City Baby Wolf (Bebé lobo de ciudad*) (Kookmin) (TaeGi) (Omegaverse)

68 ~ Te espero en casa

En el límite entre el bosque y las pequeña zona habitada de la manada del Kim TaeHyung; un grupo de cambia-formas se despedía de su familia y amigos para emprender viaje.

Jimin, junto a su madre SeHun, estaban a un lado abrazando a Chanyeol. El Alfa de la ciudad, junto a un grupo de si confianza de protectores, había llegado esa misma mañana al pueblo para organizarse y salir en una batida de caza.

No era una casa cualquiera, en aquella expedición de le daría caza al cabecilla de la mafia que osaba atacar a su propia especie y sacar provecho económico de ello. Cuando todos los lobos de ambas manadas fueron puestos al corriente sobre las circunstancias del tal Taeyon fue como un balde de agua fría que sometió en dolor y asco sus cuerpos.

-Prométemos, a mamá y a mí, que vas a volver. -Pidió Jimin estrechando más fuerte la cintura de su padre, este sonrió con cariño a su pequeño. Llevaba meses tratando de encontrar a ese sujeto que amenazó a su hijo, ahora que tenía nombre, rostro y dónde localizarlo no pensaba volver hasta acabar con la amenaza.

-Volveré Minnie. -Le dijo besando su cabello rosa. SeHun se inclinó para besar a su mate cuando su hijo se hizo a un lado, Chanyeol besó la marca en su cuello renovada el día anterior antes de voltear de nuevo a su cachorro. Ambos padres miraban el cuerpo pequeño de su hijo inquieto y preocupado examinando al que ahora era su Alfa. -Cuidaré de él. -Alegó Park refiriendose a Jeon.

Jimin asintió agradecido y volvió a besar la mejilla de su padre tras pedirle que se inclinara a su altura, tras eso camino arrastrando sus pies hasta los hermanos Jeon. Por suerte, SooBin se quedaría en el poblado como protector del mismo y vigilando los alrededores junto a otro grupo de lobos jóvenes.

-Oppa. -Llamó a su Alfa una vez estuvo lo suficiente cerca. SooBin sonrió de lado a su mejor amigo, sabía que el ambiente y las circunstancias eran complicadas, riesgosas y tensas. Dando un último abrazo a su Hyung se marchó hacia su grupo de amigos quienes estaban cuidando de los cachorros, YeonJun rápido corrió para ser alzado por el pelinegro y arropado entre sus brazos.

-Bebé no llores, todo va a salir bien. -Las palabras de JungKook fueron las que le hicieron a Jimin darse cuenta de que estaba llorando. Pero no pueden culparlo, el hombre del que estaba enamorado y que era su destinado se iba a marchar a una lucha contra unos lobos sin escrúpulos. -En un abrir y cerrar de ojos me tendrás contigo.

-Oppa. -Volvió a repetir, siendo quebrado por las lágrimas y rodeado al instante por los fuertes brazos del pelinegro contra su pecho protector y cálido. -No hagas tonterías, vuelve sano conmigo a casa, por favor.

-Volveré, construiremos nuestra casita, nos intalaremos y nos comprometemos bajo el ritual de la luna. -Aquellas frases sonaron a promesa, un juramento que hizo al lobo interior de Jimin corretear feliz.

-¿En serio? -Cuestiona mirando con las mejillas y nariz rojas, los ojos ahumados y los labios maltratados a su Alfa.

-Ya eres mi Omega, ya soy tu Alfa; ahora debemos agradecérselo a la Luna. -Jimin asintió apretando sus labios tratando de contener sus sollozos. -No hagas eso bebé, te puedes hacer pupa. -JungKook se inclinó y besó sus acolchados labios rosados, el pelirrosa devolvió y siguió el beso ansioso por más. Jimin sabía que era fuerte, pero su lobo (como el de cualquier Omega marcado por su destinado) era débil y taciturno sin su Alfa al lado.

Al cabo de un rato de besos cortos, largos, lentos, con y sin lengua, caricias superficiales sobre la ropa o el cabello del contrarío; se separaron con su peculiar forma. Los dientes de JungKook tiraban del labio inferior de Jimin entre ellos y este sacó la pinta de su lengua para lamer el labio superior de Jeon.

-¡Debemos irnos! -La potente voz del Alfa Kim retumbó entre todos los que se allaba allí para despedirlos, YoonGi a su lado besó por última vez al líder dejándolo encaminar la marcha junto al Alfa Park por el bosque.

JungKook comenzó a alejarse, deshaciendo poco a poco su abrazo hasta que sus manos quedaron suspendidas en el aire y solo se rozaban más yemas de sus dedos.

-Nos vemos pronto bebé.

-Te espero en casa Kookie.