Esa pulsera [Fargexby]

06

Nota 2: Cuando me has subido en la moto, me he sentido como en una película de hollywood donde éramos los protagonistas.

Salimos del garaje de Samu justo después de que le preste las llaves de su moto. Se subes primero apoyando su mano izquierda en el manillar dejando ver la pulsera, esa maldita pulsera...

Se pone el casco y luego me hace un gesto para que haga lo mismo.

-Vamos agárrate a mí -pide cuando me subo.

Lo miro con cara de duda y este se ríe, la verdad es que no me apetece absolutamente nada.

-No te voy a comer... De momento -bromea haciéndome sonrojar, menos mal que llevo el casco.

Paso mis brazos por su cintura y mi corazón se empieza a acelerar, creo que lo podría oír si el ruido de la moto no ocupara todo el sonido de la habitación.

El trayecto es relativamente corto si vas en moto, sería mucho más tiempo si hubiera venido caminando solo, claramente. 

Abro la puerta de casa y para mi sorpresa mi madre está en la puerta esperándome con la mochila que me tendría que haber llevado desde el principio en la mano y con una espectacular sonrisa.

-Qué cambiado está David ¿no? -pregunta asomándose a la puerta para saludar al chico que se ha bajado de la moto para esperarme,  quién le devuelve el saludo con esa radiante sonrisa- Está más guapo ¿a qué sí? 

-No sé a qué te refieres -digo evadiendo la extraña pregunta de mi madre. 

Cojo la mochila antes de que me pregunte más cosas y vuelvo al sitio donde me espera Fargan usando el móvil.

-Creía que ibas a tardar más -comenta mientras se vuelve a poner el casco.

-Mi madre me la había terminado de preparar al ver que se me había olvidado.

Volvemos a casa de nuestro amigo en un trayecto que se me hace demasiado corto, me gustaría poder disfrutar más tiempo de este relajante paseo junto a David, sería un jodido sueño hecho realidad, por desgracia los sueños no duran tanto.

Aparca la moto y volvemos a entrar para darnos cuenta de que no se han molestado en pausar la película, tener amigos para esto.

Luzu me mira alzando una ceja y niego aún con el recuerdo de mis brazos rodeando su cintura bien marcado en mi cabeza, tengo la sensación de que si me descuido un momento ese bonito momento se borrará de mi memoria, y es lo último que quiero en estos momentos, solo quiero disfrutar de las pequeñas, las mínimas oportunidades que me da la vida.

Cenamos unas pizzas y luego seguimos con nuestra para-nada-sana rutina de jugar videojuegos hasta las seis de la madrugada, en serio, al final vamos a acabar muy perjudicados. 

-Te he visto con Auron, estábamos muy juntitos -bromeo mientras esperamos nuestro turno para ocupar los mandos.

-¿Q-qué? Estábamos como siempre -se excusa Borja rojo como un tomate.

-Por favor Luzu, sé realista. Te gusta, tu le gustas ¿por qué no te arriesgas? Quién no lo intenta no sabe si ganará.

-Eso no es verdad -susurra entre dientes para que no lo escuchen.

-Sigue pensando eso querido amigos, sigue pensando eso -le digo mientras el anteriormente mencionado me pasa en el mando.

Me dedica una última mirada de odio y retoma su conversación con Raúl con la misma cara de estúpido enamorado. Lo peor es que yo me veré así cuando hablo con Fargan, el amor es un asco, ojalá poder escoger quien te gusta, la vida sería mucho más fácil y menos dolorosa.

Miro la pantalla inverso en el juego cuando alguien me toca el hombro, lo que me produce dar una salto del susto.

-¿Quién ha sido el gilipo...- empiezo antes de ver que el que lo ha hecho ha sido David.

Lo miro con cara de enfado y este se empieza a reír, por desgracia no puedo estar enfadado con él y acabo acompañándolo en su risa.

Odio que ocupes este lugar en mi cabeza. Ojalá poder echarte a patadas.