¿Cuántas veces tengo que escribir ''me odio'' para cambiar? Ojalá no ser tan imbécil.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya no me quedan muchas tardes de estudio a solas con Fargan, lo que significa que mis tardes no serán tan entretenidas. Ha sido bonito mientras ha durado.
Llamo a su puerta y me abre casi al segundo. Su sonrisa predomina en toda la casa al igual que su siempre perfecto recogido. Vamos a su habitación y hacemos la rutina de siempre, hacer los deberes, repasamos lo último que hemos dado en clase o el temario para un examen y después descansamos mientras comemos algo.
Hoy David está muy raro, es como si no le prestara atención a nada de lo que está haciendo, solo escribe sin saber muy bien lo que hace realmente.
-¿Estás bien? Te noto disperso -digo mientras recojo mis cosas para irme.
-Sí, solo que estoy cansado, nada más -este sonríe y vuelve su mirada hasta el móvil.
-Bueno, mañana nos vemos, adiós -me despido saliendo por la puerta de su habitación.
Este hace un gesto a modo de despedida y ahí acaba nuestra conversación. Definitivamente está raro, tampoco quiero presionarlo para que me lo cuente, pero no me voy a creer tan fácilmente lo que dice.
Mientra camino hacia mi casa me llega un mensaje, de Fargan. Lo abro un poco sorprendido y suelto un suspiro al leerlo, sabía que le pasaba algo.
Como me ha pedido, vuelvo a su casa y él ya me está esperando en la puerta. Se nota a legua que está intentando sonreír, pero no le sale.
-Siento hacerte volver -murmura dejándome pasar.
-No pasa nada, no es tarde aún.
Volvemos a su cuarto y dejo mi mochila en el suelo para después sentarme en la silla de su escritorio.
-Ahora dime que te pasa -pido.
-Últimamente me está empezando a gustar mucho una persona y me da miedo que si se lo digo me rechace, además no quiero perder su amistad -confiesa bastante nervioso.
Otra vez no, ya empezamos con la misma historia de siempre, esto estaba yendo demasiado bien, en algún momento se tenían que torcer las cosas, no sé ni para que me hago ilusiones, al final siempre acabo mal.
-¿Otra chica? Dijiste que te ibas a olvidar por el momento.
Quiero irme sin una respuesta, tengo miedo de que lo que diga me afecte más de lo que pienso.
-No exactamente...-susurra avergonzado.
-¿Un chico?
Ahora sí que me retiro de esta vida, no puedo más ¿por qué me odia? Se supone que somos amigos... Solo amigos.
Asiente y mi corazón se acelera un poco junto a mis ganas de llorar, tengo que tranquilizarme y ser un buen amigo, tengo que ayudarlo.
-¿Qué sientes?
-Desde hace un mes o así noto que cuando estoy con esa persona todo a mi alrededor desaparece, cuando sonríe es como si automáticamente mi cuerpo se alegrara y cuando está mal no puedo evitar estarlo también.
Que gracioso, es justo lo que me pasa con él, ojalá se diera cuenta y dejara de decirme esto, ojalá supiera el daño que me está haciendo.
-¿Se puede saber quién es? -pregunto intentando no titubear.
-Es un chico cariñoso, amable y que siempre me ha intentado ayudar. A pesar de que sea un gilipollas a veces él siempre ha estado a mi lado -responde un poco sonrojado.
Me quedo callado para conseguir una respuesta más puntual y a la vez evitar ponerme a llorar delante de él.
-P-Parece ser buena persona -añado con simpleza.
Déjame irme, solo quiero tumbarme en la cama y hacer que todo esto no ha ocurrido.
-Lo es... Bueno... Lo eres.
Tardo unos cuantos segundos en procesar sus palabras gracias al nerviosismo que impone su mirada fija en mí, y cuando lo hago no encuentro mejor reacción que levantarme de la silla y salir de su casa lo antes posible.
Alex eres tonto se te acaba de declarar el chico que te gusta desde hace más de un año y lo único que haces es irte de su casa.
Acelero el paso poco a poco hasta que llego a mi casa con apenas aire en los pulmones, busco las llaves y abro la puerta para después encerrarme en mi habitación. Cuando voy a coger el móvil para llamar a Luzu y pedirle consejo me doy cuenta de que no lo tengo y tampoco la mochila, me lo he dejado todo en casa de Fargan.
Ahora tengo dos opciones: volver a por mis cosas o morirme de vergüenza en mi cama mientras pienso la tontería que acabo de hacer.
Tras unos largos minutos de meditación alguien llama a la puerta y como estoy solo me toca abrir, la sorpresa llega cuando el que está en la puerta no es nada más y nada menos que el mismo David con mi mochila.
-Te has dejado esto. Lo siento -dice con un tono decaído.
Me da las cosas y se da la vuelta para irse.
🌻✨🌻
Inesperado ¿eh? Bueno pues que sepáis que os quiero y por eso me gusta haceros sufrir. Pregunta: ¿Os gustaría que hiciera un capítulo con datos randoms de la historia? Aunque lo hiciera subiría capítulo con normalidad, eso no cambiaría nada