Según cuenta la leyenda, una bruja muy poderosa fue concebida en Baxadox hace veinticinco años. Sus padres fueron dos hechiceros poderosos que le veían un gran futuro a la bruja dotada de belleza etérea, todo había sido felicidad hasta que la pequeña niña cumplió sus dos años. Una noche despareció del pueblo mágico sin dejar rastro, fue buscada por todos los hechiceros que se compadecían pero no la encontraron, dejando tristeza y duda en sus padres ¿por qué desapareció de la nada? ¿Dónde se encontraba? Nunca hubo respuesta, pasaron los años y los padres desconsolados decidieron terminar con sus vidas. Una trágica historia que sigue sin resolverse.
Nayeon levantó sus ojos del libro, impresionada y triste por la historia. Aunque también curiosa, esa bruja no podía ser ella, porque ella creció junto a sus padres sin saber nada de magia o algo parecido. ¿Por qué Tabolt decía que lo era?
Levantó su mirada hacia la pelinegra que descansaba en aquella cómoda cama. La cuidaba ya que Felix tuvo que salir por algunas cosas para comer además de vendas y pociones para mantener estable a la pelinegra. Estaba con su top y con su torso vendado descansando bajo la luz de la chimenea de su habitación de hotel. Habían sido llevados por los blush justo después de que el "ritual" terminara. Mina no había abierto los ojos casi por diez horas, lo que preocupaba a Im, pero por lo menos respiraba y se veía dormir tranquila. Nayeon pensó que se veía atractiva así, durmiendo con sus expresiones relajadas y con varios mechones negros cayendo por su rostro que parecía tallado por los ángeles.
—He vuelto—Anunció Felix abriendo la puerta y cerrándola al instante—. ¿Qué hay de nuevo?—Preguntó dejando las bolsas en la mesa y quitando su capa azul.
—Nada. Bueno sí, he aprendido algunas cosas leyendo el libro que me diste—Dijo con una sonrisa genuina, miró de nuevo a la hechicera y suspiró—. Mina no se ha movido ni un centímetro y parece que no lo hará por unas horas más.
Félix suspiró acercandose a la cama para ver mejor a su maestra.
—Es muy fuerte...Estoy seguro de que no hubiera sobrevivido si eso me pasara a mí—Comentó metiendo sus manos en sus bolsillos.
Nayeon sonrió y se acomodó en la silla.
—¿No estás cansado?—Cuestionó mirando las ojeras en el rostro del chico—. ¿Por qué no vas a dormir un poco?
Felix la miró dudoso, para después volver a mirar a su maestra y a ella.
—¿Crees que puedas cuidarla más tiempo?
—Claro...Creo que no despertará pronto—Respondió encogiendose de hombros—. Ve a descansar, lo necesitas—Sonrió al chico con calidez mientras este daba una última mirada a su mentora.
—Bien...Si pasa algo, no dudes en despertarme—Dijo el chico, se acercó y le sonrió—. Gracias, Nay. No sé qué haría si tú no estuvieras.
El rubio salió y dejó a la chica pensativa, con un sentimiento de calidez que le llenó el corazón. Se sentía importante por primera vez en su vida, siempre había sido la que menos destacaba en todo y por ende la que menos importaba. Pero no era así con aquellos hechiceros, sentía que era una pieza fundamental porque ellos se lo demostraron desde que partieron de Seúl. Miró con una sonrisa el rostro imperturbable de Mina y volvió su vista al libro, para poder seguir con su lectura del mundo de los hechiceros.
[...]
—Te quiero tanto, Nayeon—Habló con dulzura la pelinegra a la que abrazaba—. Esta noche fue plena.
Nayeon sonrió y se apegó más al cálido cuerpo desnudo de la japonesa.
—¿Eso crees? Debes mentirme, eres atractiva y debiste estar con más chicas en el pasado—Dijo medio broma, medio verdad.
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Magical souls | Minayeon.
FanfictionUna hechicera de corazón frío y una simple mortal que es involucrada en el mundo mágico por el ayudante de la hechicera. ¿Podrá la hechicera de corazón de piedra proteger a la mortal de los magos oscuros? ¿Se descubrirán los secretos ocultos? Esta...