelita a fallecido—
No supe que decir me quedé en blanco solo asentí a lo que mi madre me decía no podía creerlo, no quería creerlo ella salió de mi cuarto cerró la puerta y mis lágrimas empezaron a caer, aquello no podía ser cierto simplemente no podía ser cierto, llore con todas mis fuerzas, llore toda la noche, llore hasta que perdí la conciencia esa vez.
Mi pecho dolía, aún no podía creer que me dirija al funeral de mi abuelita, prometí no llorar pero no pude hacerlo el simple hecho de estar en su casa me hacía recordar la idea de que ella no estaba.
Me acerque al ataúd y lo abrace con todas mis fuerzas no quería separarme de el, no podía ser ese el adiós no podía.
Recuerdo que en el entierro quise arrojarme a la tumba quería me enterraran junto a ella, quería morirme.
Las dos siguientes semanas fueron tan tristes para mí, nada me animaba ni siquiera quería ver las estrellas.
En esas dos semanas recibí una buena noticia una noticia que quería compartir con ella, en esa noche recordé que ella me dijo que se convertiría en la estrella más brillante de todas.
Salí corriendo a verlas cerré los ojos alzando la vista y si pude encontrar en ese cielo inmenso lleno de millones de ellas, había una en particular que nunca había visto una que brillaba sin igual sabía que era ella, grite a los 4 vientos lo que había logrado y como si fuera real sentía que ella estaba ahí conmigo, ella siempre estaría conmigo siendo la estrella más brillante de todas.
Cada que logro algo puedo compartirlo con ella solo tengo que mirar a las estrellas, y ver a las brillante de todas.
Y así lo ha sido, todos los días de mi vida.
• Luchita eres la estrella más brillante de todas y la estrella que guía mi vida.
Este capítulo está dedicado a todas esas personas que amamos y que aún siguen vivas en nuestro corazón.
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I miss you ✓
Ficção AdolescenteTe extraño pero no puedo volverte a verte nunca. ¿Cuántas personas que queremos se han ido? ¿Cuántas veces hemos llorado por extrañarlas?¿Cuántas veces te has querido quitar la vida? ¿Cuántas veces la muerte ha hecho de las suyas? Este libro son sol...