01.

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❝Si tu soulmate se hace daño o se golpea esto también te sucederá a ti. Sientes el mismo dolor que tu soulmate.❞

Los chicos de Karasuno se encontraban entrenando como normalmente lo hacían, aunque a diferencia de todos los días, cierto rubio se movía con más lentitud y fallaba casi todos los bloqueos, hasta aquellos que eran fáciles, a pesar de las insistencias de sus compañeros en preguntarle que le sucedía,  Tsukishima Kei solo respondía un vago nada y seguía jugando. De la nada un chillido de dolor salió de la boca del chico y seguido de eso cayó en el piso alarmando a los demás.

—¡Tsukki! ¿Estás bien? —El primero en correr hacia el chico fue Yamaguchi, no le sorprendió ver todos los brazos de Tsuikishima con moretones y golpes, desde hace más de un año que había aparecidos los primeros y con el tiempo solo seguían aumentando.

—Vaya moretones. —Tanaka se burló al ver los pálidos brazos con hematomas color morado. —Tu soulmate debe hacerte la vida imposible.

—No creo en los soulma...

Antes de que el chico siquiera pudiera terminar su frase la puerta fue abierta por el profesor quien cayó al piso nada mas ingresó en el gimnasio, su nariz sangraba y se notaba que había estado corriendo para poder llegar ahí, Kei dejó de escucharlo para poder pasar sus dedos en el golpe que anteriormente había sentido, era como si un balón hubiera impactado en su cara.

Era claro que no creía en las almas gemelas, desde la primera vez que lo escuchó pensó que era algo totalmente patético, patético que tener los mismos golpes que alguien hicieran que esta persona significara que iba a estar contigo toda la vida, ningún hematoma le diría a él a quien amar. Pero por obvias razones no podía ignorar los golpes en su cuerpo.

—¿¡Academia Fukurōdani!? —Aquel grito proveniente de Nishinoya llamó su atención sacándolo de sus pensamientos.

—¿¡Los conoces!? —Todos exceptuando a nuestro rubio, quien no tenía nada, lo miraron con asombro.

—La verdad es que no, pero conozco a mi soulmate. —El chico sonrió con orgullo para luego correr hasta su bolso y mostrar una foto que salía en una revista. —Suzuki [...] es mi perfecta soulmate.

En la foto de aquella revista mostraba a una chica de largo cabello color blanco y ojos amarillos como los de un búho, usaba el uniforme de libero de la academia Fukurōdani mientras que sostenía un balón y sonreía, al lado de esa foto había una cuántas más que se notaba que la había tomado en mitad de un juego, bufó.

—¿Conociste a tu soulmate? —Otra vez la sorpresa era palpable en la voz de aquel equipo.

—Ella todavía no sabe que yo soy tu soulmate, ¡pero cuantos nos veamos lo sabrá! Somos dos perfectas almas gemelas.

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Por otra parte.

El equipo de Fukurōdani miraban incrédulos la práctica que se desarrollaba frente a ellos, que practica digo... eso parecía más bien una guerra entre en capitán Bokuto Kōtarō y la líbero del equipo femenino Suzuki [...] y lamentablemente Akaashi Keij se encontraba en medio de esa batalla. Bokuto remataba con una fuerza imparable mientras que [...] detenía el balón sin importar a qué lugar iba causándole uno que otro golpe al cual no le tomaba importancia.

El lema de la chica era "parar el balón sin importar que" y gracias a eso se había ganado el segundo lugar como mejor líbero en todo el país.

—¿A caso el gran Bokuto Kōtarō no puede pasar mi defensa? —Algo característico de la chica era su gran e indestructible ego y arrogancia

Una sonrisa se plasmó en la boca del chico, normalmente Bokuto se hubiera deprimido al escuchar eso, pero no, con ella no había tiempo para poder deprimirse. Un cansado Akaashi golpeó el balón para poder remontarlo, el capitán remató y antes de que la muchacha pudiera siquiera reaccionar aquel balón impactó contra su rostro sacándole un chillido y alarmando a los presentes quienes corrieron hacia ella. La albina se levantó del suelo y apunto aquella pelota de colores llamativos que ahora se encontraba del otro lado de la cancha.

—¿Eso es todo lo que tienes?

—¡Eso no es justo [...]-chan, me asusté mucho! —El chico hacia pucheros cuan niño pequeño mientras miraba a su mejor amiga con reproche.

—Mejor suerte a la próxima. —La chica sonrió mientras caminaba hacia sus cosas para poder guárdalas, tenía que esperar que los demás limpiaran para poder irse.

Revisó su celular con calma mientras veía las noticias de su equipo, al parecer tenía un partido de demostración pronto, siguió pasando su dedo por la pantalla cuando un escalofrió seguido de un estornudo la interrumpió.

—¡Ni se te ocurra enfermarte! —Se escuchó la voz de Bokuto acercarse. —Dijiste que nos acompañarías al campamento con Nekoma y las otras escuelas.

—Ya lo sé, ya lo sé. —Contestó con fastidio. —Pero siento que alguien está hablando de mi de repente.

—Tal vez sea tu soulmate. —Observó Akaashi mientras se acercaba al dúo.

—¿Tú crees? Eso sería increíble, poder conocer a mi dulce y precioso soulmate. —La más baja tomó sus mejillas y sonrió a la nada pensando en cómo sería su alma gemela.

Porque si, Suzuki [...] había soñado con su alma gemela desde que era una niña pequeña, todas las noches se preguntaba como sería él y en donde estaría. 

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Hace poco descrubí los soulamte y pensé:

"¡HEY!  ¿Por qué no hacer una historia?"

Y después volví a pensar: 

"Hidaka, una saga sería mejor" 

Así que personitas, están en el primer libro de la saga "soulmate" de Haikyuu, ¡bienvenido! 

Pathetic. [Tsukishima Kei]. [Soulmates].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora