〖 Me vuelves loco 〗 (Dabi x Lectora)

Capítulo 40: ¿Sentido contrario?.

— De acuerdo.. ¿Porqué entraste aquella vez a casa? La cual  vivía con mi madre.

Dabi: Pensaba revolcarme y nada más.. Tal vez me pareciste atractiva..

— ¿Eso no más?

Dabi: Bueno, puede que quizás quería averiguar más de ti.

— Pues no mi ciela, terminaste conmigo de pareja.

Dabi: Tampoco fue una mala decisión..

— Me alegra saber eso, de verdad.

Dabi: Otra.

—  ¿Tienes familia?

Dabi: Claro, de dónde crees que salí, ¿de un huevo?

— Tch, ¡me refiero a si siguen vivos!

Dabi: Oh, creo que sí, es.. Complicado. ¿Última pregunta?

—  ¿Cuál es tu verdadero nombre...?

Se levantó con la mirada baja y permaneció así unos segundos antes de mirarme y acariciar mi mejilla.

Dabi: Voy a dormir, deberías hacer lo mismo..

Se levantó y pasó por encima del sofá. Bajé la mirada algo decepcionada por aún no ganar totalmente su confianza, después de todo, quizá tenga sus razones.

Dabi: Hace mucho no duermo a tu lado.. No tardes, te extraño mucho.

Tomó mi rostro y dejó un cálido beso en mi mejilla antes de subir hasta la habitación. Sentía mi cara arder de felicidad y vergüenza a la vez. Luego de un rato me levanté, acomodé las cosas y subí también.

Estaba decidida, no me rendiría por nada del mundo.

— ¿Aún quieres.. j-j-jugar?

Saqué dos pockys que casi son quebrados por mi mano al verlo sacarse su ropa. Bajaba lentamente su camperon a tal punto que podría decir, se veía bastante sensual.

Dabi: ¿Qué pasa? ¿Ves algo que te interesa?

— Ahh no sé si me gusta la fresa.. ¿Qué, d-dijiste eso no?

Me senté en la cama con la mirada baja y retándome por la estupidez que acababa de responder.

Dabi: Pareces una fresa por lo roja  que estás..

— L-lo siento, es que eres.. De buen cuerpo.

Dabi: Bueno, no me gustan las fresas, pero.. Me gustas tú.

Una cálida sonrisa se hizo en su rostro mientras tomaba un pocky y se lo colocaba en la boca. Me acerqué un poco para corresponderle.

— Tengo miedo.. –reí.–

Dabi: ¿Por..?

— Me pone nerviosa.. Lo siento, es que es extraño esto.

Dabi: Eso creo, no tiene objetivo alguno.

Entre unas leves risas me acerqué y ambos comenzamos a morder hasta acercarnos cada vez más. De repente había desaparecido casi todo, excepto un muy corto pedazo que estaba en mis  labios.

— ¡No v-vale! ¡Te comiste todo de una vez!

Dabi: Mm, rico. Dame otro..

— ¡NO! ¡Se supone que debemos terminar besándonos! –exclamé molesta.–

Dabi: Mentira, dame la caja, a ver dónde dice eso.

—  Bueno no lo dice, pero es así. ¡¿Y la caja!?