Derek Hale has a Boyfriend [Sterek]©M-ᴘʀᴇɢ

Capítulo 19

Stiles

Me las arreglé enormemente para sostener el cuerpo pesado del chico pelinegro medio desmayado, llevé uno de sus brazos a mi hombro para que me rodeara el cuello mientras afianzaba mano en su cintura y la otra sujetando su brazo sobre mi cuello, empecé a caminar por el bosque, solo guiándome por mis ojos que veían perfectamente en la penumbra. Aún no sé cómo rayos lo hacía pero por el momento le sacaría provecho para sacar este tipo del bosque.

Solo esperaba poder llegar a la carretera antes de ser encontrados por aquellos hombres vestidos de negro, no se veían nada amistosos en lo absoluto.

— Debe estar escondido en alguna cueva. —  Rápidamente detuve mis pasos y casi me voy al suelo con el sujeto sobre mi. Las voces se hacían más clara a medida que se acercaban hacia a nosotros y en pánico se apoderó de mí. Miré detrás de nosotros y había un frondoso arbusto a unos centímetros de distancia, serviría para escondernos. Solo debía llevar a kang ahí sin ser vistos.

Tomando una bocanada de aire empecé arrastrar el cuerpo de kang hacia al arbusto, mientras lo llevaba lo escuché balbucear algo que apenas pude entender. Dejé su cuerpo sobre el suelo con suma delicadeza, y apoyé su espalda contra a mi mientras me sentaba a su lado. Al mismo tiempo que veía los tres hombres detenerse frente a nosotros. Afortunadamente no podían vernos, pero yo sí podía verlos a ellos, por las rendijas del arbusto.

— ¿Qué vamos hacer, Jonas? Ese maldito zorro se ha escondido demasiado bien, si no es que ya murió. — Dijo uno de los hombres, riendo ante lo último pero lejos de sonar divertido, pude captar su miedo. Y hasta pude olerlo en él, lo cual me sorprendió.

Ahora que me doy cuenta, escuché sus voces a larga distancia de nosotros y apenas lo noté.

— No creo que este muerto, ese maldito es muy resistente. — Contradijo, el que parecía ser el líder del grupo. — Para mi que solo está escondido, esperando a que nos marchemos. Kang es demasiado inteligente, no sería raro que lo hiciera para confundirnos. 

En ese momento el pelinegro se removió sobre mi y cuando estaba por decir algo llevé rápidamente una de mis manos a su boca, acallando cualquier sonido que nos pudiera poner en peligro.

— Ya es muy tarde, no creo que demos con él hoy, puede estar en cualquier lado y este bosque es inmenso. Ni con todos los demás hombres los encontraríamos está noche. — Dijo el tercero, resultando ser un poco más bajo que el resto, sonando racional. Casi parecía una buena persona pero no podía dejarme engañar. La maldad se esconde en espacios pequeños.

El tal Jonas suspiró y asintió de acuerdo con el otro. Se irían.

— Dile a los demás que se retiren. Seguiremos buscando mañana, tal vez tienes razón, y ya murió. Ahora solo tengo que decirle eso al jefe. — Al parecer eso no iba a ser tarea fácil, a juzgar por su repentina expresión de pavor.