El adinerado Omar Callahan es un hombre que posee tanto atractivo, como frialdad.
También es distante, serio y reservado.
Personalidad que lo a llevado al punto de que en lugar de atraer a las mujeres, ellas terminen huyendo de el.
Es por eso que...
Se supone que el era quien debía salir lastimado y no yo, pero lo fui y hubiera preferido que me respondiera el golpe a ver lo que sucedió a continuación.
—Bruno... ¿Estas bien?
Mis ojos se abren y ella se arrodilla a su lado, toma la mandíbula del tal Bruno y mis puños sr apretando aún más.
—Dios mío.. estas sangrando..
Melissa se ve muy preocupada.
¿Por este tipo?
Pongo los ojos en el, la mirada que tiene sobre ella me causa fastidio.
La desea, lo se.
Y no lo tolero.
Pero también, siento esa horrible sensación en el pecho cuando ella no se aparta de el.
Dejo de apretar los puños y me doy la vuelta , pero no doy ni tres pasos cuando la escucho.
—¿Qué rayos sucede contigo?
Mis pies de detienen.
—¿Vienes a golpear a alguien y luego te marchas sin decir nada? ¿No vas a pedir disculpas?
Pedir disculpas..
Una sonrisa de vacilación cruza mis labios.
Camino de largo.
—¡Te estoy hablando, Omar!
Subo al coche.
—¿Señor.
—Solo arranca, Álvaro.
No quiero presenciar como lo meterá a su casa con la típica excusa de curarlo y me hierve la sangre de solo imaginar a donde los llevará todo esto.
—Mierda.
Me llevo la mano a la cara.
Las reglas, Omar.
No olvides las putas reglas.
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No tengo la voluntad de llamarla. —Es lo que pienso dejando el estúpido Movil sobre mi escritorio.
Me sirvo un trago y bebo hasta la mitad.
Esta enojada.
Mucho más que antes.
Ademas ella me dejó en claro a quien eligió cuando se agachó a ayudarlo.