Magical souls | Minayeon.

Capítulo XXX: Impaciente

Mina comenzó a vestirse sin importar que aún habían partes de su cuerpo que dolían y que sus dos acompañantes estuvieran dormidos. ¿Debería despertarlos y decirles que se fueran con ella en ese mismo instante? Ella creeía que no debía hacerlo y que sola debería comenzar su caminata hasta el castillo de carbón. Amarró los cordones de sus botas de cuero, ajustó su capa y puso su sombrero en su cabeza donde se acopló con su cabellera negra que le llegaba casi hasta los hombros. Miró la tienda por última vez y comenzó a caminar al bosque que la llevaría al castillo de carbón donde rescataría sin importar nada a Felix y a Nayeon, sus pasos eran lo único que se escuchaba mientras la japonesa caminaba en la oscuridad del bosque iluminando solo con una llama que emergía de la palma de su mano, hace mucho que no hacía eso sola, Felix la acompañaba desde los últimos tres años. Justo después de cumplir su mayoría de edad fue envíado por el Concilio a su casa en Baxadox pidiendole cordialmente que se hiciera cargo de sus enseñanzas hasta que lo considere un buen hechicero. Aún recordaba el nerviosismo del chico pecoso que solo oía a su padre hablarle a quien sería su nueva maestra y como solo decía afirmaciones o negaciones cuando este mismo le pedía, la primera impresión de Mina es que parecía muy cohibido en cuanto a su magia a pesar de que su padre y su madre fueran unos de los más destacados hechiceros del mundo mágico. Mina practicamente le abrió las alas y le permitió volar dejando que hiciera pociones, hechizos, curaciones y demás sabiendo que el chico era puro como el agua. Sin duda si hubiera sido hijo de una bruja blanca habría sido un gran brujo curador que se la pasaría ayudando a los demás, en Seúl curó a varios animales moribundos y a varios niños pobres con heridas en sus rostros. No podía tener un mejor aprendíz y lo sabía, lo sabía muy bien. Estaba segura de que Lee Felix sería un destacado hechicero, no lo dudaba ni un segundo y podía sentir que en muy pocos años le darían un título en el Magisterio de Magia.

El viaje al castillo sería largo pero ella no pararía. No hasta que tuviera de vuelta a Im Nayeon y a Lee Felix.

[...]

Nayeon escuchaba sus latidos en su oídos mientras Aisha le ordenaba a Felix darle un golpe en su rostro. 

—¡Vamos! ¿Qué esperas, niño bonito? ¡Dale un buen golpe!—Bramó Ten impaciente. Él ya quería ver algo de sangre.

—Estoy de acuerdo, ¿acaso te tiembla la mano para pegarle a una mujer?—Cuestionó Taehyung, quien sabía muy bien su posición de "hombre" entre los mortales.

Aisha gruñó y apretó su agarre en el brazo del rubio quien gimió por lo bajo mientras miraba sus pies descalzos llenos de suciedad.

—Haz lo que te digo, cara bonita—Murmuró apretando los dientes—. Estás aquí para servir y vas a hacer todo lo que te ordeno ¡Y mi orden es que le des un maldito golpe!—Le gritó llenando de saliva la mejilla del hechicero.

El chico comenzó a llorar en silencio y negó sin subir la mirada.

—¡Lo haré yo!—Jongdae saltó de su silla dispuesto a caminar hacia los "esclavos" pero fue detenido por Tzuyu quien le dio una leve negación para después levantarse y caminar hacia Nayeon quien tembló al verla. Se paró justo detrás de la castaña para empujarla hasta quedar a unos pocos centímetros del coreano.

—¿Quieres que te muestre cómo se golpea? ¿O acaso Mina no te lo enseñó?—La sola mención de Mina en los labios de aquella diablesa disgustaba a Nayeon. Sintió la mano fría del demonio en su mejilla e intentó encojerse pero esta misma no se lo permitió—. No se debe pensar mucho, solo debes descargar la fuerza suficiente—La primera cachetada sonó con tanta fuerza que se escuchó detrás de la pared de carbón. Nayeon tembló y Felix levantó la mirada aturdido mirando su mejilla roja adornada de lágrimas silenciosas—. Ese fue muy suave, tal vez si utilizo mis nudillos...