Esa pulsera [Fargexby]

02

He visto que hoy llevabas una nueva pulsera.

Se supone que hoy nos tenías que contar algo pero al final te han castigado. Lo hemos dejado para mañana ¿qué será? 

El día de hoy se me está haciendo demasiado pesado, las clases se pueden resumir en copiar textos enormes que luego ni siquiera voy a recordar y todo esta lleno de un ambiente lúgubre por la falta de luz. El cielo está gris ya que las nubes tapan el sol y un fuerte viento recorre cada calle de la ciudad.

Luzu y yo caminamos despreocupados por el patio del instituto mientras disfrutamos de nuestro corto descanso antes de volver a las clases, se puede decir que hoy todos parecen haber desaparecido en cuanto ha tocado el timbre.

-Hola chicos ¿habéis visto a los señores Álvarez, Díaz y Romero?  -nos pregunta un profesor. A lo que nosotros negamos.

Cuando se aleja un poco empezamos a dudar sobre si siguen en el recinto.

-¿Qué habrán hecho ahora? -pregunta Luzu mientras nos sentamos en el césped.

-Nada bueno seguro.

Volvemos a clase y me siento impresionado al ver que Fargan está sentado en su silla de siempre ojeando con pesadez el libro de Geografía, como si no pasara nada.

Me siento a su lado y su expresión cambia a lucir una sonrisa al ver que ya no está solo y tiene compañía, le sonrío también y empiezo a sacar las cosas de mi mochila para empezar la clase.

-Os estaban buscando -digo captando su atención.

-No es nada importante. Esta tarde os tengo que contar una cosa -responde emocionado.

¿Qué será? No todos los días está tan alegre de contar algo, supongo que será algo bueno, eso me alegra bastante.

-Auron no ha vuelto -anuncio mirando la silla vacía del moreno.

-Seguro que está comiéndole la boca a Luzu, no creo que nos tengamos que preocupar -bromea quitándole importancia.

Río ante su penosa broma y mi atención parece volver a la clase, aunque me es difícil concentrarme con él al lado. Está escribiendo algo en su libreta no presta atención a la explicación del profesor, después se pone el lápiz en el moño que lleva hecho y me balancea un poco el brazo para que vea la tontería que acaba de hacer.

El resto de la clase se entretiene haciendo una pirámide de bolígrafos y lápices que acaba derrumbándose a los tres pisos. De reojo puedo ver su bonita cara de concentración, como se muerde el labio pensando en qué poner para que todo se mantenga y como se suelta el pelo con desesperación al ver que se ha caído.

Mientras construye eso me doy cuenta de que su muñeca luce un nuevo complemento, es una pulsera de un tono entre rojizo y marrón que pega de una forma muy curiosa con su color de pelo.

Sigo sin saber cómo es capaz de hacer ese tipo de cosas sin que se entere el profesor, es un don que no todos tienen.

Suena el timbre para indicar que hay que salir a otra clase y mientras recogemos el profesor que nos ha preguntado antes entra y dirige su mirada hasta el chico que tengo al lado. Esto no va a acabar bien.

-Se tiene que venir un segundo conmigo -le dice-. Deberías avisar en tu casa de que hoy llegarás más tarde.

Este asiente y se va detrás del adulto. Luego me mira y se despide con un gesto de cabeza.

Supongo que tendremos que esperara a que nos cuente eso más tiempo.