PÉRDIDA

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Tras salir de la aldea de la arena  caminó por el desierto sin rumbo fijo ya que no tenia idea hacia dónde se dirigia ni qué haria. Lo único que sí sabía era que no podia volver a Konoha ni permitir que sus ninjas lo localicen. Tapandose lo más que podia su rostro caminó durante horas.

En su mente se sucedian las multiples imágenes de los momentos vividos junto a Gaara cuando creia que el Kasekage lo amaba. Tantos momentos vividos de intensa pasión, como anhelaba volver a esos dias pero debia afrontar la maldita realidad.

Sin embargo los recuerdos seguían en él atormentandolo hasta enloquecerlo. Amaba a Gaara, eso nunca cambiaria sin importar lo que el Kasekage haga o diga pero no podia permitir que lo entregue a Konoha para que lo maten.

Seguia caminando pero con mas lentitud ya que el cansancio empezaba a adueñarse de su persona.

Podia sentir el poder de Gaara llamandolo gracias al dije que llevaba puesto pero él prefirió ignorarlo. Lo sujetó con su mano derecha sin pensar en volver ya que sentia terror de ver a su amado en brazos de su novia y de ser entregado a sus enemigos.

"Naruto...regresa a mi"

Pudo escuchar su voz resonar en su mente gracias al dije pero él cerró sus ojos sin detenerse mientras pensaba.

"No Gaara...no quiero verte en sus brazos...no soportaria aquello"

"Naruto..."

"No Gaara"

Luego hizo todo lo posible por romper esa conexion, no le daria la ventaja de poder localizarlo. No moriria en ninguno de los sentidos. 

Siguió caminando hasta que ya no pudo más y cayó a la arena inconconciente. El viento empezaba a soplar mas fuerte. Se avecinaba una tormenta de arena.

Cuando el viento fue elevando su potencia le quitó la capucha que protegia su rostro y su cabeza dejandolo expuesto. Fue cuando un caminante que llevaba una capa con capucha negra se detuvo al verlo allí para examinarlo mejor. Se acuclilló y tras quitarle los rubios cabellos de su frente pudo ver su rostro.

Inmediatamente lo levantó y sosteniendolo en sus brazos se alejó del lugar desapareciendo con Naruto.

En tanto en la torre del Kasekage las cosas solo empeoraban ya que Gaara habia enviado un mensaje al señor feudal diciendole que no acataria sus órdenes ya que jamás se casaria por obligación sino por amor.

Además de poner enfasis en el hecho de ser gay. Además mandó a unos guardias a vigilar la entrada de la casa donde se hospedaba la hija del señor feudal del país del rayo porque no bien pase la tormenta de arena la mamdaria de regreso. No estaba dispuesto a pasar un segundo con esa bruja.

En esos momentos estaba junto  los guardias mirando con odio a Baki quien era el causante de su desgracia.

-Lo volveria a hacer por la aldea y por usted - decia Baki - Tanto en el pasado como en el presente usted no puede amar a un plebello. Pude convencer a Naruto antes de que usted solo se interesaba en alguien de elite como usted pero ese miserable tuvo que reaparecer nuevamente como un oportunista.

-Baki - dijo Gaara conteniendose
- Fuí yo quien le propuse al señor feudal la idea de exigir que su hija se case con usted si deseaba formar una alianza. Y debo confesar que fue dificil porque estaba dispuesto a aceptar aliarse a usted sin pedirle nada.
-¡Maldito!

- No me importa su odio, lo hice por la aldea de la arena y por su propio bien. Usted es de la Elite y Naruto solo es un plebello oportunista. Lo salvó si, pero era su deber hacerlo. Encima ahora es un criminal buscado por su aldea que por su culpa nuestra aldea perdio la alianza con Konoha.
-No digas más...

- ¡Tenia que alejarlo de usted a como dé lugar otra vez!
- Matenlo por traidor a la arena. Que su familia sea desterrada por traidores - ordenó Gaara friamente
-¿Por qué? ¡Todo lo hice por la aldea y por usted!

-Tienen menos de doce horas para hacer lo que les ordené. Kankou vigila que mis ordenes sean obedecidas - sin esperar más se fue dejando a Baki azúl del miedo.
-Te equivocaste Baki, lo siento por tí y tu familia. - comentó Kankou.

Gaara al entrar a su despacho se arrojó a su sillón. Estaba molesto, agotado y triste. Necesitaba a Naruto y lo enfurecia el saber que el rubio era tan terco que se negaba a oir su llamado. ¿Cómo pudo creer que él tendria una prometida? ¿Cómo creyó que ya no lo amaba cuando le habia dicho lo profundamente enamorado que estaba de él?

En ese momento hizo un nuevo intento aprovechando el dije que el rubio llevaba pero volvió a recibir su negativa y en ésta ocasión sintió que lo bloqueaba.

Frustado golpeó el escritorio con sus puños mientras decia:
-Haré que regreses a mí. Si o sí. No tendrás opción Naruto.

Luego se arrojó al escritorio a llorar con todo su ser.

EL SHINOBI DE LA ARENA ( GAANARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora