•Epílogo•

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•dicen que la calma viene después de la tormenta, y empiezo a creer que es cierto, todo gracias a ti•

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   — ¡Apúrate! ¡baja ya o llegaremos más tarde de lo que ya vamos!

   — ¡Ya voy!


   — Maldición - murmura entre dientes frustrada, pasando una mano por su cabello marrón despeinándolo un poco - ¡Tardas más que una mujer en arreglarte!, ¿¡se puede saber el por qué!?

   — Hey - dice bajando las escaleras para ir con su novia al picnic que organizaron sus amigos - esto - se señala así mismo - tarda, no creas que tanta perfección es así porque sí, ¿o no cariño?


   — Engreído - dijo por lo bajo para luego observarlo mejor y poner una sonrisa coqueta - al menos creo que valió la pena una hora de espera.


Respondió cruzándose de brazos sin dejar de escanearlo, Kirito al ver que no apartaba la mirada de él le dijo.

   — Sé que soy irresistible pero me estoy sintiendo violado por tu mirada.

Shino sonrió aun más.

   — Uno, tampoco eres la GRAN cosa, he visto mejores, - dice encogiéndose de hombros y mirando sus uñas como si fueran lo más interesante del mundo - dos, no es violación si estás de acuerdo.

Acompañado de esa frase le guiñó el ojo desvistiéndole con la mirada.

Kirito soltó un jadeo de indignación y frustración por lo primero dicho.

   — ¿Cómo es eso de que has visto mejores, Shino Asada? Y lo otro...estoy de acuerdo con ello.

   — No lo se - desvió su vista de el chico frente a él - pero es así, ¿recuerdas al rubio de ojos azules del otro día?

   — ¿Hablas del imbécil que te comía con la mirada en nuestra primera cita hace un par de meses? ¡Cómo olvidarlo!, ¡el muy maldito no quitaba los ojos de ti! ¡y YO estaba ahí!, ¿qué hubiera pasado si no? ¡Es un...!

   — Hey, hey, hey, calma, primera, no lo insultes, no te ha hecho nada para lo maldigas de esa forma y segundo...

   — ¡Ah!, ¿y todavía lo defiendes? ¡Vaya!

Bien, eso le molestó, Kirito no era el mejor controlando sus celos por lo que evitaba estar con chicos desconocidos o si no terminaban igual, con su novio encima casi matándolos a golpes.

Algo exagerado tal vez pero le gustaba en parte su lado celoso y posesivo.

Aunque por otra parte...

   — ¡Ya te dije que él sólo es un amigo! Y se llama Gael, pero debes admitir que es un claro ejemplo de lo que te decía antes de que me interrumpieras - le miró amenazante pero no se inmutó por ello, o bueno, eso fingió.

Ya estaban a mitad de camino de a donde debían llegar y faltarían al menos 25 minutos más para llegar y ya que iban caminando y estaban enojados uno con el otro el camino fue un silencio atroz.

✤𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑖𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑜́ 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎✤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora