«Porque yo sé que estando contigo puedo lograr lo que desee»
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•Pov. Shino Asada•Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, llevamos cerca de un mes haciendo lo mismo dos veces por semana y a pesar de eso sigo sintiendo un nudo en el estómago al estar aquí.
Kirito me mira, advirtiéndome con la mirada que no piense en escapar siquiera como lo hice el otra día, sonrío como si no entendiera de que quiere decir. Rueda los ojos y suelta una carcajada, está claro que no me queda el papel de inocente.
— Vamos Shino, no es la primera vez que venimos ¿Por qué te pones así? No hay razón para hacerlo.
Me cruzo de brazos insultándolo mentalmente.
— Si claro, como no eres tú quien debe hablar con un extraño de prácticamente toda tu vida y no debes hacer pruebas raras para superar tu trauma.
Desvío la mirada haciendo una mueca de enojo, esto de venir a ver a un tipo desconocido para hablar de cosas personales no es lo mío, lo intenté hace unos años, y no ayudó en nada, pero, por alguna razón, esta vez siento que sí lo hace, sí me ayuda, de a poco pero lo hace. Claro eso no quita la incomodidad y nervios que siento cada que vengo.
— No, soy el acompañante de la que hace eso pero es lo mismo, ¿No? – Alza los hombros como si en verdad fuera lo mismo y le miro indignada a su respuesta – Bien, no es lo mismo, pero yo también estoy aquí y no me ves muriendo de nervios ¿O si?.
Ruedo los ojos ya exasperada por lo que dice, que no hace más que hacerme sentir más nerviosa de lo normal, de repente ríe, sí, ríe, ¿Por qué ríe? Volteo a verlo raro por no saber a qué se debe su repentino ataque de risa.
— ¿Por qué te ríes? – pregunto.
— Que muy pronto sufrirás un colapso mental por sentirte nerviosa cuando no deberías, además haces muecas raras sin que te des cuenta.
Frunzo el ceño, ¿Y a este qué le pasa?.
— ¿Te sientes bien?
— Si, ¿Por qué? – cuestiona con curiosidad.
— Porque creo que hoy estás más raro de lo normal y mira que eso ya es mucho viniendo de ti – me burlo a la vez que lo señalo con ambas manos.
Abre la boca con indignación y me responde.
— Yo no soy raro – Alzo una ceja con incredulidad – deja de burlarte de mí.
Reclama como niño pequeño y desvía la mirada. Sonrío con ternura pero aún así le contesto.
— No me burlo, – En su mirada dice claramente un “ajá si claro” con sarcasmo desbordante. Sonrío con burla. – sólo digo la verdad, que es muy diferente.
Me echo a reír en cuanto abre la boca con sorpresa y fastidio. Está por responderme cuando me llaman. Bien es hora de dar un paso más....
Me despido de Kirito con un “ya vuelvo” antes de ir al consultorio de el que es mi psicólogo.
[…]
Siento un miedo indescriptible al ver el arma frente a mí, sé que no es real, es una copia de lo que sería una verdadera pero no puedo evitar sentir miedo al verla.
— Ahora, tómala, Shino, toma el arma.
Miro al hombre frente a mí con bata blanca, el pánico en mi rostro me delata, muerdo mi labio inferior, reteniendo las ganas de llorar y gritar que siento y niego con la cabeza levemente.
— Si no lo haces no superarás tus temores nunca, ¿No es a eso a lo que viniste aquí en primer lugar?.
Pregunta dándome ánimos, asiento, recuerdo a Kirito, él está aquí por mí, porque sabe que necesito ayuda, porque yo le pedí que me ayudara, él es quien me impulsó a venir, será por él quien haré esto.
«No te defraudaré, Kirito, superaré mis miedos por ti, porque tú me das la fuerza de voluntad y esperanza para querer hacerlo...»
Lentamente con manos temblorosas me acerco para tomar el arma. Quiero llorar, pero no lo haré, si no hago esto jamás podré superar mi pasado.
No quiero eso, no quiero estancarme solo por eso, no quiero vivir con más miedo el resto de mi vida, y tampoco quiero decepcionar a Kirito.
Esto último me da el impulso que necesito para tomarla completamente, son solo unos segundos, cinco, siete, diez, quince, y ya no puedo más, la dejo caer como si quemara y suelto un sollozo audible.
El señor Rodríguez.(mi psicólogo) levanta el arma ahora en el suelo, y me sonríe, no tiene más de treinta años, pero me ve tal cual padre ve a su hijo cuando ha cumplido un gran logro.
— Bien hecho, esto ya es un gran avance a como empezamos, estás perdiendo el miedo poco a poco, con el tiempo lograrás perderlo por completo, puedes estar tranquila, la sesión a terminado.
Me sonríe con amabilidad, y yo sonrío inevitablemente, asiento, y me despido de él, ya mucho más alegre y tranquila.
Tomé un arma, tomé un arma, Yo, tomé un arma, puede que no fueran más de quince segundos pero pude hacerlo, lo hice sin sentir un ataque de pánico o parecido. Lo hice...yo... lo hice...
Cuando Kirito aparece en mi campo de visión inevitablemente corro a abrazarlo, tanto así que se tambaleó por un segundo, me corresponde el abrazo y yo no puedo sentirme más feliz.
— Logré hacerlo Kirito, logré tomar un arma así fuera poco tiempo – murmuro contra su pecho sin borrar mi sonrisa. Siento que sonríe contra mis hombros.
— Estás avanzando, Shino, estás logrando superar un miedo que has tenido por años, y es todo gracias a tu esfuerzo.
Me dice. Sin que pueda siquiera detenerme a pensarlo, digo.
— No, esto es gracias a ti, porque sé que estás apoyándome para que pueda hacerlo, y eso es lo que me motiva. Tú y solo tú. Gracias por todo.
Me aprieta aún más a su cuerpo y yo hago lo mismo.
Sí, sin duda mi motivo para seguir adelante eres tú, Kirito. No sabes cuánto agradezco al mundo y a la vida por tenerte conmigo.
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| Dulce M. |
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✤𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑖𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑜́ 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎✤
FanfictionKazuto Kirigaya tiene fama en su institución por haber enamorado a la mayoría de las chicas de su clase, todo lo hacía por un "Reto" que debía cumplir con sus amigos. Cuando creyó lo había cumplido, sus amigos le hicieron ver qué aún había alguien q...