Hoy has llegado más contento que nunca, tenías una sonrisa de oreja a oreja, tu sonrisa se me ha contagiado.
Si tú estás sonriendo es imposible que yo no lo haga.
Apoyo mi cabeza en la mano y espero a que el profesor comience la clase como todos los días, Fargan aún no ha llegado, supongo que se habrá quedado durmiendo como todos los Lunes a primera hora.
Pasan cinco minutos y la clase ya ha comenzado, justo cuando el profesor termina de pasar lista la puerta se abre y lo veo. El pecho del chico que acaba de llegar sube y baja rápidamente de forma alterada, como si viniera corriendo, y el pelo que suele llevar recogido en un despeinado moño ahora está suelto.
-Lo...Siento...Mucho -se disculpa respirando con dificultad.
-Que sea la última vez señor Romero -el mencionado asiente y se dirige hasta su asiento a mi lado.
Me mira con una amplía sonrisa y levanto la ceja en tono de pregunta ¿ha llegado tarde y está tan feliz?
A la hora del almuerzo nos reunimos con el resto de nuestros amigos como siempre y la gran energía y felicidad que desprende hoy David me sigue sorprendiendo.
Mientras comemos se recoge el pelo y me quedo mirando como un bobo su cara de concentración para que salga lo mejor posible, nadie nunca se ha visto tan sexy recogiéndose el pelo. Miguel se da cuenta de lo que estoy mirando y me da un codazo que me devuelve a la realidad.
Mi atención vuelve a la conversación que estábamos teniendo sobre las mejores galletas del mercado.
-Oreos sin duda alguna -defiende Luzu que está tumbado en el suelo con la cabeza en las piernas de Auron.
-Lo siento, discrepo completamente. Las príncipe son las mejores de todas, y mojadas en leche ya son la gloria -rebate Lolito.
-Por favor ¿tú has probado unas buenas Oreos mojadas en leche? Están buenísimas -sigue defendiendo.
-Yo también estoy buenísimo y no me quieres probar -le suelta Auron sin contexto.
El chico del gorro se pone rojo y niega escondiendo una sonrisilla, mientras que el del piercing sonríe contento por la reacción del otro.
-Las mejores galletas son las chips ahoy minis -añade Fargan-. Son pequeñas pero esquisitas como Alex por ejemplo.
Lo miro y le doy un suave puñetazo en el hombro, lo que hace que se ría y me de un abrazo a modo de disculpa. El calor sube a mis mejillas y ahora me siento como Luzu hace unos segundos.
-Dejad las tonterías y aceptemos el primer puesto: Las galletitas saladas -intenta finalizar Samuel-, todos sabemos que son las galletas por excelencia.
-Si quiero algo salado me como unas patatas fritas no unas galletas -lo rebate Willy
-Ahí le tengo que dar la razón a Guille, si quiero algo salado me voy a por unos cheetos a la máquina expendedora -admite Rubén encogiéndose de hombros.
Al terminar el horario escolar me vuelvo caminando con Fargan y Luzu como la mayoría de días que no tenemos nada después y ahí me doy cuenta de que no soy el único que ha notado el gran buen humor que luce hoy David.
-¿A qué viene esa gran alegría? -pregunta Borja mientras caminamos.
-No lo sé, hoy me he despertado optimista -sonríe de forma aún más amplia y yo también lo hago, como buen idiota enamorado que soy.
¿Cómo un simple mortal puede lucir tan bien una sonrisa? Voy a acabar pensando que es un dios griego en vez de un humano.
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Esa pulsera [Fargexby]
FanfictionDonde Alex no puede evitar fijarse en la pulsera de Fargan. Empezada: 13/08/2020 Terminada: 07/09/2020