City Baby Wolf (Bebé lobo de ciudad*) (Kookmin) (TaeGi) (Omegaverse)

23 ~ Beso

Varios días habían pasado con la misma rutina, por la mañana bien temprano Jimin iba a la guardería y cuidaba de los cachorros mientras JungKook realizaba sus que haceres de segundo Alfa al mando y consejero principal; por la tarde, tarde comer en compañía de un YoonGi aturdido con altibajos en su cicatrización y un SooBin sorprendido por el actuar cariñoso de su hermano, ambos iban al bosque para entrenar en silencio y con paciencia.

En ese exacto momento, Jimin estaba tumbado en el suelo, sudado, agotado y con JungKook sobre su cuerpo tras haberlo derribado por tercera vez seguida.

-Tienes que echarle más carácter bebé. -Jeon sostenía su peso con ambos brazos estirados a los lados de la cabeza del pelirrosa.

-Lo sé, papá siempre dice que la actitud lo es todo. -A pesar de la cercanía podría ver todo el rostro del Alfa agitado a la perfección. -Pero soy un Omega tierno y adorable. -El gran puchero que dió final a su declaración hizo reír a Jeon, una carcajada fuerte y parcialmente aguda que invitó a Jimin a reír junto a él.

-Sí que lo eres. -Le dijo antes de ponerse en pie y extender su mano para ayudarlo a ponerse en pie. Jimin recibió después una botella de agua fría. -La verdad es que YoonGi hizo muy buen trabajo contigo, sabes luchar y defenderte Jimin pero los Alfas contamos con la fuerza bruta y la mente fría.

El pelinegro esperaba una queja, un grito angustiado de dramatización tal vez, una respuesta simplemente que no llegaba. Se giró de nuevo hacia el pequeño para verlo observar perdido en sus pensamientos el pasto verde bajo sus pies. Jeon se acercó de nuevo acunando una de sus mejillas con su mano derecha para hacerlo levantar la mirada. Una vez sus ojos conectaron hizo en silencio con ellos la pregunta que llevó al Omega a desahogarse.

-El día que nos atacaron me buscaban a mí y YoonGi Hyung sólo fue un efecto colateral para ellos cuando trató de defenderme. -Comenzó con la voz baja. -Puede que nos amenazan a ambos, pero yo pude sentir que era algo personal. Ni si quiera tenía algo que ver con mi padre o mi manada, era por mí.

-¿Por qué crees eso? -JungKook se inclinó un poco para volver a atrapar los ojos claros de Jimin que rehusaban verlo.

-No respondieron al llamado de papá o de la manada, no los había visto u olido nunca y hablaron...ellos querían algo de mí lo sé. -JungKook asintió para nada complacido.

Deseaba tanto que el Alfa Park llamada y dijera que había ejecutado a esos indeseables por la protección de Jimin como que nunca llamara y el cachorro se quedara por siempre a su lado. Hacia unos días, cuando dijo en voz alta sus sospechas y después arregló su situación con el pelirrosa, que había decidido esperar el cambio a adulto de Jimin y así corroborar si ese cachorro adorable era su pareja de vida o no. Lamentable era que con el pasar de los días a su lado, cada vez, lo sentía más acertado.

-Nunca te harán daño si yo estoy contigo, ¿está bien? -Cuestionó juntando sus frentes y acunando por completo su rostro con sus grandes manos. -Voy a cuidarte.

-Oppa, yo también voy a cuidarte siempre. -Era una declaración tan inocente y sincera que su corazón de Alfa se estrujó, su lobo aulló retumbando acelerado en su pecho.

Joder, quería besarlo. Besarlo tan mal, que simplemente lo hizo. Chocó sus labios con los de Jimin en un ligero roce puro sin mayor muestra que una caricia. Al separarse observó el sonrojado rostro del Omega y, más allá de la esperado, le sonrió en grande con sus ojos brillantes y repletos de luz.

-¡Jimin! -La voz de SooBin retumbó entre la espesura del bosque. -¡Voy a ver a Jisoo! ¡¿Quieres venir?!

El menor de ambos miró de soslayo al bosque, para Jeon era claro que quería ir pero que a su vez no lo deseaba. JungKook inclinó su cabeza hacia la zona arbolada indicándole que marchara y rompiendo el contacto de ambos.

Jimin iba a marcharse, dio varios pasos jugando ansioso con sus manos por lo crecientes y nuevos sentimientos en su pecho. Sentimientos que le dieron la valentía de volver junto al Alfa, ponerse de puntillas y darle un rápido beso en la mejilla antes de marchar definitivamente corriendo.