el destino elegirá

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Katsumi:

Me quedé un buen rato mirando la entrada de la cueva donde había desaparecido la espalda de Itachi entre la oscuridad. ¿Qué había insinuado? Esa conversación estuvo salpicada de intrigantes indirectas si uno se lo ponía a ver bien.

Luego de bastante tiempo comencé a caminar por ahí con lentitud, hacia una gran roca donde me senté apoyando la barbilla en el puño para pensar: "No tengo idea de lo que dice... Agh, podría ser menos filosófico y más explícito. Sin embargo había algo más claro que el agua, hay que ser tonto para no entender: tengo que elegir qué hacer con la oportunidad que se me dio..."

Claro que podía usar mi poder para revivir a mis seres queridos, acabar con la guerra pero "reseteando" el mundo, vivir una vida feliz y tranquila... Pero no era lo mismo, para nada. Así que...

Me levanté y volví a caminar por el lugar, notando cómo la noche caía sobre mí.

- ¡¡Katsumi!! -voz irreconocible para mis oídos fue lo que nuevamente detuvo mi marcha y alcé la vista hacia el cielo en el que ya estaban saliendo las estrellas. 

- Naruto! pero tú... ¿Cómo sabes que...?

- bueno, es largo de explicar, pero en pocas palabras Itachi te mencionó y me encomendó cuidarte, entre otras cosas. 

- ¿qué? pero él... No, imposible. -observé cómo el rubio aterrizó frente a mí, y su acompañante, Killer Bee asentía con la cabeza en forma de saludo y se alejaba a rastrear el perímetro. 

- escucha, esto es urgente: han revivido a Madara, el auténtico Madara Uchiha, y mis clones que están luchando me informan de la situación: situación crítica, ha asesinado a cientos de shinobi en poquísimo tiempo... ¡Te necesitamos!

- ¿que revivieron a mi tío? -pregunté estupefacta y sin pensar.

- ¡¡tu queeee?! -ay de mí, siempre tengo que andar metiendo la pata. 

- ehhh olvídalo, olvídalo, ¿dónde está? ¿en qué dirección? -seguía mirándome con los ojos bien abiertos en su modo Kyubi- ¡¡Narutoo!!

- ¿qué? ah, ¿cómo? ¡ah, sí! ehh... está hacia el sur, en la división de Gaara.

- pero me dijeron que Gaara-kun estaba junto a el Tsuchikage-sama peleando contra otros revividos... en el oeste. -dije extrañada.

- bueno ya es tarde, los cinco Kage están luchando contra Madara, me acaban de apartar de ahí. 

- ¡está bien, está bien! voy para allá. -me dispuse a correr pero me tomó del antebrazo seriamente.- ¿qué? ¿qué pasa?

- cuídate, no me hagas faltar a la palabra de Itachi tan rápido. 

- tranquilo, también él me subestima. -sonreí brevemente y me alejé velozmente del lugar. 

Esta vez la adrenalina fluyó claramente por mis venas, pude sentir ese cosquilleo en el estómago a causa de la incertidumbre, el viento ya nocturno fue una gran ayuda para apaciguar esa llama que Guy-sensei llamaría "la llama de la juventud" (algo que comencé a sospechar real), y la determinación fue la detonante para que la decisión de lo que haría se aclarara en mi mente. 

Entonces fue cuando sentí un latido resonar en mis oídos y me detuve. ¿Era lo que creía que era? 

Sí, así fue: es difícil explicar el lugar pero supongo que es el inconsciente de la persona, donde depende el color (en mi caso violeta) y puede verse como si fueran miles de millones de estrellas quietas o fugaces... Un espacio infinito que llevaría a la gente a la locura.

- lamento interrumpir tu carrera al campo, no tengo mucho tiempo. -me sorprendí, delante mío se hallaba Itachi, como había sido en vida y su vestimenta gris. Eso significaba...- sí, ya deshice el Edo Tensei, Dan y yo somos los últimos en irnos. 

- Itachi, yo... Lo... lo siento por haberte hablado así, es que todo esto me está alterando por demás y no quería... -callé. Era la excusa más débil y estúpida que había oído de mi parte... Aunque era real, claro.- lo siento. -él sonrió sinceramente y se acercó alzando mi mentón con su mano izquierda.

- te dije que no te disculparas, no sabía por lo que pasabas, es por eso que insistí. -asentí intentando devolverle la sonrisa.- únicamente vengo a recalcar lo mucho que te amo y añoraré durante el tiempo que no esté. 

- lo dices como si no fuera a ser eterno. -susurré bajando la mirada.

- es que no lo será. -alcé la vista frunciendo un poco el entrecejo.

- ¿qué? ¿pero qué dices?

- ahora no tengo tiempo -negó apremiante. Su voz comenzaba a sonar retumbante: estaba por irse definitivamente.- sólo cuídate, mucho. No te rindas en tus propósitos aunque seas la última en pie, recuerda que tienes la voluntad de Shisui. Defiende a los que amas y termina con esto. Para cuando haya concluído te sentirás mejor y todo cambiará.

- supongo que debo confiar en tu determinación y firmeza, que por cierto me ayudaron a elegir lo que haré. -dije mirando fijo esos ojos, recorriendo su rostro para recordar perdurablemente cada una de sus deslumbrantes facciones.

- no te irá mal si lo intentas. -ambos sonreímos y al mismo tiempo acortamos la distancia restante por última vez y él comenzó a elevarse sin abandonar su sonrisa de absoluta paz- protégete y protégelos. 

- Te amo Itachi Uchiha. 

Volví en sí a mi cuerpo físico con una sonrisa en los labios. No dije ni pensé más nada en concreto, sólo volví a correr rápidamente por el espacio reseco hacia donde debía ejecutar mi destino.

Cuando llegué a donde se libraba la dolorosa batalla descubrí a Tobi junto a mi objetivo, encima de una cosa enorme que reconocí como el Juubi. La luna ya se tornaba roja, y que el legendario enemigo del Primer Hokage se encontrara allí no me dio buena espina, eso significaba que de alguna forma se liberó de los Kage, y espero sea de la menos horrible. 

Bajé por esa pequeña montaña con los puños cerrados al costado del cuerpo y expresión decidida. Todos llevaban la cubierta de Kurama, lo que connotaba que Naruto ya estaba allí haciendo de las suyas. Pasé por entre los shinobi hasta el frente donde estaba el rubio y todos sus compañeros.... Sorprendiendome de ver a Sasuke allí, aunque no dije nada.

- casi llegas tarde Katsumi. -dijo Naruto sonriendo triunfante a nuestros enemigos. Sakura y el emo me miraron.

- bueno... Hay decisiones que llevan tiempo. -alegué poniéndome en posición de ataque igual que los demás y sonriendo de lado-  pero finalmente aquí me tienes, para que no mueras de miedo.

- Katsumi. -giré un poco el rostro a Sasuke, quien hablaba seriamente, como siempre- te debo una disculpa. 

Volví a mirar al frente con una mueca igual a la de Naruto.

- esto no acaba aquí, pero ahora hay cosas más importantes.

Activé el Sharingan y, juntos, los cuatro adelante y los demás atrás con adrenalina nos lanzamos a atacar a los dos Madara.




¡Gracias por leer!


Always Love You (Itachi y tú) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora