•Extra 4•

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Kirito and Sinon

- ¿Lista?

Revisó por última vez su bolso e hizo una lista mental de lo que debe llevar y una vez hubo confirmado que en definitiva no le hacía falta nada asintió.

- Sí, sólo debo revisar que Jen ya esté preparada y saldremos, mientras tanto puedes ir a encender el auto.

Él asintió mirando que Shino se había dado la vuelta con el propósito de ir a ver a Jen, sonriendo la detuvo abrazándola de la cintura y besó su hombro descubierto.

- ¿Ni un beso a tu amado esposo, querida?

Ella volteó lo que Kazuto le permitió y lo miró con las cejas fruncidas.

- Kirito sabes que apenas estamos a tiempo para ir al restaurante, si no nos apuramos cancelarán nuestra reservación y me habré arreglado tanto para nada.

Él sonríe de nuevo besando la mejilla de su esposa mientras acariciaba lentamente sus brazos.

- Yo no diría que para nada, si no llegamos a tiempo podríamos regresar y hacer cosas más... interesantes, sólo tú y yo.

- No, esta vez no me convencerás. Es muy importante asistir, quiero ver a mi madre y a los chicos, Jen debe conocerlos.

Kazuto suspira fingiendo tristeza y la suelta con lentitud, realmente no queriendo hacerlo.

- Bien, bien, por esta vez la dejaré pasar, pero ni creas que te salvarás de mí para la próxima.

Shino rió en burla y se fue apresurada al cuarto de su pequeña Jen.

- No estés tan seguro de eso.

Gritó cuando ya iba a mitad de las escaleras.

Abre la puerta al llegar a su destino y mira sonriente a su hija que ya estaba arreglada sentada sobre su cama.

- ¿Lista para irnos Jen?

La niña de sólo cinco años asiente sonriendo con orgullo tomando la mano de su madre para comenzar a bajar las escaleras.

- ¡Sí! Y esta vez no tardé mucho, ¿verdad que no, mamá?

Shino sentía un cálido sentimiento en su pecho cada vez que su adorada hija la llamaba mamá.

- Así es, fuiste muy rápida.

Al llegar a la salida ambas tomaron un abrigo colgado en el perchero y se ajustaron una bufanda de modo que no les afectara el helado clima de fuera.

- Al fin vienen, tardaron demasiado, ya empezaba a congelarme.

Dice Kirito a modo de reproche, aunque realmente no estaba molesto en lo absoluto, le alegraba de sobre manera ver a su esposa y a su hija.

- Pudiste entrar al auto, ¿sabías?, no era necesario esperarnos fuera.

Contesta Shino mirándolo como si fuese un idiota, él sonrió tomando a Jen entre sus brazos y la metió a la parte trasera del automóvil; cuando cerró la puerta le hizo un gesto a Shino para que ya subiera y contestó.

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✤𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑖𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑜́ 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎✤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora