Una vida ¿normal?

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Katsumi:

Para ser completamente sincera no recuerdo nada más de esa noche, pero por lo que dijo Itachi mientras comíamos me quedé dormida... Algo inusual, yo no me quedaría dormida si no es el momento, pero bueno, en mi defensa eran las 2 de la mañana y a esa hora yo siempre estoy durmiendo. 

- buenos... buenos días amor. -fueron mis primeras palabras en medio de un bostezo cuando aparecí por el pasillo y algo más extraño aún estaba pasando: él, Itachi, estaba ya sentado a la mesa. Yo soy la que madruga aquí, ¡¡no él!!

- buenos días bella durmiente. -sonrió la belleza personificada cuando también me senté frente a él y mirando ensimismada el café renegrido ante mis ojos.- ¿sucede algo cariño?

- no... Bueno, creo que sabes que esto no puede seguir siendo un secreto, en especial para tu hermano menor. - dije señalándolo levemente. Itachi asintió despacio con pesadumbre y proseguí:- lo primero que hay que hacer es llegar a Kakashi lo más encubierto posible y decirle todo... todo. -desde que apareció no habíamos tocado más el tema de la maldición, por eso el ambiente se tornó algo tenso.

- entiendo... Pero, ¿por qué a Kakashi? 

- ah, cierto, no lo sabes. -negué para mí- él es el actual Hokage. -concluí y me miró sorprendido.- en conclusión, Kakashi lo hará público y no tendrás que hacer mucho, lo otro que te queda por hacer es Sasuke... 

- tranquila -rió despreocupadamente apoyando los codos en la mesa- de eso me puedo encargar sin problemas, no es...

- SIN mentiras ni apartes, ¿me oíste? -aclaré enfatizando la primera palabra con los ojos entornados.- gracias a eso casi destruye todo y no creo que Naruto esté para sacarlo del mal camino de vuelta.

- pero al final me sinceré. -se excusó y lo miré mal.

- sirvió de nada, te salió todo al revés así que ve directo al grano con la verdad. -resopló y dije en tono de advertencia ahuecando las manos en la taza caliente- Itachi... 

- está bien, está bien, de todas formas no tenía pensado ocultar nada. -sonreí con dulzura.

- mucho mejor así amor. Bueno vamos, tenemos que ir a la torre de los Altos Mandos cuanto antes. 

Me levanté dejando mi mueca de amenaza oyendo su tono divertido cuando estaba por desaparecer por el pasillo:

- loca...

- ¡te oí! -grité entrando a la habitación.

Caminar por las calles con la gente chusma ya en pie y murmurando fue más difícil de lo que pensaba. No paraban de mirar y susurrar entre acompañantes poniéndome nerviosa que llegué al punto de decirlo a un adolescente que pasaba por ahí con su amigo de mal modo:

- ¿nunca te dijeron que señalar con el dedo es de mala educación? -se ruborizó y escabulló en la primera tienda que encontró al tiempo que yo gruñía rodando los ojos. Itachi rió bajo.

- no es para tanto, no exageres. -lo miré también a él mal, tragó saliva y desvió la mirada hacia otro lado: nunca se sabe cuando se me puede saltar la tuerca. 

Durante el resto del camino no hubo mucho por mencionar salvo que mi querido esposo tuvo que contenerme de querer matar a un estúpido que le gritó una grosería... Nada fuera de lo común. Llegamos a la torre indicada y solté su mano para tocar la puerta y entrar al recibir la indicación.

- hola Kakashi, ¿cómo vas con el papeleo? -su cara fue épica cuando vió entrar a un Itachi vestido normal, en perfecto estado y tan campante por ahí. 

Always Love You (Itachi y tú) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora