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Debería pellizcarme o algo así porque no creo que esto sea verdad.

Ha pasado exactamente una semana desde que David me pidió tiempo, casualmente ha sido de las peores semanas del curso debido a los exámenes finales, por suerte, la semana que viene terminamos lo peor

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Ha pasado exactamente una semana desde que David me pidió tiempo, casualmente ha sido de las peores semanas del curso debido a los exámenes finales, por suerte, la semana que viene terminamos lo peor.

Aunque todo ha sido normal entre nosotros lo noto distinto, no sabría explicar de qué modo, solo distinto.

El tono de mi teléfono se deja oír llenando el silencio de la habitación y al ver quién me llama lo respondo al segundo.

-¿Sí?

-Hey Alex... Cómo está noche mis padres y tu madre van a cenar juntos por ahí a mi madre se le ha ocurrido que podríais cenar con nosotros tu hermana y tú -empieza-. Bueno en realidad se me ha ocurrido a mí, no sé porque he dicho eso.

Ríe con nerviosismo y sonrío ante el bonito sonido de su risa. Seguro que eso se oye de fondo en el cielo, no me cabe duda.

-Espera, le pregunto a Dala y a mi madre.

Bajo al salón y las dos aceptan sin poner ninguna pega, entonces se lo digo a Fargan.

-¿A las 6:30 en mi casa? -pregunta.

-Ahí estaremos -acepto sonriendo como si me estuviera viendo.

-Me quedaría a hablar contigo hasta que salieras de tu casa, pero tengo que ayudar a mi padre -se disculpa.

-Hasta luego.

Cuelgo tras unos segundos y vuelvo a dejar el móvil sobre la cama, hoy va a ser un buen día, lo presiento.

Cuando está a punto de ser la hora llamo a la habitación de mi hermana y le informo de que nos tenemos que ir ya, a lo que esta se queja de mi perfecta puntualidad.

La tarde pasa con mucha tranquilidad nos pasamos la mayoría del tiempo los cuatro jugando a la play y viendo alguna que otra película. Después de cenar David y yo salimos con nuestros amigos a dar una vuelta.

-Ya es tarde, creo que nos vamos a ir ya -se despide Fargan con una sonrisa.

-¿Nos? -pregunta Auron confundido.

-Sí, como nuestros padres llegan tarde y tal Alex duerme en mi casa.

Asiento dándole la razón y me levanto cansado del césped, estaba deseando irme, aunque me lo estaba pasando muy bien no puedo ocultar las ganas que tengo de dormir.

El viento se mueve por la oscuridad de forma muy suave moviendo el poco frescor que le queda a esta época del año. A pesar de que ya es casi verano por las noches refresca bastante más de lo esperado.

Durante el trayecto hasta la casa de Fargan tengo que autoabrazarme para mantener un poco el calor, cosa que este nota.

-Te dije que sacaras una sudadera -ríe.

-Siento no ser previsor del tiempo - gruño con sarcasmo.

-Anda, toma.

Se quita su sudadera y me la ofrece, al principio me niego, pero tras una corta insistencia la acabo aceptando, en realidad sí que me la quería poner.

Mientras la paso por mi cabeza consigo aspirar el maravilloso olor de la prenda de ropa admirándolo en silencio. Al ser de David me viene un poco grande, lo que hace que me ponga un poco rojo al ver las mangas.

-Estás adorable -susurra.

Este comentario hace que el calor suba de nuevo a mis mejillas y así finalice del todo el frío que tenía.

Llegamos a su casa y me obligo a mi mismo a devolverle la sudadera, aunque si fuera por mí me la quedaría mucho más tiempo.

Subimos a su habitación y ambos nos ponemos el pijama. Si hubiera sido cualquier otra noche nos quedaríamos hasta tarde jugando, pero yo hoy estoy muerto de sueño

Cuando estoy a punto de quedarme dormido una dulce voz me llama haciendo que gire mi cabeza hasta el chico que duerme a no mucho espacio de mí en la cama.

-¿Qué quieres? -susurro también.

-Sé que no es un buen momento, pero he llegado a una conclusión.

Al principio no tengo ni idea de lo que está hablando, pero luego uno hilos y me acuerdo.

-Me gustas, quiero estar contigo. Lo que no quiero es cargarla como hago siempre, quiero ir lento, si tú quieres -sigue susurrando.

Menos mal que las luces están apagadas y no ve la sonrisa que tengo ahora mismo.

-Si te rechazara ahora tendría que irme a las dos de la mañana de tu casa -bromeo.

-Muy gracioso -suelta con un poco de sarcasmo.

-Era broma, sí quiero estar contigo. Con una simple condición.

-La que quieras.

-Vente a dormir conmigo, me siento muy solo -se oye una risita de fondo y luego ruido de la cama.

Tras unos segundos el chico se acurruca a mi lado y pasa su brazo por encima de mí para abrazarme.

-Esto no es ir muy lento -susurra casi en mi oído.

-Déjame disfrutar.

Llevo tanto tiempo esperando este momento que nunca pensé que llegaría. El caliente tacto de su brazo sobre mí me hace sentirme mucho más seguro y cómodo, es como si fuera una especie de escudo protector.

Acaban de pasar demasiadas cosas, por la mañana las procesaré todas, ahora solo quiero disfrutar de esto.

Esa pulsera [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora