4° Deseos

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Es Aarón el que nos separa rápidamente al paso de unos minutos. lo miro curiosa pero Pierce solo muerde su labio en respuesta y niega con la cabeza, como queriendo aclarar su mente, al parecer.

— es mejor que nos vayamos, Layla —se gira y camina hacía la salida

— Aarón, espera —tomo su brazo y se voltea para verme, lo observo bien y noto el arrepentimiento en su mirada.

— ¡QUÉ! —me grita molesto. Al parecer a él si le importa

— ¿qué te sucede? —lo miro fijo— parecías a gusto con el beso

— solo era un jodido beso Layla, tranquila —parecía más molesto de lo que imaginé. Respira hondo y despeina su cabello— solo camina —habla casi suplicando y me extiende su mano

— okey —lo observo un poco sorprendía por su cambio de actitud. Vaya prometido bipolar que tengo. Pierce sale hasta la salida, seguido por los ruidosos tacones.

De camino a la casa, ninguno habla del beso, ni de lo sucedido hace un momento; supongo que se arrepiente de eso, se que aún esta enamorado de Caitlin y no quiero forzarlo a nada, pero eso me estaba empezando a importar más de lo que debería; aun así, prefiero mantenerme alerta, sé que es un campo muy peligroso si decido entrar ahí.

La verdad es que, no sé si es el hecho de que seremos esposos o es su testarudez, su cara, su mal genio o su único sentido del humor, que me está manteniendo así de ansiosa. Mierda, creo que he entrado en el campo de batalla.

Al llegar, subo rápidamente y me dirijo a mi habitación para poder alejarme lo más que pueda de él. voy abrir la puerta, cuando alguien tira de mi y me acorrala contra ella. Por unos segundos nos quedamos mirando fijamente.

— layla, no puede volver a ocurrir —me observa fijo por un rato e intento descifrar su mirada pero me es un completo misterio antes de que se voltee y aleje de mí, caminando hacía su habitación sin volver a mirarme o dirigirme la palabra

— lunático —niego con la cabeza y entro a mi habitación



El sábado en la mañana me levanto temprano, debido a mi insomnio y me ejercito un rato para poder relajarme un poco y despertar. a la hora de almuerzo me dirijo al comedor y solo veo a Dennis sentada

— hola Dennis —me siento y veo la comida en la mesa. Se veía demasiado deliciosa— Marta se paso, esto se ve maravilloso —le sonrío y ella ríe

— supongo, que después de la salida que tuvieron ayer, necesitarían recuperarse con harta comida —me mira picara y sonríe divertida

— oh, no —sacudo la cabeza avergonzada— no sucedió nada entre nosotros, Dennis —río

— tenia bastantes esperanzas al respecto —hace un puchero y ambas reímos

— mientras Aarón no supere a esa muchacha, es difícil que podamos intentarlo

— ¿qué dijiste? —suena la voz de Pierce, bastante molesto detrás de mi

— yo, no, lo siento —me levanto y lo miro apenada

— yo le comente sobre eso Aarón, no la culpes —habla Dennis

— estoy hablando contigo —me observa furioso— tú, no tienes ni puta idea de nada —me grita y se marcha

— lo siento —se que Dennis se disculpa por lo  apenada que debe sentirse

— no te disculpes Dennis —suspiro— lo lamento, se me quito el apetito

Sangre Infiel (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora