Capítulo XXVI: Los príncipes demoníacos y sus torturas

369 68 38
                                        

Los hijos de satán engrendados por el propio mal de todas las almas pecadoras eran siete. Era difícil saber cuál de todos era el más despiadado, muchos rumores hubo en el mundo mitológico pero nunca se supo verdaderamente cuál se llevaría la corona del más voraz y maquiavélico. Todos fueron nacidos el mismo día por lo que tenían la misma apariencia joven que jamás envejecería, tenían fuerza y podían recuperarse con rapidez de cualquier otro ser sobrenatural. Se podían considerar los más temidos incluso por encima de los magos oscuros que de por sí ponían los pelos de punta a todos los seres mitológicos.

Primero tenían a Taehyung, quien se podía decir que era el más "calmado" de los siete. Este casi no se divertía torturando pero sí que se divertía en la lujuria con las ninfas que llegaba a atrapar, era casi como un casanova inmortal que no tenía límites en cuanto a sexo y vanalidades, su nombre en los infiernos era Asmodeo. Luego estaba Yves, la que no movía ni un dedo para hacer sus torturas, ella solo miraba mientras la abanicaban y le daban algo de corazones humanos frescos para sentir más el ambiente. Nunca esperan nada de ella, tampoco les debía importar si hacía mucho por su vida. Su nombre en los infiernos era Belfegor. Después está Jongdae, el que se podría considerar un sadico y un hambriento en el mundo mortal. Ama masacrar a humanos y también ama comer en gran cantidad, para sus hermanos es un asqueroso lo que sería demasiado irónico, su nombre en los inframundos es Belcebú. Ten siempre fue de los más ausentes porque siempre estaba en el mundo mortal pevertiendo a personas para que gasten todo su dinero en apuestas, alcohol y drogas. Su nombre en los inframundos era Mammón. Mark era reconocido por ser alguien burdo, grosero y nada compaciente con sus víctimas que casi siempre eran Elfos olvidados por sus familias. Nunca escuchaba cualquier tipo de consejo y siempre va con sus deseos. Su nombre en los infiernos es Lucifer. Aisha era increíblemente atractiva, sobre todo para sus hermanos quienes cayeron uno por uno a sus pies pidiendole que los deje tener el acto carnal más salvaje que pueda haber, por eso, desde siempre se ha sentido la más hermosa del universo y a las ninfas que llega a ver más agraciadas que ella, las mutila. Le encanta la sangre y también el fuego. Su nombre en los infiernos es Leviatán. Luego está la última pero no la menos importante, Tzuyu. Siempre fue el orgullo de Satanás ya que nunca tuvo una pizca de humanidad en su cuerpo, mucho menos de debilidad por lo que había sido la favorita del señor de las tinieblas convirtiendose en la que guía a sus hermano por el sendero de la maldad. El sadomasoquismo en su gusto más placentero, de solo ver aquello su excitación arde en su piel y por eso ha tenido "mascotas" desde que apenas estaba en su forma infante. Cualquier cosa que de dolor, le da placer. Siempre termina matando a sus mascotas por la fuerza desmedida con la que las flagela, por eso, muchos la han demoninado como la más iracunda. Su nombre en los inframundos es el mismo, Satanás nunca permitió que se cambiara.

Cabe decir que Satanás es la combinación entre todos sus hijos, por eso era el rey de la maldad. El más temido por todos los mortales y los sobrenaturales.

[...]

Nayeon miró por quinta vez desde que despertó a Felix. El chico siempre era hablador a pesar de los momentos amargos allí solo estaba mirando un punto fijo con la mirada cansada.

—¿Por qué me miras tanto?—Preguntó el hechicero con desgano—. ¿Me veo tan mal?

Nayeon relamió sus labios y negó.

—Es solo que no has hablado mucho...—Suspiró y se cruzó de brazos acomodandose lo mejor posible para que sus muslos adoloridos no se quejaran—. Tal vez solo digo tonterías, quién va a querer hablar en estas circuns...

—Me humilló—La voz de Felix la detuvo. Miró confundida al chico mientras este aclaraba su garganta—. Ayer me llevaron con una de las diablesas, según oí se llama Aisha. Ella me humilló de formas descomunales por no doblegarme ante ella—Contó. Algo parecido a lo de Nayeon, esta apretó sus labios con impotencia y bajó la mirada—. Jamás pensé que caeríamos aquí—Suspiró y recostó su cabeza entre dos varas—. Pero al parecer la suerte lo cambió todo.

La suerte, el destino o la propia vida. Felix no tenía una respuesta clara pero sabía que no se libraría de más torturas, debían estar a nada de llevarselo de nuevo con aquel demonio que parecía ser la maldad viva. No sabía que había alguien tan maquiavélico, es decir, sabía que eran demonios pero nunca se detuvo a pensar en la maldad que albergaba sus almas y su castillo.

—¿Crees que Mina ya viene?—Cuestionó Nayeon con la voz apagada. Lo que más deseaba era ver a Mina entrar por esa puerta y poderla abrazar con todas sus fuerzas.

Felix hizo una mueca, ni él sabía si la hechicera ya iba a rescatarlos o si los dragones la vencieron. No tenía ni una idea.

—No lo sé, Nay. No lo sé...—Murmuró dejando que sus ojos se cerraran para intentar al menos pasar el tiempo durmiendo.

La coreana se abrazó a si misma sintiendo el frío calarle los huesos, su cabeza se recostó entre dos varas mientras miraba el techo de carbón bien lijado.

No quería perder la esperanza pero tampoco sabía qué pensar sobre todo lo que pasaba.

[...]

Todo parecía tenso en aquella caminata, o más bien, lo estaba. Joohyun no le había dicho mucho desde que volvieron a partir hacia la salida del pueblo donde muy probablemente estarían otros dos dragones esperando por la japonesa. Mina caminaba con mucho cuidado y mirando repetidamente a sus alrededores alerta por los dragones que seguramente le estaban pisando los talones mientras Joohyun le daba miradas furtivas de vez en cuando algunas con rabia y otras simplemente tristes. Definitivamente, Mina la había superado y sabía muy bien que no debía hacer nada contra eso...Igualmente, ella se casaría pronto con aquella hechicera de nombre Seulgi que la esperaba en Baxadox.

Mina se detuvo de pronto haciendo que la bruja y el cíclope pararan junto a ella preguntándose qué ocurría. Mina relamió sus dedos y miró la cola del dragón a unos metros de ellos que tenían escamas negras con tonalidades rojas junto en sus bordes. Era del tipo de dragón que solo pelea con su hocico y con su cola pero eso no quería decir que no fuera mortal, sus dientes podían triturar cualquier cosa que cayera en ellos. Osea que un humano insignificante quedaría como una sandía tirada de un noveno piso.

—Mina...—Murmuró la bruja.

La hechicera volteó y suspiró.

—Saun llévate a Joohyun y busquen un lugar seguro mientras yo combato a los dragones que quedan—La bruja de cabello azabache se quiso negar pero Mina la empujó con el cíclope sin ser muy brusca—. Por favor, no discutamos...Tienen un gran sentido de la escucha...

—Mina queremos ayudarte...—Habló Joohyun por lo bajo.

—Me ayudarán mucho en el castillo de carbón, por ahora, escondanse—Hubo un leve silencio donde la bruja terminó por rendirse y caminó con el cíclope hacia un lugar en el que podrían esconderse.

Mina tomó aire y comenzó a caminar hacia el dragón. Que seguía en la misma posiciónn, moviendo su cola con algo de rapidez.

—Bien...Hay que terminar con esto.

Sabía que no había mucho tiempo, Nayeon y Felix esperaban por ella. Juraba por su alma que los rescataría.

Magical souls | Minayeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora