PESADILLA

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Destellos de luces y sombras. Un lugar frío y estrecho, sin poder moverse ya que permanecía atado con esas cuerdas indestructibles que por más que lo intentará jamás lograría romperlas. Cada tanto recibía esas descargas eléctricas que recorrían todo su cuerpo seguido de los latigazos de fuego. Su cuerpo no tenía el tiempo necesario para regenerarse. Luces y sombras por doquier. Lanzaba alaridos de dolor hasta que su garganta quedó lastimada de tanto gritar.

Nada de lo que hubo intentado hasta ahora funcionó, parecía que su condena sería eterna. Una grave y gutural voz resonaba en el lugar pero él no lograba comprender sus palabras. Cuando el dolor se volvió inaguantable despertó sobresaltado y sudando por cada poro de su pálida piel de porcelana. Respiraba agitadamente, se llevó su mano a la cabeza cibriendose parte del tatuaje de su frente. Sus rojos cabellos estaban pegados a su piel por la transpiración. Aquel sueño otra vez, ésta era la cuarta vez que tenía ese sueño en lo que iba de las dos semanas vividas. Respiraba con cierta dificultad por la agitación vivida, aquel sueño parecía ser tan real que al despertar sentía su cuerpo entumecido y algunas partes del mismo adoloridas.

¿Qué significado tendría? No le había contado nada a nadie porque no deseaba aflijir a los demás; más aún después de lo vívido con Akatsuki cualquier cosa relacionada con su persona era motivo de preocupación para los demás. En especial para sus hermanos. Sin embargo aquello se tornaba bastante molesto. Gaara aludía esas pesadillas al estress vivido, después de todo no era nada fácil haber padecido lo que él padeció y morir para ser revivido posteriormente. Cualquiera se sentiría extraño como mínimo.

Miró a su amigo que dormía tranquilamente en esos momentos e intentó relajarse. En esos momentos entró el médico que lo trataba a Naruto y él discimuló su estado colocandose la máscara de la frialdad en su rostro. Éste le hizo los exámenes de rutina:
- Va progresando Kasekage, al menos físicamente. Por supuesto que sus fuerzas irán reapareciendo de a poco.
- Gracias

Luego el médico se fue y Gaara volvía a quedar solo en la habitación con Naruto. Mirar su rostro angelical lo reconfortaba bastante y sorpresivamente lo calmó más rápido de lo que él mismo llegó a pensar. Afuera el amanecer había llegado y con él un nuevo día de calor. Gaara acarició el rostro de Naruto, sus manos se posaron en su dorada cabellera y sus mejillas.

Con sus dedos índices fue dibujando el contorno de su  rostro hasta llegar al cuello y descender a su pecho para regresar una de sus manos a su cabellera nuevamente sin dejar de acariciar su cuello y pecho con la otra.  Todavía estaba perturbado por ese sueño que más bien era una auténtica pesadilla y buscaba recuperar la serenidad en él.

- Gaara - susurró Naruto en sueño y este alejó sus manos de él inmediatamente
- Naruto - dijo el Kasekage - ¿Qué te ocurrió? - acarició nuevamente su dorada cabellera
- Gaara no...no dejes...que me...lleven...Gaara...
- Tranquilo, nadie te llevará a ningún lado

Las imágenes de esos destellos de luces y sombras volvieron a invadir su mente pero solo que ahora él estaba despierto. De repente se vió a si mismo atado en aquel lugar estrecho que no alcanzaba a divisar en concreto dónde estaba. Retrocedió instintivamente y aquel movimiento lo regresó al presente, estaba despierto no dormido. Se encontraba en la habitación del hospital junto a Naruto y no en donde sea que haya estado en el sueño.

Respiraba con cierta dificultad mientras se miraba las manos y los brazos comprobando que se era libre, no estaba atado.
Frunció el ceño, era la primera vez que le sucedía eso. Verse a sí mismo así pero estando despierto.
- Gaara - la voz de Naruto lo volvió al presente. Había despertado - ¿Estás bien? - el ninja rubio estaba sentado en la cama y por lo visto había recuperado parte de sus fuerzas y el color de su rostro.

EL SHINOBI DE LA ARENA ( GAANARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora