La albina atrajo más sus piernas hacia su pecho, cerró sus ojos y disfrutó como la brisa de la tarde movía su cabello. Se encontraban afuera de la preparatoria, las managers habían traído sandias así que todos habían tomando un descanso para poder comerlas con tranquilidad. Todo el mundo hablaba entre ellos con armonía, se podía respirar calma en el ambiente.
Nuestra protagonista estaba sentada en el suelo, Nishinoya a su lado y Yamaguchi en el otro, había entablado una amistad con ambos cuervos.
—Aún no puedo creer que Tsukishima sea tu soulmate. —Habló en un tono quejón el líbero, ¡él quería ser el soulmate de la chica!
—Yo tampoco lo creo, es irónico. La chica que aman los soulmate junto al chico que lo odias, vaya cliché, ¿no creen? —Comentó divertida la muchacha.
Ambos cuervos concordaron en voz baja. La fémina concentró su mirada en ambos brazos, después de su extraña confesión hacia el rubio había vuelto al gimnasio donde había hecho una competencia con Yaku y Lev para ver quién podía recibir más, el ultimo ni siquiera había podido recibir uno.
Y el resultado era ese; sus brazos tenían grandes morados y una fuerte irritación que la hacía chillar si era tocada. Debía tener más cuidado; su soulmate era una persona irritable y tenía que estar en perfectas condiciones cuando empezaran las preliminares de las nacionales.
Aunque, tenía que disculparse con Kei por los golpes.
—Tsukishima, ¿estarás bien con solo un pedazo? —Al escuchar el nombre de su amado levantó la cabeza lo más rápido que pudo para buscarlo con la mirada.
A unos cuantos metros de ella, el muchacho se alejaba. Se despidió como pudo de ambos chicos y corrió hasta el rubio. Disculparse sería una buena excusa ahora para poder hablar con él.
Al estar a unos cuantos metros del más alto tomó uno de sus brazos para detenerlo, este mostró algo de irritación pero no dijo nada al respecto.
—Venía a disculparme. —Dijo seriamente, aunque la verdad, sus piernas temblaban.
Muchas personas les decían que se enamoraría de su soulmate en cuanto lo vea, que una palabra suya la haría suspirar, que cuando él la viera a los ojos quedaría embelesada.
Y si, todo eso había sido cierto.
Con solo ver a Tsukki, nuestra protagonista se estremecía pero lo ocultaría hasta ver el mismo efecto en el chico.
—¿Disculparte por qué? —Pero este parecía ni siquiera sentir mariposas en su estómago.
—A...Ah, yo...Los golpes. —Balbuceo en voz baja, concentró su mirada en sus pies para dejar de hacer el ridículo. —Ayer me quedé hasta tarde practicando con Yaku, ¿tus brazos duelen también? —Aprovechó que su mano seguía sujetando el brazo de él para verlo.
Bajo la piel blanquizca de Kei se podía apreciar grandes y morados hematomas que aun no se curaban junto a unos más recientes de color rojo, eso la había hecho sentirse mal. Desde que se había convertido en líbero de Fukurōdani se había preocupado más en parar todo los balones que venían que por cuidar su cuerpo o el de su soulmate.
Y gracias a ello, Tsukishima debió haber vivido un infierno durante esos dos años.
—Seguirás haciéndolo, ¿Por qué te disculpas? —Inquirió en tono gélido para apartar sus brazos con cierta agresividad. La verdad, había sentido una electricidad donde la chica lo había tocado.
—Perdón, y-yo solo...—Miró en otra dirección avergonzada, no sabía que excusar poner. —Usa esto. Intentare tener más cuidado ahora. —De los bolsillos de su chaqueta buscó un pequeño frasco azul con lo que parecía ser crema, se lo extendió. —Mi tía me lo compro, cura muy bien lo golpes.
El de lentes miró el frasco con algo de recelo pero terminó aceptándolo. [...] le sonrió en respuesta y volvió hacia donde debían estar Nishninoya y Yamaguchi, su humor se había elevado un mil por ciento.
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—Oye lentes, ¿quieres ayudarnos a practicar de nuevo? —Cuestionó Bokuto en cuanto había comenzado la práctica libre.
—Lo siento. Paso.
Pero el rubio solo lo ignoró y volvió a retomar su camino.
—Kuro...
—Paso. —Contestó el capitán de Nekoma sin dejarlo terminar de hablar.
—¡Todavía no te dije nada! —Se quejó. —¡Oh, mi querida y preciosa kōhai! —Canturreo hacia la protagonista.
—Yo también paso. Le prometía a Nishinoya que le ayudaría en sus recepciones. —Pasó de su mejor amigo sin impórtale sus quejas o que este la llamara "traidora" nuevamente.
La albina miró por unos cuantos segundos la espalda de Kei alejándose, tenía una inmensas ganas de tomar la mano del chico y obligarlos a jugar con ellos pero sabía que a este no le gustaría para nada.
Suspiró.
Se acercó hasta los cuervos para poder iniciar la practica pero antes de eso, un chico pecoso se colocó frente a ella. Tadashi miraba a la alma gemela de su mejor amigo algo dubitativo, parecía pelear con el mismo.
—[...]-senpai, tu dijiste que antes no te gustaba el voleibol, ¿no es así? —Cuestionó el pecoso, vacilante. Ella asintió. —¿Qué le dirías a Tsukki en esta situación?
La fémina abrió sus ojos miel, sorprendida. No esperaba que Tadashi le atacara con una pregunta así de repente. Apretó sus labios confundida, nunca había sido buena dando consejos.
—¿Nada? —Alzó sus hombros, algo divertida con la expresión del chico. —No soy buena dando consejos pero, si de verdad le gusta el voleibol llegara el momento que quede enganchado a él.
Yamaguchi ladeo la cabeza confundido pero su confusión aumentó al ver la sonrisa de la chica, [...] dio leve palmaditas al hombro del pecoso para caminar hasta la cancha.
¿Tsukki enganchado al voleibol? Vaya, todo podía pasar.
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Ya publique una historia de Oikawa, una historia de Tsukki, ¿quien debería ser el siguiente?
¿Alguien dijo Bokuto?
—No. Nadie
Pues de Bokuto sera!
Necesito una historia de él en mi vida;(
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Pathetic. [Tsukishima Kei]. [Soulmates].
Fanfiction❝Tsukishima Kei cree que las almas gemelas es algo patético. ❞ Libro #1 de la saga: ❝Soulmates.❞