•Extra•

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«quien diría que terminé por amarte»

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— ¿Quieres comer algo ya?

— ¿Qué pregunta es esa? ¡Por supuesto que quiero comer!

Shino rio por su reacción tan efusiva y se levantó del regazo de su novio donde estaba acostada.

— Cierto, olvidé que eres un tragón que con nada te conformas.

— Pero así me amas, no lo niegues.

Dijo Kirito con una sonrisa altiva. Shino sonrió de igual forma.

— No lo niego.

Le dio un beso en la comisura de los labios antes de levantarse para ir a la cocina a preparar algo para almorzar.

Kirito sonrió con cariño viendo a dirección por donde salió Shino y suspiró. Puede que llevaran más de un año juntos pero eso no hacía que no sintiera la misma sensación que la primera vez que la besó.

Estaban en su último mes en la institución antes de graduarse e ir finalmente a la universidad, y antes de que los profesores comenzaran a llenarlos de proyectos y exámenes quería pasar todo el tiempo posible con Shino.

Razón por la que estaba en su departamento justo ahora, habían estado viendo películas al azar de todo tipo hasta que Shino le preguntó si quería comer.

— ¿Vendrás ya o te quedarás viendo la pared como tonto más tiempo?

Preguntó desde el marco de la puerta con una sonrisa burlona.

Kirito bufó por lo bajo y asintió. Claro que quería comer.

Se levantó de la cama y caminó hasta el lado de Shino donde ya ambos se dirigieron a la cocina.

Fideos con albóndigas cubiertos en salsa, de sólo verlos se le hizo agua la boca.

— De nada.

Dijo sarcástica con una sonrisa viendo como prácticamente Kirito se lanzó a devorar lo que había preparado.

— Gracias amor mío.

Dijo Kirito una vez tragó lo que tenía en la boca y le lanzó un beso al aire a su novia.

— No cambias.

Respondió Shino rodando los ojos con una sonrisa. Empezó a comer tranquilamente después de eso y vio  como Kirito se levantaba a servirse otro plato de comida. No le sorprendió. Es más, podría decir que se lo esperaba.

Después de este tiempo de estar conociendo a Kirito sabe bien que no queda satisfecho jamás con lo que le sirve.

Lo aprendió un día en el que lo había invitado a comer a su departamento y cuando lo vio acabar de comer él le preguntó si aún había más. Desde entonces siempre cocina de más sólo para Kirito.

Una vez acabó de comer y Kirito con su segundo plato volvieron a su habitación y se recostaron en su cama al lado del otro.

✤𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑖𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑜́ 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎✤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora