18. •Dime que sí•

225 13 4
                                    

«Quiero, y voy a estar contigo, y haré que me ames como yo te amo»

×-×-×-×-×
——————•——————


En la mañana del día siguiente Shino no se separó del lado de Kazuto por la misma razón de que Asuna estaba ahí.

En el receso se encontraban en una de las bancas del jardín platicando y comiendo su almuerzo mientras admiraban el panorama, poco después quien menos querían cerca se puso delante de ellos

— ¡Hola Kazuto chan!

Saludó "emocionada" Asuna, ignorando por completo a Shino que estaba a su lado.

— Hace tiempo que no nos veíamos y quería saludarte.

Siguió hablando y puso una sonrisa angelical mientras cruzaba sus brazos por detrás de su espalda.

— Sí, ha pasado tiempo desde la última vez que te vi.

Le respondió indiferente para no mostrar cuanto le a afectaba su presencia.

— ¡Hola Asuna! Eres la nueva estudiante, olvidé decirte ayer, soy la presidenta del grupo, si necesitas algo puedes consultármelo a mí, y ya que aún no conoces el instituto puedo mostrártelo a la salida ¿Te parece?

Le dijo Shino para que dejará de ignorarla y tratando de hacer que se vaya, sabía que Kazuto estaba mal por ello

— Si, me parece, supongo que hasta luego Kazuto y...presidenta.

Contestó ya incómoda pero tratando de no mostrarlo para luego alejarse tal y como vino.

— Kirito ¿Estás bien?

— Si, solo... no hablaba con ella desde que partió del país es… extraño e incómodo. – Shino le sonrió tratando de calmarle.

— Bien… vamos, aún hay tiempo antes de que acabe el receso.

Le tendió su mano para que la tomara y fueron a la parte de los árboles de cerezos, como aquella vez, este lugar traía buenos recuerdos pero a la vez les entristecía.

Este fue el último lugar en el que estuvieron como amigos antes de que la verdad se revelará.

Fueron al árbol mas grande y apartado de todos para sentarse en el césped.

— Este lugar aún me trae paz, pensé que aquí tal vez puedas tranquilizarte. – Le dijo ella con una sonrisa tímida.

— Desde luego, pero ya te lo dije Shino San, estoy bien. – Aseguró.

— Y ahora que lo pienso... me volviste a llamar Kirito ¿no es así Shino? Desde que nos volvimos a hablar no lo habías hecho.

Dijo bromeando y con una sonrisa galante que a ella le causó un sonrojo que trato de disimular escondiendo su cara con sus manos.

— Es que... yo solo estaba, tú, debía asegurarme que estabas bien y… y bajé la guardia, y se me olvidó y...yo...no…no…

De lo nerviosa comenzó a balbucear palabras inentendibles mirando a todos lados menos al chico que tenía a un lado mirándola divertido.

En verdad el que le dijera por el apodo que le había inventado le hizo sentir feliz ¿por qué? Porque eso significa que está recuperando su confianza, está reconstruyendo aquello que daño por hacer esa estúpida apuesta.

Kazuto se echó a reír a carcajadas por la actitud de su querida amiga.

Y Shino le pego un golpe en el brazo que hizo que dejara de reír para quejarse del golpe.

— ¡Oye! ¿Por qué fue el golpe?

— Porque quiero y porque eres un idiota.

Le respondió ya enojada, cruzándose de brazos y mirando en dirección contraria a Kirito.

Kirito se acercó más a ella y la hizo mirarlo a los ojos agarrando con una mano sus mejillas.

— ¿Ahora soy un idiota, Shino San? – Su cercanía la puso nerviosa inevitablemente – Tranquila, lo decía de broma, no era para que te enojaras y mucho menos para que me golpearas – Alejó sus manos de su rostro y se separó un poco – Además te había dicho antes que pegas con mucha fuerza por eso mismo me quejé.

Shino se sonrojo pero le miró con burla, sabía que tenía razón.

— ¿Así que resulta que al gran Kirigaya Kazuto le duele un simple golpe? Woow eso es nuevo.

Le dijo lo último con sarcasmo notorio y se echó a reír.

— Primera, gracias por el alago – Sonrió arrogante – segunda, que tengas más fuerza de la que deberías no tiene nada que ver a mi increíble resistencia física.

Ella paró de reír y lo miró apunto de darle otro golpe pero la campana que indicaba el fin del receso sonó dando a indicar que debían regresar o llegarían tarde a clases.

Lo miró y con voz amenazante pero divertida a la vez le dijo.

— Te salvaste esta vez Kirigaya, para la próxima no habrá escapatoria.

— ¡Si me alcanzas!

Le respondió ya corriendo al edificio de las instalaciones burlándose aún más de ella.

— ¡Eres un cobarde, no huyas!

Corrió tras él tratando de alcanzarle pero debía admitir que para ser un quejica tenía buena velocidad.

[…]

— ¿Entonces a las cuatro en tu casa?

— Si claro, a esa hora podré ayudarte con la tarea para que no te castiguen mañana por quedarte dormido en clase y no tomar apunte. – Le dijo con burla riéndose de Kazuto.

— Es  culpa del profesor por dar temas tan difíciles y aburridos.

Respondió alzando los hombros, ya habían salido del instituto y tenían tarea un tanto complicada por lo que quedaron en que Kazuto iría a la casa de Shino más tarde para que ella le ayudará

— No es complicado, solo que a ti no te interesa lo que diga y te parece aburrido, eso ya es cuestión tuya.

Ya fuera de las instalaciones se despidieron con un movimiento de mano y un ‹hasta luego› para irse ambos por sus rumbos en dirección a nuestro hogar.

[…]

•3.30 PM. Casa de Shino Asada.•

El timbre resonó por la casa haciendo que Shino dejara de leer el libro en el que debía terminar sus tareas para ir a ver de quién se trataba, antes de eso vio la hora en su celular que lo había dejado a un lado en el buró.

— Aún es temprano como para que Kirito venga – Dijo confundida – tal vez solo se adelantó a la hora.

Pensó restándole importancia  para luego ir a abrir ya que tocaban el timbre con insistencia.

— ¿Qué pasa Kirito? ¿tan importante te es estudiar ahora sí...?

Dijo, pero al ver de quién se trataba se sorprendió, en esta semana no le había visto mucho por no decir nada en lo absoluto, así que se sorprendió con que él estuviese ahí frente a ella más serio que nunca.

— ¿Esperabas a alguien, Shino San?

Preguntó apretando la mandíbula de lo muy enojado que estaba, venía a hablar con ella respecto a lo que siente y ella al abrirle lo primero que dice es el nombre del chico que ya odia.

— De hecho... sí, pero dime ¿A qué has venido Shinkawa? No esperaba que vinieras hoy –Preguntó fingiendo una sonrisa, verle ahí y de esa manera le trajo consigo un mal presentimiento – pasa.

— Bien.

Fue lo único que dijo para entrar y ambos subir a la habitación de Shino. Una vez ahí comienzan una plática algo tensa al principio pero poco a poco se fue relajando el ambiente

Hasta que él menciono el tema por el que había venido.

— Shino, quiero saber ¿Me darás la respuesta a lo que te dije aquel día?

Le incómodo la pregunta y se removió incómoda en la cama, estaba nerviosa, no solo por el tono serio que uso Shinkawa en esa pregunta, si no a la respuesta que iba a darle, siempre la tuvo, y no dudaba en qué no sería del agrado del chico...

— Bueno... verás... Tú eres realmente genial, considerado y amable y siempre estaré agradecida por todo lo que has hecho por mí… pero...

— Entiendo – La detuvo, se mostraba tranquilo, lo estaba, ¿La verdad? Se esperaba esa respuesta, tenía un ligera esperanza a qué Shino le diera el sí pero sabía bien que era poco probable aquello. –perdóname Shino San...en verdad no quería llegar a hacer esto, pero no me has dejado otra opción.

Shino lo miró confundida, no le gustó el tono fúnebre de su voz al decir esas palabras, no le transmitió nada bueno, podía sentir como su piel se erizaba del puro miedo, Shinkawa se acercaba cada vez más hasta arrinconarla contra la pared sin que pudiera escapar.

— ¿Q-qué ha-haces... Shinkawa?

Preguntó con la voz entrecortada, producto del miedo y los nervios que sentía a lo que fuere que fuese a hacer ese que consideró su único mejor amigo por bastante tiempo.

— Lo  que debí hacer desde un principio...

Y sin más que decir la besó, sí, la besó, Shino estaba en shock por esa acción, pero las lágrimas no tardaron en bajar, sus sollozos eran callados por sus besos, intentaba separarse pero Shinkawa era claramente más fuerte que ella y no le permitía hacerlo.

El beso se fue tornando más apasionado y violento, Shinkawa ya estaba con una mano en su cintura y la otra en su barbilla para que no se apartara, lentamente metió su mano bajo la blusa que traía puesta, la tocaba sin cuidado, estaba más que claro lo que haría.

La iba a violar, y ella no podría hacer mucho o nada por poder evitarlo, sollozó, sabía lo que estaba por pasar, y más nada le quedaba por rogar a qué por milagro Shinkawa recapacite y no lo haga.


×-×-×-×-×
——————•——————
Dulce M.

✤𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑖𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑜́ 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎✤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora