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Omar:

Visitamos cada región del parque zoológico, aunque el favorito de Mateo resulta la zona internacional.

Sobre todo por la jirafa recién nacida  según los cuidadores, quienes nos dieron un tour a todos los visitantes, su madre fue rescatada de unos cazadores cuando era pequeña, así que la trasladaron a la reserva, creció aquí junto a otras jirafas rescatadas, por lo  cual les era imposible regresarlas a su habitad y aunque quizás no era lo mismo, tenían todo un espacio enorme para trasladarse.

Después de pasar por ella, nos llevaron ver a los hipopótamos y finalmente el tour acabó en un área de recreación.

Fuimos a almorzar en un pequeño restaurante, ambientado en una jungla y tomamos asientos junto a las ventanas para que se le hiciera mejor a Mateo visualizar el hermoso paisaje.

Seguimos nuestro propio recorrido la segunda vez, aunque nos detuvimos en el área de recreación a pedido de Mateo.

—Gracias.. —Responde Melissa mientras mantiene la mirada sobre el laberinto, observando en todo momento a Mateo. —Es muy lindo de tu parte haber hecho esto por nosotros.

Yo sonrio.

—No tienes nada que agradecer.

La señorita Vega sonríe.

—Esta noche podrías quedarte a dormir..

Alzo las cejas. —¿A dormir?

Melissa sonríe. —Si, eso y a algo más, si no lo digo es porque estamos rodeados de niños.

—Así que la señorita Vega tiene límites.

Ella hace una mueca.

Mateo llega hacia ella y Melissa lo recibe, pronto me doy cuenta que desea un algodón de azúcar, quizás no por el dulce, sino por el diseño, es el doble de una cabeza y de muchos colores.

—La cola es enorme..  ¿Esperaras aquí con Omar?

Mateo hace un gesto y Melissa sonríe.

—De acuerdo.—Ella se gira hacia mi. —¿Quieres uno?

—No, gracias.

Melissa se marcha a la cola y yo me quedo con Mateo  intento hacer un acercamiento, aunque no se exactamente como tratar a un niño.

No he tenido experiencia con ninguno y me siento un idiota.

Al final Mateo corre directo a uno de los juegos, sonrio y mantengo mi mirada sobre el.

Mi móvil suena, vigilando los movimientos de Mateo , contestó la llamada.

—Omar.

Es el diseñador.

Sonrio. —Supongo  que llamas para decirme que vas a aceptar.

—La rechazo.

Abro los ojos. —Creo no haber escuchado bien.

—Escucho bien, señor Callahan, la persona que me contrató me ofrece algo mejor.

Me giro con enojo.

—¿Y se puede saber quien es?. —Exijo saber.
El no responde.

—Si vas a dejarme es lo mínimo que puedes…

—Monserrat Lazini.

Mis manos se forman puños. —¿Monserrat te ha ofrecido mejor sueldo del que yo te estoy dando?

—No es solo un sueldo, señor. La señorita Monserrat Lazini me ofrece un contrato de dos años. Usted solo me ofrece por este trabajo.

—¿Y cómo esperas que te dé un contrato como mi diseñador para todos mis productos si es la primera vez que me contactó contigo? Lo que Monserrat quiere es fastidiarme.

—Ella confía en mi y mis habilidades, además creo que con mi primer diseño para usted basta para darse cuenta del potencial que tengo.

No puedo creer todas las ideas que le ha metido Monserrat a este hombre.

—Ella me da seguridad y cree en mi talento, lo lamento señor Callahan, pero no puedo trabajar con alguien que no me da la seguridad.

—Me estás pidiendo un contrato de 2 años y no siquiera te conozco, te contraté para un solo trabajo y me das una actitud 0 profesional ¿Cómo esperas que te de un contrato ahora?

Luego de un corto silencio dice. —Lo lamento, señor. Que a su compañía le vaya bien, pero yo retiro mi diseño.

—Déjame adivinar.. ¿El diseño lo quiere Monserrat?

—Buena suerte con Boss Cosmetic.
—No puedes hacerme esto. Voy a demandar por incumplimiento de..

Me cuelga la llamada.

Mierda.. Mierda..

Hago dos llamadas más y finalmente a Pablo, me alejo un par de pasos del lugar.

—Señor.

—Necesito que organices una reunión para mañana, Pablo.

—Como ordené, señor.. ¿Todo esta bien?

—No, no lo está… Esa mujeres va a lanzar su producto con un diseño nuestro. Contactarme con los mejores diseñadores.. Necesito que..

—Omar.

Me detengo al escucharla y al verla, Melissa tiene el algodón de azúcar en la mano.
Bajo el móvil.

—¿Sucede algo?

No respondo y siento una sensación extraña en el pecho cuando su mirada pasa de mi a buscar a..

Joder..

—¿Dónde esta mi hermano, Omar?

Me giro y sigo su mirada, esperando haber encontrar a Mateo donde lo deje, pero no esta.

—Omar… mi hermano..

Lo perdí.

Perdí a Mateo.

Las reglas del JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora