AMOR SINCERO

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Esa intensa pasión que envolvía a Naruto cada vez que sus miradas se cruzaban era algo tan novedoso para él como hermoso. ¿Desde cuándo Naruto sentía eso? ¿Y por qué decía que él lo había rechazado si era la primera vez que oía de Naruto esa confesión de amor? Aquello le parecía tan injusto ya que había sido él quien se pasó horas y días enteros deseándolo y teniendo que soportar su deseo ocultando su amor por creer que no era correspondido. La actitud de Naruto de no dejar que se vuelvan a separar el uno del otro lo alivió bastante colmándolos de placer.
- Yo tampoco dejaré que te vayas ésta vez...Naruto - susurró el Kasekage ignorando todo lo demás. Nunca nadie se interpuso entre sus desiciones y su objetivo.

Se recostó en el respaldo de su sillón de Kasekage mirando por la ventana mientras pensaba en él y en ese breve instante que estuvieron en su jardín. La pasión fue algo sorpresivo y a la vez mágico. Pensar en ello le causaba estragos a su cuerpo, recordar los besos de Naruto y sus palabras le hacían despertar el anhelo de tenerlo allí en esos momentos.

Pero ahora mismo estaba siendo examinado por su equipo médico para indagar en su memoria y quizás descubrir algo. No obstante intuía que perderían el tiempo pero tenía que probar todos los caminos posibles. Dejó el papeleo para ir a donde estaba Naruto y el equipo médico.
Deseaba estar a su lado como sea.

Al llegar vió a su amigo en una camilla con los ojos cerrados y a cuatro médicos intentando entrar a su mente mediante el poder del chakra. Pero al cabo de unos momentos todo acabó. Uno de los médicos se le acercó y le dió el informe. Tal como él lo hubo pensado, no encontraron nada.

La mente de Naruto estaba en blanco y solo recordaría a medida en que el shock vaya cediendo terreno por decirlo así. Naruto se acercó a él algo frustrado pero al verlo su rostro se iluminó.
- Gaara - dijo - Parece que seguiré en nebulosa por un tiempo.
- Por lo visto sí, pero los doctores dicen que es cuestión de tiempo.

Naruto se le acercó y le susurró al oído:
- Te extrañaba...Gaara - El Kasekage, como respuesta, sujetó su mano y la presionó sobre su persona. Fue tan solo un instante pero con eso bastó para encender la pasión del ninja rubio al mismo nivel en que estaba Gaara.

Pero el Kasekage tuvo que volver al despacho a proseguir con el papeleo que tenía enfrente ya que aquello era su obligación. No obstante Naruto fue con él pero al cabo de una hora el ninja rubio cerró con llave la puerta del despacho y sin previo aviso se arrojó a los brazos de Gaara besándolo vorazmente. Ya no soportaba más aquello, estaba harto de ese papeleo y de estar allí encerrado sin poder hacer nada.

El deseo se adueño de ambos e inmediatamente Gaara sentó a Naruto sobre el escritorio mientras lo devoraba con sus besos abriéndole la campera para poder tocar su piel directamente.
- No es justo - decía Naruto sin lograr abrirse paso de entre las ropas de Gaara debido a que eran más complicadas a la hora de desprender los botones - Tú...tú... tú sí pudiste abrirte paso...y yo..yo no...

- Naruto - Gaara se quitó la capa de kasekage sin dejar de besarlo - Yo...debo...debo trabajar.. - respiraba entrecortado.
- No me...importa...Gaara...te...te deseo... - La túnica roja que llevaba Gaara cayó al suelo tras haber sido desabrochada por Naruto al fin - Te deseo con...locura...mi amor .
- Te amo...Naruto...

Al cabo de un par de horas ambos regresaban a la cordura dejando en un rincón a la pasión momentáneamente. Gaara debía acabar con todo ese papeleo antes del anochecer. Kankou entraba en ese momento dispuesto a ayudarlo ya que sabía que ese papeleo era requerido con urgencia.

Naruto suspiró algo apesadumbrado y dirigiéndose a la puerta dijo:
- Voy a entrenar, necesito volverme más fuerte para ayudar al Kasekage.  - Esto último lo dijo con una pícara sonrisa que volvió a encender a Gaara pero en ésta ocasión supo mantener la máscara de frialdad.

Al salir Naruto y  quedar solo con su hermano menor, Kankou sonrió y le dijo:
- Veo que "te sincerarse con él"...Gaara
- A decir verdad fue él quien "se sincero conmigo"
- ¿Eh? ¿En serio? Entonces esos rumores eran ciertos
- ¿De qué hablas?
- Había escuchado que él sentía algo por tí desde hacía tiempo pero nunca creí que fuese cierto

- Según él yo lo rechacé pero no fue así
- ¿Qué? ¿Eso dijo? ¿Por qué?
- No lo recuerda, sus lagunas mentales lo desesperan y debe valerse de sensaciones más que de recuerdos. Pero yo jamás supe que él podría...amarme así...
- Para mí es toda una novedad también. Pero por lo que se puede ver, él está loco por tí - Gaara sonrió - Y tú por él.
- Acabemos con este papeleo - dijo repentinamente el Kasekage poniéndose más colorado que su cabello.
- Como gustes hermanito - Kankou se sentía feliz por su hermano ya que lo había visto padecer ese amor en silencio todo ese tiempo.

Naruto fue al lugar de entrenamiento donde descargo su adrenalina y ansias sin problemas. Allí encontró a tres ninjas de la aldea que aceptaron entrenar con él. Luego de unas horas ellos se fueron prometiendo volver a entrenar con él. Al quedar solo Naruto volvió a entrenar usando todo su poder acorde a su salud física.

Gaara le comentó a su hermano el pedido de Naruto de pertenecer a la aldea de la arena volviéndose un ninja de ellos.
- Tendriamos que esperar un tiempo más por si recuerde algo pero no creo que sea problema. Igual habría que consultarlo con el consejo. Recuerda que quizás pueda acarrear un problema político ya que él es el...
- Jinchüriki del Kyuubi, lo sé. Pero eso no traería problema alguno ya que Naruto es una persona y no un arma. Konoha nunca lo consideró oficialmente un arma. Eso le da derechos de elegir a quien servir y a dónde pertenecer.

- Cierto, no lo había visto así. En ese caso hay que aceptarlo
- No lo sé
- ¿Eh? ¿Por qué dudas...Gaara?
- Si él recupera sus recuerdos podría querer volver a su aldea ya que su anhelo siempre fue ser el Hokage de Konoha. Pero si se convierte en Shinobi de la arena deberá renunciar a ese sueño porque no podría volver a atrás. Y yo...yo...no quisiera verlo padecer así.
- Entiendo y me asombras hermano
- ¿Eh?

- Cualquiera en tu lugar aprovecharía esto para retenerlo de por vida aquí...pero tú... tú no usas tu poder para hacerlo sabiendo que podrías perderlo nuevamente y volver a sufrir su ausencia. Eres admirable en verdad
- Solo quiero verlo felíz, nada me gustaría más que tenerlo a mi lado por siempre pero si su deseo es regresar a Konoha...lo aceptaré.
- Algo me dice que no lo hará
- Ojalá tengas razón Kankou - luego suspiró hondo - Bien, tenemos que seguir con el trabajo.

Esa noche Gaara llegó tarde a casa ya que el papeleo fue más complicado de lo que creyó. Pero Naruto lo esperaba con una estupenda y romántica cena con velas incluidas. Todo estaba dispuesto en el jardin, Temari se aseguraría de que nadie los molestará. Esto sorprendió a Gaara gratamente.

- A mi me hubiese gustado que la cena sea ramen pero Temari no estuvo de acuerdo jajaja, igual esto huele delicioso.
- Naruto
- Ven Gaara, relájate un poco.
- ¿Tú preparaste todo esto?
- ¿Eh? No, no cociné yo...pero si preparé el decorado del ambiente - Naruto sonrió con ternura y Gaara lo miró con intensa pasión - Espero que te guste...mi amor

Era hora de que se deshaga de las ataduras de su odiosa personalidad y actue como él, quien se deja llevar por los sentimientos. Pero le resultaba tan difícil.
- Naruto...yo no soy bueno expresando lo que siento...pero en estos momentos lo único que deseo es que permanezcas a mi lado por siempre...mi gran amor...
- No necesitas desearlo mi amor, nunca me iré de tu lado. Pase lo que pase, recuerde lo que recuerde. Me quedaré a tu lado aún si tengo que enfrentarme a tu terca personalidad...mi amor.

Como respuesta el Kasekage le dió un apasionado beso pero sabían que antes de la pasión debían cenar aunque bien podrían hacer ambas cosas. No obstante los dos guardaron la compostura. Naruto se ocupo de servirlo sin dejarlo mover un dedo. Gaara necesitaba descansar luego de un duro día laboral y él necesitaba recuperar la paz interior que debido a su perdida de la memoria y a esas pequeñas y oscuras certezas amenazantes que tenía se sentía enloquecer.

Solo sabía que su amor por Gaara era tan intenso que ya no soportaba seguir amándolo en secreto y a la distancia. Las estrellas estaban particularmente hermosas esa noche.  Y ellos parecían dos ángeles iluminados solo por las velas y la luz de la luna

EL SHINOBI DE LA ARENA ( GAANARU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora