Jeon JungKook a sus escasos 17 años se convirtió en la mano derecha del Alfa que gobernaba su pequeña manada. Ese puesto le otorgó título, sobre-nombre, poder y admiración del pueblo, lástima que eso no lo fuera todo para el joven Alfa de ahora 23 a...
Hermanis, continuación del capítulo anterior, por lo que el siguiente capítulo se extenderá más de lo habitual y contiene escenas narradas para mayores de 18 años. Así que, ya que yo he sido buena persona y he avisado, no toleraré comentarios de mal gusto... Sin más que decir, podéis evitar este capítulo o leerlo pues está escrito para vosotros 💙🖤💜
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Oppa Kookie. -Habló todavía con cierro atisbo de la identidad aniñada de los pasados dos días, JungKook lo miró embelesado pues había extrañado tanto su voz. -¿Vas a comer el postre, Alfa?
Si todos tenemos un punto de inflexión, eso que nos hace delirar y perder la cabeza de un segundo a otro, eso fue escuchar a Jimin referirse a él como Alfa con ese adorable tono que escondía la mayor de las lujurias jugando a su propio juego e invitándolo a devorarlo.
-Joder, sí. -Respondió bajando su voz a un tono más grave. Sin delicadeza, nada del cariño y temor con el que lo había tratado hasta el momento, se lanzó a besarlo dejando que su lengua entrara de golpe en la boca ajena. Jimin gimió fascinado con la sometimiento innata de su Alfa cuando sujetó su trasero levantándolo de la cama para sentarlo en esta de rodillas. -¿Quieres desnudarme tú?
Lo preguntó juguetón y Jimin asintió realmente ilusionado y feliz con esa idea. Gateando hasta el borde de la cama donde JungKook se había puesto en pie. Las pequeñas manos temblorosas del Omega sujetaron el bajo de su camiseta y la retiró despacio con ayuda del Alfa. Esos perfectos pectorales, con los pezones color canela y esa maravilla de seis cuadrados musculosos cincelados por los mismísimos dioses provocaron que un chorro de lubricante escapara a fuerza del ano de Jimin quien gimió alto por la sensación viscosa y caliente.
JungKook llevó su mano derecha, que aún seguía pringada en ese viscoso lubricante con esencia dulce, a la entrepierna de su Omega para pasar sus dedos corazón e indice ejerciendo una ligera presión entre sus nalgas. El pelirrosa jadeó en la boca que le besaba y mordía su labio inferior con su típico tirón forzado y salvaje al final. Cuando JungKook dejó de tocarlo se dejó caer sobre sus talones aún al borde de la cama con un puchero de inconformidad, el mayor rió leve adorando los labios semi-morados e hinchados de su Omega haciendo pucheros.
-Mmmmm... -Murmuró, como si degustara un gran manjar, mientras lamía su dedo índice superficialmente impregnado en el lubricante. Jimin pensó que su pene podría estallar al ver aquello. -¿Mi bebé quiere probar? -Ansioso asintió y abrió su boca sacando su lengua. JungKook llevó sus dedos húmedos allí, disfrutando de la sensación de la lengua de Jimin dando ligeros lametazos y sorbiendo las yemas de sus dedos auto degustándose y, para qué negarlo, sonriendo como un pervertido. Park tomó, en un descuido imprevisto, el cuello de Jeon y lo llevó también a su boca.
-Tú también prueba Alfa. -Y así lo hizo, ambas lenguas chocándose y restregándose en las falanges del Alfa eliminando todo el lubricante. Al acabar, Jimin lamió, como si de una paleta se tratase, la lengua de JungKook.
