CAPÍTULO SEIS

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¡Hola! Es más corto de lo normal, así que les pido disculpas de antemano. Es el momento de calma antes de que todo se vaya a la mierda (me llaman dramática), ya que en los próximos capítulos arrancan de una vez, Los Juegos del Hambre.

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Emerson continuó con su entrenamiento al día siguiente

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Emerson continuó con su entrenamiento al día siguiente. Galvan estaba a su lado cuando entraron por las puertas, pero desapareció al instante, para ponerse hablar con los tributos del distrito uno. Al parecer, las alianzas se estaban comenzando a crear. Y aún, no tenía ninguna petición. No le dio demasiada relevancia, aún cuando los ojos curiosos de la compañera de distrito de Finnick la miraban, o cuando Beetee se puso a su lado para intentar hacer trampas. Supo que realmente no estaba prestando demasiada atención a lo que hacía con sus manos, la estaba observando a ella. Johanna fue la siguiente en tener algún tipo de contacto. La mujer del distrito siete le dio una sonrisa mostrando sus dientes, luego de caminar a unos metros de distancia. No parecía el mismo tipo de sonrisa que le habían dado los tributos del uno o del dos, casi se atrevía a decir que parecía honesta. Como si secretamente, estuviese declarando algo. Pero aún no se fiaba. Era difícil considerar quién podía ser rebelde y quiénes no lo eran. Quiénes estaban allí para lograr una mejor victoria, y quienes estaban participando para proteger a Katniss.

En definitiva, sabía que los tributos del uno y del dos no tenían ni una pizca de traición hacia el Capitolio. El único que sabía con seguridad de que estaba en su equipo, era él muchacho del distrito cuatro, pues lo había visto en el distrito trece. Lo observó entrenar de vez en cuando, mientras ella se movía constantemente de las zonas de camuflaje, de nudos y de trampas. Era excelente con el tridente y supuso que habría uno de ellos en la cornucopia. Cuando sus ojos azules impactaron contra los suyos, tomó una bocanada de oxígeno. Finnick estaba algo sudoroso, su cabello rubio se pegaba a su frente. Sus ojos parecían furiosos, hasta que se convirtieron en solo unos focos azules de contemplación. Siguió de largo, era verdad que la primera vez que lo vio, le dijo claramente que no quería que se metiera en sus asuntos. Continuaba con ese pensamiento, porque no le importaba qué tan bonito él era y cómo besaba, si se metía entre sus planes, no dudaría en matarlo. Aún así, eso no significaba que no podría tener un poco de diversión, camino al infierno.

Los dos días de entrenamiento pasaron lo más rápido posible, era fácil notar que cuando la pasaba distraída en algo, el tiempo escapaba de sus manos como una corriente de agua pasar por sus dedos. No hizo mucho por sobresalir frente a los demás, suponía que había dejado en claro frente a los tributos que también era buena arrojando cuchillos. No había hecho una dramática demostración como lo hizo Katniss en el entrenamiento, haciendo acrobacias y buenos lanzamientos con su arco, pero tampoco era una persona que no podía defenderse.
En su último día de entrenamiento, sintió una pequeña punzada en la parte alta de su estómago. Estaban a horas de la masacre. Recordó los carteles de las fabricas de su distrito, esos que decían cuánto tiempo había pasado sin accidentes. En su caso y en el caso de todos los demás, era un cartel que iba a la inversa. Contaban los días hasta que hubiera un accidente, los números estaban en rojo.

Panic ⋆ Finnick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora