«El pasado en común con Asuna Yuuki»
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‹Tres años antes›
•Asuna Yuuki•
Desperté y me preparé para la escuela, nada interesante. Tomé un baño, me vestí con el uniforme, y baje a desayunar. Vi la hora en mi celular.
7:30 am.
Tengo media hora aún antes de que empiecen las clases, así que no me molestó en apresurarme para ir. No vivo muy lejos de la escuela realmente, solo camino unos diez o quince minutos y llego.
Pasado dicho tiempo, me encuentro frente al portón de lo que llamaría mi “infierno personal” y creo que es así para la mayoría de estudiantes.
Nada más entrar todos fijan su vista en mi. Especialmente él. Kirigaya Kazuto. Mi novio.
— Pensé que ya no llegarías Asuna, ya estaba preocupándome.
Comentó apenas llegó a mi lado, le miré a los ojos sintiendo pena por él, sin llegar a demostrarlo, sonreí falsamente en un intento de controlarlo.
— Tranquilo, Kazuto-kun. Yo estoy bien ¿Si? Ahora vayamos a clases que se hace tarde.
Asintió sonriendo y me dio un casto beso en la mejilla, puede que llevemos seis meses saliendo, pero él rara vez me besa en la boca. Conserva su lado inocente, lo cual no es bueno teniendo en cuenta de como son los locos adolescentes de está secundaria.
Vamos a clases tomados de la mano, acto que me da lo más parecido al asco por la ternura que irradia pero no digo nada. No puedo arruinarlo. No hasta que llegue el momento.
[...]
Por fin luego de una tediosa larga hora de matemáticas toca el timbre que anuncia el descanso. Juro que podría llorar de la felicidad que me da eso.
Voy a los jardines que están vacíos a excepción de una persona. Sonreí con la maldad brotando de mi. Es solo mi rubia favorita.
— ¡Hola! ¿Pero miren a quién tengo aquí? ¡No es más que mi rubia-nerd favorita! ¿Como has estado? – Pregunto con falso interés y la sonrisa aún en mis labios. Se da la vuelta al escuchar mi voz y me mira con odio y con... miedo...
Por más que lo quiera ocultar yo lo noto, yo lo sé, ella me teme, por más que intente ocultarlo no puede, el miedo se ve reflejado en aquellos ojos zafiros que no dejan de observarme. Me gusta que me tema.
— ¿Qué haces aquí? – me pregunta intentando no sonar nerviosa. Plan fallido.
Hago un puchero ante sus palabras — ¿Es esa la manera de tratar a los amigos, Alice-sama? – respondo, haciendo un ademán como si me hubiese ofendido, aunque en verdad no me importa en lo más mínimo.
— Tú no eres mi amiga – dijo con seriedad.
Reí. Para luego negar con la cabeza lentamente.
— Me ofendes, pequeña nerd, una intentando ser amable contigo y tú con tus malos modales. Por eso estás sola ¿Cierto? –molesté.
— Tú eres todo menos amable – frunció el seño bajando la mirada – por favor déjame sola ¿Podrías?
Estaba por hablar pero una voz tras de mí me interrumpió.
— ¡Asuna! Te estuve buscando por un buen rato. Al fin te encontré – Dijo el recién llegado con una sonrisa alegre, su mirada paso de mí a la rubia. – ¡Hola Alice! No esperaba encontrarte por aquí, menos con Asuna ¿Puedo saber de qué hablaban?
Rápidamente la miré amenazándola con la mirada de que si decía algo la pasaría mal. Ser la popular de la escuela tiene sus ventajas, y eso, para ella, será tener el infierno mismo sobre sí. Volteó la mirada a otro lado que no sea a él y respondió.
— De nada importante. No te preocupes – Forzó una sonrisa sin atreverse a mirarnos. Mejor.
Kazuto estaba confundido más no preguntó algo más.
— Bien – Dijo y me miró – ¿Asuna almorzamos juntos? – pregunto esperanzado. Iluso. Asentí. Se dió la vuelta y empezó a caminar, me acerque a Alice que no se había movido de ahí y le susurré al oído.
— Bien hecho. Nos veremos luego. Rubí-nerd.
Me aleje sin más y seguí a mi "novio".
[…]
El día se acercaba, solo dos, dos días más y me iré, acabaré con esta farsa por fin que tan cansada me tiene, seré libre de él, de todos. Solo debo esperar.
En este momento estaba con Yuki Konno. Mi mejor amiga desde siempre, ella sabe de esto, ella es la que me ah hecho cumplir con esta apuesta.
— Y ¿Cómo te está yendo? – preguntó refiriéndose de Kazuto. Me encogí de hombros sin prestarle verdadera importancia al asunto.
— Todo normal como siempre y como debe ser, no sospecha nada y no lo hará hasta que sea el día.
Ella sonrió y asintió.
— Sabía que sería así, no hay quien que no caiga ante ti – rodó los ojos como diversión, yo reí, sabiendo que tiene razón, nadie se resistió a mí nunca, nadie lo hará jamás.
Vi la hora en el reloj de la mesita de mi habitación, 4:37 PM. Quedé de verme con Kazuto a las cinco. Me levanté de la cama donde estaba acostada y me cambié el uniforme que aún traía puesto.
Me puse ropa casual, una blusa blanca de mangas largas, una falda roja que me llega encima de las rodillas y zapatillas negras. Me trence mi largo cabello y me maquillé ligeramente, Yuki solo me veía sin decir nada, sabía de mi cita, se lo dije apenas llegó a mi casa.
