Amigos trolls de la vida

2K 185 13
                                    

Los  jóvenes permanecieron en silencio un tiempo, el castaño contemplando la impresionante vista del “hogar” del pelinegro mientras que el otro no apartaba la vista del soldado.  Las luces de la ciudad hacían brillar los ojos del soldado con intensidad remarcando aún más el verde de sus ojos que contrastaban con sus pecas y sus mejillas rosadas. 

El pelinegro observó hipnotizado la curva del cuello abierto del joven y de repente sintió la extraña urgencia de morder aquella blanca piel. Sorprendido por el rumbo de sus pensamientos agitó la cabeza intentando despejarse. Seguro que tantos golpes y caidas le habían afectado al cerebro. 

Cuando volvió a levantar la mirada se encontró con el rostro del menor a un palmo del suyo. Abrió los ojos sorprendido ¿Cuándo se había acercado tanto? Inconscientemente bajó su mirada a la boca del castaño, lo cual fue peor porque le causó unos terribles escalofríos por todo el cuerpo. James sonrió divertido por la expresión de desconcierto del pelinegro y del repentino nerviosismo que parecía haberse apoderado de este debido a la cercanía. Conteniendo las ganas de reírse habló.

-Tienes unas bonitas vistas,  Aunque …  -Sonrió con aire despreocupado y añadió con voz burlona - temo decir que de la casa no se puede decir lo mismo    Christian Alzó una ceja divertido “¿Buenas vistas?, No sabes tú cuanto”

-Oh, perdone usted. Desgraciadamente mi casa no es el palacio al que está acostumbrado. En el mundo real nos conformamos con lo que haya principito. 

-¿A quién llamas tú principito? Idiota -El soldado arrugó la nariz con aire infantil quejándose por el mote adorablemente y eso fue más de lo que Christian pudo soportar. Pasando su mano por la cintura del otro le empujó contra si y unió sus labios recorriendolos con la lengua, como pidiendo permiso para entrar.  El soldado, para su sorpresa correspondió gustosamente y con la mano recorrió el cuello del otro, provocándole un intenso escalofrió, para acabar acariciando su cabello alborotandolo.

El beso se intensificó dejando a un lado toda dulzura y antes de que se pudiese dar cuenta Christian se encontraba tumbado encima del castaño recorriendo su cabello con una mano. Los dos se pararon en busca de aire y el pelinegro mordió ligeramente el labio inferior  del otro ,para después bajar hasta su cuello deseando marcar la maldita piel perfecta de aquella curva que tanto le había hipnotizado hace unos segundos. Escuchó la respiración entrecortada de su compañero y sintió como la mano de este se aferraba a su cabello con más fuerza .

-Co…como me …dejes marca…. Te mato – Aquel comentario le hizo reír y tras dar unos besos más a la clavícula del joven se irguió para enfrentar su rostro  con arrogancia. Apoyo su frente sobre la del otro y le clavo la mirada desafiante.

-¿Matarme? Como si pudieses, enclenque. El castaño abrió la boca aún aturdido para responder, pero rápidamente los labios del ojiazul frenaron la respuesta y le distrajeron completamente. Al demonio las marcas. Fue entonces cuando el ruido de gente y unas risas que se acercaban le hizo volver a la realidad.

Empujando ligeramente al ojiazul el soldado se irguió alarmado justo en el momento en el que una figura aparecía por un lado de la caseta riendo y hablando con alguien de detrás. Era un chico rubio y alto el cual se paró en seco y pego un bote al darse cuenta de que había dos figuras más en el lugar, que en aquel momento agradecieron estar ocultos por las sompras para que no pudiese notar su estado de aturdimiento.

-¡Ostias! ¡Intrusos! – Christian  parpadeó unos segundos intentando ver bien en la oscuridad. Al final reconoció a la figura

-¿Gray? – El rubio se acercó unos cuantos pasos con precaución. Por detrás James pudo ver como otro muchacho aparecía corriendo, seguramente alarmado por el grito que había pegado su amigo. Al final el rubio hablo con sorpresa.

-¿Law? ¿Eres tú?- El pelinegro asintió levemente y se acercó a la zona iluminada por las luces para dejar ver su rostro- ¡Dios mío Christian, eres tú!¡ Chicos Law ha vuelto!.

El rubio corrió a abrazar a su compañero efusivamente, cosa que dejó un poco descolocado al pelinegro y notablemente desconcertado al castaño que aún seguía sin entender muy bien las cosas ¿Quién demonios era Law? ¿Sería el mote de Christian?.  El muchacho de cabellos castaños que había corrido por el grito del Gray también se acercó sonriente y apartando amistosamente a este estrechó las manos con el ojiazul efusivamente.

- Pensábamos que te habían capturado chaval, no sabes lo preocupados que nos tenías.- Christian se rió alegremente.

-Bueno, no estabais tan mal encaminados, es una larga historia.- Mientras que esos dos se saludaban el rubio pareció percatarse de la presencia del soldado, el cual se removió incómodo. Con una sonrisa burlona le dio un codazo al pelinegro

-¿Mal encaminados? Creo que en realidad tú estabas disfrutando de lo lindo muchachote.- Aquel comentario causó un tremendo sonrojo por parte de la pareja, que afortunadamente fue ocultado por la oscuridad del lugar, pero eso no impidió que Christian intentase atrapar a su amigo para pegarle una colleja y callarle, mientras que este se partía de la risa por la expresión de ambos.

El otro componente de la banda, sonrió amablemente y se acercó al soldado teniéndole la mano a modo de saludo, parecía el mayor de todos y también el más serio.

-Scapa White, se podría decir que soy como la madre de estos mocosos- El soldado no pudo evitar sonreir al escuchar el quejido que soltaron los otros dos al  unísono cesando por un momento su estúpida pelea. -Y no lo negeís panda de idiotas. - El menor estrechó la mano de Scapa ligeramente incómodo, se sentía como presentándose ante la familia del pelinegro, se notaba que todos estaban realmente unidos.

- Soy el co… digo James, James Hook a sus servicios – El soldado contuvo un pequeño escalofrío, no pensaba que fuese muy buena idea declararse comandante de la guardia real en medio de la guarida de un puñado de ladrones. Había estado a punto de irse de la lengua, pero afortunadamente nadie pareció notarlo.

-Es raro que Christian traiga a alguien a la guarida, en realidad,  nunca lo había hecho, excepto con Elena claro. – El castaño parpadeó sorprendido

-¿En serio? -  En aquel momento Christian dejo su discusión con el rubio y corrió hasta el soldado para pasar la mano por los hombros del otro e interrumpir la conversación ligeramente exaltado

-¡Ya está bien de Cháchara! Se esta haciendo tarde, será mejor que entremos -  Dijo lo primero que se le pasó por la cabeza mientras que empujaba ligeramente a los dos chicos hacia la puerta de la caseta ignorando la risa baja de Scapa ante la reacción del pelinegro.

- Si bueno, supongo que te quedarás a dormir ¿No James? Kyle estará por llegar con la cena, seguro que ambos estais hambrientos. 

Dentro de la caseta se oyó a Gray reir, pero James decidió que sería mejor no averiguar el chiste privado del rubio. En cambio volvió la vista a Christian preguntandole silenciosamente que debería decir. Ante el asentimiento del mayor se decidió por aceptar.

-Eh… supongo,  si no importa, claro. – El pelinegro sonrió para sus adentros, por una vez contento con lo que habían dicho sus amigos. Así estaría un poco más de tiempo con el soldado. Antes de entrar a la caseta Christian tiró ligeramente de la manga del  menor alejandose así de los otros dos que ya estaban dentro. Acercandose lentamente a él le dijo en un susurro intentando tranquilizar al castaño.

-Puedes salir mañana por la mañana si te preocupa mucho tu familia – El castaño asintió levemente mientras miraba al pelinegro con intensidad .- y no te preocupes, son idiotas, pero no muerden- Ante eso el soldado le dedicó una pequeña sonrisa - Se que puede resultar incomodo para ti... mejor olvidemonos de lo raro de la situación.

-Por cierto, ¿y eso de Law? – El ojiazul desvió la mirada ligeramente nervioso.

-Si bueno… técnicamente es mi apellido, supongo que por parte de padre. Aunque no es que me guste mucho.

-Oh… es … bastante irónico- El pelinegro alzó una ceja y posó su mirada en James.

-¿Acaso de burlas de mi Hook? – Recibió una sonrisa deslumbrante que le dejó prácticamente sin aire. El castaño se alejó de él sin apartar la vista de sus ojos con un pequeño tóno de desafío y antes de entrar en la caseta respondió con tóno arrogante imitando la expresión del pelinegro.

-Por supuesto señorito Law, siempre.

Rumbo a la guillotina (BL) Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora