10° Corazón Roto

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— ¿Podemos hablar? —dice Aarón mientras se acerca a mi

— no —hablo fuerte y decidida

— Layla —rasca su nuca y me toma por el brazo cuando intento pasar por su lado— tenemos que hablar

— ¿así?, ¿de que sería? —me suelto de su agarre y lo enfrentó— sobre como me usas para satisfacer tus necesidades o sobre como te quieres escapar con esa zorra

— no la llames así

— la llamo como putas se me da la gana, eso es lo que es y créeme que tu no te quedas atrás —grito furiosa— y aparte de todo, piensas defenderla —hablo sarcásticamente— vete a la mierda

— Layla —me reprime

— Layla nada —me suelto de su agarre y camión hacia el interior la casa

Al cerrar la puerta, veo a Dennis acercándose hacia mi y noto en su rostro lo asustada que esta, de seguro debo verme horrenda.

— Layla, cariño, ¿que sucede?

— lo siento Dennis, enserio lo intente —no puedo evitar derramar un par de lagrimas; me duele saber que nunca seré esa persona especial para alguien, solo seré la esposa de un hombre que ama a otra.

Al pasar por nuestra habitación no puedo dejar de pensar en todos los momentos vividos con Aarón, en sus caricias, en sus besos y en sus palabras. De verdad soy tan patética —tengo el corazón roto por mi futuro esposo que me advirtió sobre su indiferencia y yo infantil mente pensando en cambiarlo.

Me desprendo del vestido y entró a la ducha; el agua caliente calma un poco mi cuerpo, por primera vez soy consiente de que estoy temblando y no se desde que momento lo hago, pero no puedo evitarlo. Mi llanto se mezcla con el agua y los temblores empeoran; me siento tan sucia, usada, enojada y herida, obviamente mi mente no ayuda en nada y me juzga de la peor forma posible, además de eso me hace revivir una y otra vez nuestros momentos como si fuera una película. Esta vez vuelvo a recordar a An y desearía que él estuviera en mi vida en vez del imbécil de Aarón Pierce.

Salgo del baño en vuelta en la toalla y adentro de la habitación me encuentro con Aarón sentado en la cama; al verme se levanta con cautela y me mira neutro

— ¿podemos hablar? —rasca su nuca

— Aarón, por favor, no es el momento —le ruego para que se marche pronto

— ¡NO Layla! —su grito me pilla desprevenida y me aferro a la toalla

— NO ME GRITES

— tienes que escucharme

— te vas o gritare

— la amo, yo, aún la amo —suelta tan bruscamente que mis piernas flaquean

— ¿tu qué? —susurro sintiéndome demasiado estúpida

— es algo que no pedo evitar —muerde su labio y por primer vez desde que lo conozco veo un expresión de dolor en su rostro— se que escapar es de cobarde y lo siento por querer hacerte eso, Layla —cada palabra era como una daga— me haré cargo de este matrimonio te lo prometo

— pensé que te gustaba —sueno tan dolida, qué Pierce mira al suelo para evitarme

— te lo había dicho, Layla

— el sábado es la boda —me levanto con toda la fuerza que queda en mi interior— no la quiero aquí —seco mis lágrimas y camino para abrirle la puerta— si llego a si quiera ver un pelo de esa mujer, no me caso Aarón y expongo todo.

Sangre Infiel (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora