City Baby Wolf (Bebé lobo de ciudad*) (Kookmin) (TaeGi) (Omegaverse)

28 ~ ¿Lo quieres?

Capítulo un pelín más largo porque estaba inspirada, quería algo cute y porque puedo hermanis 💜🖤💙¿Os está gustando la historia o está siendo muy caca? 💩

Jimin bajaba a la cocina después de haberse dado una larga dicha de agua calentita que cuidara su tersa piel. Había optado por ponerse uno de los chándals que SooBin le había decido, no es que tuvieran planeado una larga caminata para ir a ver Jisoo, era que no se sentía con ganas de verse bonito.

Sus ánimos estaban por el suelo.

Al despertar, su habitación olía completamente al Alfa, pero este no estaba junto a él en la cama. Tras unos minutos activando su mente había tenido claro que todo había sido un maravilloso sueño y que el aroma del Alfa tan solo estaba allí porque era su antiguo cuarto y aún ocupaba pertenencias como ropa de este.

Se sentía tan dolido y tan humillado, había tenido el mejor suelo del mundo. Su Oppa había ido a buscarlo, le había pedido disculpas y después se habían besado de una manera muy romántica, así como en las películas, incluso tenía tan real la sensación de que este había mordido sus labios que dolían sus entrañas.

Cabizbajo, con un puchero enorme de decepción y la mirada tan apagada como el día anterior que no había hablado con Jeon; entró a la cocina para encontrarse a su Hyung sirviendo el desayuno, SooBin terminando este en la mesa y a su lado JungKook habiendo terminado ya su comida y bebiendo lo que le quedaba de café.

-Buenos días. -Saludó su Hyung, Jimin susurró una respuesta casi inescuchada. -Minnie, esta tarde tengo cita con Yeosang. ¿Me quieres acompañar entonces?

-Sí Hyung, quiero saber de su salud. -Se lo había estado pidiendo al mayor, su preocupación iba más allá del hecho de que fuera su protector y por eso YoonGi finalmente había cedido a que lo acompañara a la consulta con el médico de la aldea.

Dando vueltas a su taza de leche con cacao desinteresado en si quiera darle un trago miraba los adornos florales del mantel, sobre él sentía la fuerte mirada de JungKook examinandolo meticulosamente. ¿Acaso no tenía suficiente con hacerlo sentir tan mal que tenía que observar tan fijo su desgracia?

-Jimin, ¿qué te ha pasado en los labios? -La voz de su amigo lo sacó de su estado enfurruñado y distraído, lo miró confuso. -Tienes el labio inferior morado, ¿has tenido una pesadilla y te lo has mordido?

Jimin llevó automáticamente su manita derecha a sus labios, al hacerlo sintió una punzada de dolor. ¿Tan real había sido el sueño? Inevitablemente sus mejillas se sonrojaron y negó con su cabeza despacio, se detuvo al sentir una gran mano rodear su rodilla izquierda y ejercer una ligera presión. Consternado, y dando un pequeño respingo tierno, miró a JungKook.

El Alfa examinó primero a los presentes en esa cocina para después dirigirle una mirada sería y fría indicándole con la cabeza un gesto que demandaba que le siguiera fuera de la casa. Primero salió Jeon mayor sin ninguna excusa, Jimin le siguió después debiendo querer respirar el rocío de la mañana.

Cuando se sintió valiente de abrir la puerta y enfrentarse a lo que tuviera que venir un fuerte tirón en su brazo derecho le hizo impactar contra un fornido torso trabajado, JungKook lo estaba abrazando y los escondía a ambos en una de las paredes sin ventanas del porche.

-¿Por qué estás triste bebé? -Cuestionó acariciando toda la espalda esbelta del pequeño. -A Oppa no le gusta que su bebé esté triste.

Jimin quería llorar, con ese abrazo y esas palabras supo que había sido un tonto. No lo había soñado, su Kookie sí había ido a su cuarto la noche anterior.

-Eres un Alfa malo. -Comenzó dejando caer un par de lágrimas traicioneras. -¿Por qué me has dejado solito esta mañana? Pensaba que lo de anoche no había pasado, ¿por qué ha pasado, verdad? -Se separó lo suficiente como para ver la sonrisa ladeada y embobada del Alfa sobre él.

-Pequeño. -Susurró acunando ahora su blando y rosado rostro, las lágrimas ya se habían detenido. -No quiero problemas con YoonGi Hyung, aún eres un cachorro, ¿lo entiendes? -Jimin asintió, aún así no lo comprendía del todo. Si lo que hacían se sentía tan bien, ¿qué podía estar mal? -No te enfades con Oppa, ¿sí? -El pelirrosa negó comenzando a mostrar esa bella sonrisa de ojos achicados y brillantes. -Te doy besitos si sonríes así siempre para mí.

Lo hizo, juntó sus labios y los movió lento sobre los abultados de Jimin quien le correspondía tan avergonzado e inexperto como la noche anterior. Le gustaba tanto su pequeño que...dios... podía decir que lo quería y no estaría exagerando o mintiendo.

-¿No vamos a enfadados nunca más verdad? -Preguntó el Omega acariciando los pectorales del Alfa con las palmas de sus manos. JungKook le sonrió enternecido con todas su ganas.

-No. -Aseguró soltando sus mejillas para colocar su mano izquierda en la barbilla del Omega, instandole a abrir la boca, mientras con su derecha sacaba de su bolsillo un cacao y comenzaba a colocarlo en los labios de este. -Tienes que cuidar tus labios, a Oppa le gustan mucho las labios de su bebé. -Jimin adoraba, amaba, que JungKook le hablara tan dulce y delicado.

-Tú también Oppa Kookie. -De nuevo sonrió, arrebatándole el cacao y embadurnado los labios finos de Jeon. Al terminar se puso de puntillas y les dió un casto beso.

-Este Hyung, siempre se va sin mí. -Las quejas en voz alta de SooBin nunca fueron del agrado de JungKook hasta ese momento, con pereza pero rapidez, se alejó del cuerpo de Jimin y su contacto. Este le miró triste, pero un guiñó coqueto del Alfa y un beso lanzado de sus labios fue suficiente como para renovar su felicidad y dicha. -Oh, aún sigues aquí.

-No pensaba esperarte más. Vamos. -Son mirar atrás JungKook comenzó a correr hacia el bosque, SooBin lo miró indignado y antes de seguir a su hermano besó la mejilla sonrojada de Jimin como despedida.

El corazón del lobito pelirrosa latiendo tan fuerte y feliz como nunca, miró su pecho que me sofocaba y le habló a su lobo interior en voz alta.

-¿Quieres a Oppa Kookie para siempre como nuestro Alfa verdad?

El aullido que retumbó en su interior se confirmó que estaba en lo cierto.