Vi la hora y no faltaban más de cinco minutos para que llegase por mí. Miré a Yuki.
— Vendrá pronto, sabes que puedes estar más tiempo si quieres en mi casa, yo debo irme ya.
Asintió con una gran sonrisa – si, si, lo sé, lo hago siempre no debes repetírmelo, creo que me sé tu discurso de memoria – soltó una buena risotada y no tarde en unírmele. El timbre de la mansión interrumpió nuestra plática. Él había llegado. Fui con él con dirección a su casa, no era la primera vez que iba ahí así que no había problema.
[....]
Tuve que hacer un gran esfuerzo por no reír al ver cómo Suguha, la prima-hermana de Kazuto me veía con temor, tanto así que llegó a tropezar con la pared que separa la cocina con la sala. Mordí mi labio inferior cuando me lanzó una mirada de odio.
— ¿Estás bien, Sugu? –pregunto con falsa amabilidad que la hace verme con asco. Me hago la ofendida, miro a mi alrededor viendo que Kazuto no haya bajado aún y sonrió cuando es así –mira que rechazar mi ayuda, no, no, no ¿Que clase de modales son esos? – niego con la cabeza aún con la sonrisa plasmada en mis labios.
— ¿Y quién eres tú para hablar de modales? –maldice entre dientes para volver a hablar – sólo eres una hipócrita, te escondes bajo una máscara de bondad e inocencia cuando no tienes nada de las dos cosas. No tienes derecho de hablar de modales cuando verdaderamente tú no los tienes.
Suelto una gran carcajada por lo que a dicho, la miró con superioridad y hablo.
— ¿No deberías ser más respetuosa con tus mayores, mocosa? ¿Recuerdas quién soy? Soy Asuna Yuuki, y una Yuuki no permite que le hablen de tal manera. Será mejor que te comportes o te irá mal – digo lo último haciendo como si me importará cuando no es así.
Finalmente Kazuto baja a donde estamos, me sonríe, hago lo mismo, veo a Suguha irse sin decir nada y me encojo de hombros. No es cómo si me importará que hiciera la mocosa esa.
[…]
– ¿Por qué, Asuna, por qué?
Pregunta sin dejar de llorar, ruedo los ojos con irritación, ya me tiene cansada con su lloriqueo. Cruzo mis brazos en mi pecho y sonrió con burla.
— ¿Por qué? Porque así son las cosas, Kirigaya, fuiste una apuesta, y, aunque me la pasé bien, creo, no has sido nada más haya de eso ¿Entiendes? –hago como si de un niño pequeño se tratase, y en cierta parte es así, él es un año menor que yo aún.
Alza la vista por primera vez desde que le conté la verdad del porque estoy, o estuve, con él.
Aprieta la mandíbula, claramente enojado y resentido, para hablar con desdén, cosa que jamás le escuché hacer.
— Si así es como pasaron las cosas pues bien, pero quiero que sepas que yo sí te quise, y te quiero, si tú no, lo acepto. Que tengas buen viaje.
Sin decir una palabra más se va, se levanta de la banca en la que nos habíamos sentado para hablar cuando le cité que viniera y me da la espalda, sin voltear a verme en el camino.
Abro la boca indignada porque no me haya dejado hablar, luego me levanto y hago lo mismo, ya satisfecha de haber acabado esa farsa pero enojada que no me haya dejado hablar más.
Me dirijo al aeropuerto con mis maletas ya ahí, veo a Yuuki, que se quedará aquí hasta terminar la secundaria que es el otro año antes de que pueda ir donde conmigo, y la abrazo una vez estoy cerca. Me corresponde el abrazo y le oigo sollozar un poco.
— ¿Por qué lloras Yuuki? No será la última vez que nos veamos y lo sabes.
Asiente y levanta la mirada.
— Lo sé, es solo que eso no será hasta dentro de un año, y tú sabes cuánto odio las despedidas.
Sonrió asintiendo a lo dicho, al igual que ella a mí tampoco me gustan las despedidas, pero me abstengo a demostrarlo
— Cierto, pero debías venir, ¿O acaso ibas a dejar que me fuera sin vernos una última vez? – niega con la cabeza – no verdad, esto era necesario. Y, como se me hace tarde para irme debes soltarme ya.
Me quejo ya que no me a soltado para nada desde que me abrazó, y me sujeta tan fuerte que se me dificulta respirar incluso.
Se ríe porque se a dado cuenta del porque me quejo y finalmente me suelta.
— De acuerdo, te dejaré ir, hasta pronto, Asuna Yuuki – sonríe entre lágrimas y yo también sonrió, por la emoción se me escapa una pequeña lágrima que borro al instante.
— Hasta pronto, Yuki Konno – digo yéndome al avión, viendo como ella sigue mis movimientos hasta que no puede hacerlo más.
Una vez que estoy en el asiento que me corresponde, la vuelvo a ver por la ventanilla del avión, sin saber que esa sería la última vez que la viera en persona....
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Dulce M.
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✤𝐸𝑙 𝑟𝑒𝑡𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑑𝑖𝑟𝑒𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑜́ 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎✤
FanfictionKazuto Kirigaya tiene fama en su institución por haber enamorado a la mayoría de las chicas de su clase, todo lo hacía por un "Reto" que debía cumplir con sus amigos. Cuando creyó lo había cumplido, sus amigos le hicieron ver qué aún había alguien q...