DESAGRADABLE SORPRESA

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Risas macabras podia oir en medio de la inmensa oscuridad sin saber de quienes eran solo sabía que esos ecos le peoducian escalosfrios hasta más no poder.

Estaba otra vez en Konoha solo que ahora él era tan solo un niño pequeño de no más de cinco años. Su pequeño depaetamente vivía en total desorden. Se veía a sí mismo caminando por las calles de al aldea pero allí nadie lo queria.

Absolutamente nadie. Todos lo miraban con desprecio y odio total, aquello lo lastimaba pero nunca lo demostraba.

Escuchaba el desprecio de las palabras que los aldeanos usaban al dirigirse a su persona. Ninguno lo bajaba de monstruo y anormal.

Hasta lo maltrataban golpeandolo o permitiendo que sus hijos lo golpearan. Nadie se compadecia por su persona, nadie lo apreciaba.

Desolación, soledad y angustia eran sus sentimientos que bien ocultaba tras la máscara de una sonrisa y sus múltiples travesuras.

-¿Quién te va a amar a tí? - Alguien le decia, alguien que él no alcanzaba a ver al estar en aquel atardecer a contraluz - Nadie en su sano juicio amaria a un monstruoso anormal como tú - sabia por el timbre de su voz que era un hombre jóven pero nada más - Tú no te mereces ser amado por nadie - aquellas punzantes palabras lo lastimaban peor que si fuesen cuchillas.

Naruto despertó aquella mañana con lágrimas en su rostro. Se pasó la mano por sus ojos y vió que estaba húmeda. Efectivamente eran lágrimas. Respiraba entrecortado.

Miró a Gaara que aún dormia tranquilamente a su lado y se levantó. Se fue al baño a mojarse el rostro para reponerse un poco de aquel sueño. Aunque él sabia que no habia sido un simple sueño sino más bien se trataban de sus recuerdos.

¿Qué sucedia? ¿Tan mal la pasó en Konoha? De ser así ¿por qué siguió allí? La angustia seguia en él y las duras palabras de aquel desconocido retumbaban en su mente lastimándolo más de lo que ya estaba.

"Nadie en su sano juicio amaria a un monstruoso anormal como tú"

-Callate - susurró mirándose al espejo

"Tú no mereces ser amado por nadie"

-¡Cállate! - exclamó golpeando el vidrio del espejo del baño lastimándose la mano izquierda.

-Naruto ¿qué sucede? - Gaara estaba alli y al verlo herido exclamó - Oh por dios, tu mano - inmediatamente abrió el agua fria y colocó la mano del rubio bajo de la misma

Gaara lo miraba asombrado, el rubio seguia llorando en silencio. El pelirrojo se preocupó mas aun. Fue por el botiquin de primeros auxilios y tras curarlo lo vendó. Cuando acabó aquello le secó las lárgrimas mientras le susurraba con dulzura:

- Ya está mi amor, ya pasó. Seguramente fue un mal sueño.
- No Gaara no fue un sueño - dijo dolido el rubio - Fue un recuerdo y no solo uno...varios...
- ¿Recuerdos? - el rubio asintió con la cabeza.
- Konoha...me odiaba ¿verdad? No me mientas por favor Gaara.

Como única respuesta Gaara lo abrazó con intenso amor y el rubio le respondió con un abrazo mas fuerte entregandose a la tristeza total. Lloró tanto que se sintió agotado. Cuando pudo contenerse el pelirrojo le dió agua.
- Tu vida no fue fácil Naruto pero supiste superar todos los obstáculos
-¿En serio?
- Por supuesto

Naruto le contó lo que habia soñado como recuerdos mientras el pelirrojo lo abrazaba brindandole su amor y comprensión.

- Todas las piezas encajaran cuando recuperes todos tus recuerdos mi amor. La mayoria serán tristes pero tambien tendres recuerdos alegres.
- Gaara tú...nunca me abandonarás ¿verdad?
- Nunca, eres muy importante para mi.

Asi llegó el amanecer y tras desayunar ambos se fueron a la torre del Kasekage donde les esperaban un arduo dia laboral. Con el correr de las horas Naruto fue olvidandose de ese sentimiento de vacio doloroso que lo invadió en el amanecer para recuperar su acostumbrada alegria.

Cerca del mediodía Gaara recibió una nota del señor feudal de su país. Estaba en su despacho junto a Kankou cuando éste se la dió. Cuando el Kasekage la leyó los colores de su rostro lo abandonaron y las expresiones comenzaron a endurecerse.

De la furia el pelirrojo arrugó el papel  mientras se incorporaba. Su hermano al verlo así se preocupó bastante.
-¿Gaara? ¿Qué sucede? ¿Qué dice la nota del señor feudal?
- A partir de hoy dejo de ser el Kasekage - su voz era dura y su expresión amenazante como tiempo atrás solia ser - Te daré este maldito puesto a tí

-¿Qué estás diciendo? Gaara no bromees asi
- No es broma Kankou - lo miró con frialdad - No pienso obedecer sus ridículas órdenes ¡Nunca! - Gaara rugió aquello arrojando la nota al escritorio -  El señor feudal me pide que acepte a la hija del señor feudal del país del trueno como esposa para que se lleve a cabo una alianza entre ambos países ahora que perdimos la alianza con el país del fuego.

-¡¿Cómo dices?! - Kankou agarró la nota y la leyó dos veces para convencerse - Gaara tú...
- No Kankou, no lo haré. No dejaré a Naruto y solo me casaré con él. ¡Las ordenes de esos viejos me tienen sin cuidado! Haremos el traspaso urgente.

-¡Espera! Antes hay que hablarlo con el consejo
- A partir de este instante dejo este maldito puesto Kankou, el consejo puede decir lo que quiera no me importa.
- No te precipites Gaara.

En ese instante un guardia entra al despacho dejando la puerta abierta y anuncia:
- Kasekage su prometida acaba de llegar a la aldea.

Ésto fue escuchado por Naruto quien estaba en el umbral de la puerta del despacho. Su mirada se cruzó con la de Gaara unos instantes para luego abrir enormemente sus ojos sintiendo cómo se humedecian.

-Naruto - murmuró Gaara pero el rubio apretó los labios y salió del lugar corriendo con su mente a punto de estallar -¡Espera! - luego miró al guardia y en menos de un segundo utilizó la arena para envolverlo y llegar al borde de la asfixia - ¿Por qué demonios dijiste semejante mentira? Te mataré maldito.

-¡Gaara detente! - gritó su hermano
- Señor...por favor...es lo que me dijeron que...le diga...ella está fuera...esperandolo....
Gaara lo soltó intentando reponerse pero le dijo:

- Dile que regrese por donde vino, para mi no es mas que una desconocida mentirosa y reza para que encuentre a Naruto o serás hombre muerto.

El guardia empalideció y temblando exclamó:
-Pero solo cumplia órdenes señor
- ¡¿De quién?! - rugió Gaara
- De Baki
- Haz lo que te dije ¡Ahora!
Sin decir más el guardia se fue y luego Gaara seguido de Kankou.

El Kasekage estaba desfigurado y solo tenia en mente una única idea: despedazar a Baki.

EL SHINOBI DE LA ARENA ( GAANARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora