MISTERIOS

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Los mejores ninjas médicos estaban examinando al paciente, había sido operado con gran éxito y su vida que al llegar estuvo en grave peligro ahora ya no corría peligro alguno. Pero no había un solo médico en la arena que no se haya preguntado cómo fue que Naruto recibió tales heridas cual más peligrosa una que la otra.

Cualquier otro ninja habría muerto mucho antes de llegar al hospital, pero él resistió e incluso sobrevivió a la operación.
Aún así al paciente le costaba respirar con normalidad, se podía ver que todavía se asfixiaba ya que cada tanto no le entraba aire a los pulmones como debería suceder. Su palidez seguía adornando su rostro como una marca persistente.

Seguía inconciente pero no bien salió del quirófano comenzó a llamar a Gaara entre sueños. Estando sedado, bajo los efectos de la morfina, luego con los calmantes que le inyectaban no paraba de llamarlo. Sonaba desesperado hasta había ocasiones en que se agitaba tanto que tenian que sujetarlo. Cuando una vez intentaron atarlo su ritmo cardíaco peligró como si estuviese dándole un paro.

Nadie de los allí presente podía explicar tal reacciones del ninja rubio. La aldea contaba con excelentes equipos médicos por lo tanto el Kasekage estaba tranquilo en ese aspecto, sabía que su amigo estaba en las mejores manos. El problema radicaba en todo lo demás. Ese gran misterio que solo podría descifrarse cuando él haya despertado y pueda contarles qué sucedió.

Gaara permanecía a su lado en la habitación mirándolo dormir, cuando su respiración se tornaba dificultosa él sujetaba la mano de su amigo y le hablaba logrando que vuelva a respirar con normalidad. No quería dejarlo solo ni por un instante. Solo se iba de la habitación cuando tenía que asistir a alguna reunión importante. Nunca vió a Naruto así de débil y en semejante estado de desesperación.

En esos momentos recordaba lo que le dijeron los ninjas que lo llevaron al hospital y aún no podía evitar de sorprenderse.

"Dijo que sólo usted podía protegerlo porque tenía la mejor defensa.
Antes de desmayarse gritó su nombre pidiéndole ayuda. Se veía muy asustado".

Miró aquella joya que su amigo llevaba sujeta en su mano cuando llegó allí. Dorada al completo tenía la forma de dos calabazas como las que solía llevar él mismo. Aquello en verdad era extraño. ¿De dónde consiguió aquella joya Naruto? Para pedirle ayuda con tanta desesperación estaba escapando de algo o de alguien pero ¿De quién?

Al parecer tenía que esperar a que reaccione, en cuanto a esa joya...no parecía tener poder alguno a simple vista. Su equipo la analizó y no detectaron nada raro, era una joya común y corriente. Sin embargo su amigo la sujetaba con tal fuerza como si su vida dependiese de ello.
Muchos vacíos, muchas preguntas sin responder.

Otro misterio fue el estado de su amigo al llegar. Cuando lo examinaron el equipo médico le dijo que su cuerpo tenía heridas por todas partes, había evidencia de que fue latigado, quemado vivo e incluso atado ya que sus muñecas, brazos, torso y espalda mostraban rastros de heridas de fuertes ataduras. Luego estaba esa profunda herida de su hombro derecho que costó hacer que dejase de sangrar. Sin embargo nada de eso explicaba el continuo llamado hacia su persona.

En esos momentos volvía a asfixiarse y él una vez más sujetó su mano derecha  hablándole con voz serena. Al cabo de unos minutos volvia a respirar con normalidad.
Gaara salió en busca del ninja medico encargado del paciente.

- ¿A qué se debe esas asfixias? ¿Estás seguro que sus pulmones funcionan bien?
- Así es Kasekage, sus asfixias no se deben a algo físico sino psicológico más bien.
- ¿Qué fue lo que le pasó?
- Eso es lo que todos deseamos saber pero habrá que aguardar a que despierte
- Si no queda otra opción...gracias

Sin oír nada más de lo que el ninja médico decia, Gaara regresó a la habitación junto a su amigo quien lo necesitaba más que nunca. Optó por colocarle en el cuello aquella joya de las calabazas ya que él la trajo después de todo.

- Gaara...ayúdame...Gaara - susurró Naruto en cuanto el Kasekage había abandonado la habitación
Cuando regreso, Naruto dormía en aparente tranquilidad. Su cuerpo iba recuperándose a gran velocidad pero su mente era otra cuestión. Kankou entró en ese momento, se veía algo preocupado. Le pidió a su hermano salir afuera ya que necesitaba hablar con él.

- El.consejo debatió sobre qué medidas tomar con respecto a Naruto y llegaron a la conclusión de que deberíamos notificar a la Hokage de Konoha pero aceptarán tu desición.

Notificar a Konoha sabía que era lo correcto, lo que se debería hacer según el protocolo a seguir. No obstante él tenía sus serías dudas. Miró a Naruto desde dónde estaba con detenimiento. Estaba sufriendo, se lo veía tan indefenso, además al fin lo podría tener a su lado. Aquel último pensamiento lo descartó odiandose por ser así ¿Cómo podía pensar en aprovecharse de la situación?

- ¿,Y bien? - preguntó Kankou - Debes tomar una desición ahora Gaara. El consejo aguarda
- Lo se - el Kasekage suspiró profundo antes de seguir - No diremos nada a nadie ya que todo es un gran misterio. Él llegó aquí pidiéndome ayuda a mí, de echo aún lo hace. En estos momentos no confío en Konoha, no se irá de aquí.

Kankou sonrió algo aliviado ya que conocía a su hermano tan bien  que antes de ir a verlo sabía la respuesta de éste.
- Piensas retenerlo el mayor tiempo posible ¿Cierto?
- Si, él me necesita
- Iré a informar tu desición al consejo y para ser sincero todos se sentirán aliviados jajajaja.
Gaara regresó a la habitación junto a Naruto y Kankou los miró unos momentos.

"En cuanto se recupere deberías sincerarte con él...Gaara"

EL SHINOBI DE LA ARENA ( GAANARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora