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Omar:

En cuanto mis pies tocan el hospital, sigo confundido sobre la clase de situación que desea mostrarme la señorita Vega, es más, incluso cuando ese hombre aparece frente a nosotros.

—Hola Bruno.

Me tenso.

¿Por eso me ha traído?

Él se acerca a saludarla y cuando va plantarle un beso en la mejilla, la sujeto del brazo, tirando de ella hacia mí y lanzándole una mirada amenazante al sujeto.

Bruno me observa con un gesto de sorpresa y Melissa ríe producto de mis celos.

Ella se suelta de mí y suspira resignada a mi comportamiento.—Discúlpalo por favor, Omar es muy celoso.

—Creo que eso me quedo bastante claro cuando me golpeo.—Responde él y pasa la mirada de ella a mi.—Aunque se disculpó después... Gracias por..

Sus ojos se juntan.

—Por los junquillos.

Melissa sonríe.

—¿Vienes a recogerlo?

Ella afirma con la cabeza.—Los dos vinimos para eso.

Bruno me observa y sonríe.—Siganme, por favor.

No entiendo nada, pero solo ver a ese sujeto me pone de malas, no muevo los pies y Melissa al darse cuenta, se gira hacia mi.

—Omar.

—¿Qué es esto, Melissa?

—Querías que te explicara todo ¿No? Eso hago.

—Trayéndome al lugar donde trabaja este tipejo.

Suspira cansada.—Omar, solo sígueme ¿Quieres? Confía en mí.

No sé cómo hacer eso, pero ella se cansa de tener que esperar escuchar mi respuesta y me toma del brazo, tira de mí y cambio eso, tirando de mi brazo y ahora sujetando su mano con la mía.

Melissa me ve muy sorprendida.

—Que no se le olvide a quien perteneces.

Ella se ríe, pero enseguida entrelaza sus dedos con los míos.

—No existe nadie más celoso que tu, Omar.

Es probable que no.




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Me siento confundido.

Y idiota.

Mucho más idiota ahora que ya tengo una explicación coherente y ahora que miro a ese niño a través de la luna trasparente de esa habitación, donde se encuentran otros niños igual que él.

Las reglas del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora