Capítulo XLII: ¿Premonición o equivocación?

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Mina sintió un buen empujón de uno de los Ángeles Caídos apenas tocó el puente de nuevo. Las cosas se ponían feas, Felix comenzaba a luchar con tres mientras Suan con sus grandes manos trataba de darles los mejores golpes posibles. La azabache sin siquiera poder quejarse esquivó un rayo de luz negro que lanzó aquél Ángel y le devolvió uno azul electrizante que lo hizo retorcerse, pudo divisar como Felix terminaba con dos de los seres sin mucho problema lo que la hizo sonreír ya que su tutoría estaba comenzando a dar frutos en el muchacho. Pero no le duró mucho ya que fue tacleada por el ángel que había atacado anteriormente, Mina tosió con fuerza por el impacto, el ángel comenzaba a introducir sus huesudos dedos en su pecho en busca de su corazón. La japonesa comenzó a gritar del dolor juntando sus manos como podía y con un potente chorro azul traspasó el ángel haciendo que sus dedos llenos de sangre caliente salieran de su pecho chorreando algunas gotas en el proceso. Mina chilló al sentir la sangre empaparle su atuendo; sin embargo, se levantó poniendo su mano temblorosa sobre la herida.

Nayeon comenzó a correr hacia ella al ver como la sangre se escapaba por sus dedos y buscó su mirada con preocupación.

—Mina...

—Nayeon—La japonesa levantó su mirada con un deje de pánico en sus ojos—. Vete, no debes estar aquí.

Nayeon negó frunciendo el ceño intentando acercarse más a ella pero solo retrocedió tomandola del brazo para ponerla detrás suyo.

—Estás herida...—Nayeon intentó decir pero la azabache siendo arrastrada por una fuerza invisible hasta uno de los ángeles la hizo callarse—. ¡Mina!

La japonesa fue detenida en frente de uno con este lanzando un rayo que se convirtió en humo, ese humo solo dejó ver una mano negra que se apegaba del rostro de la hechicera. Mina comenzó a tambalearse intentando quitarse aquella mano con uñas largas y puntiagudas que intentaba robarle el alma. Nayeon jadeó con preocupación viendo como el Ángel caído comenzaba a caminar hacia ella, intentó correr pero esa misma fuerza que se llevó a Mina la paralizó. Comenzó a gritar mirando a Felix siendo atacado por otros dos ángeles y a Suan intentando deshacerse de uno que se había colgado de su cuello. Mina sintió una gran preocupación al escuchar el grito de la coreana y con más fuerza intentó despegar la mano de su rostro pero esta estaba preparandose para absorberle todo lo que se podía llamar alma. Nayeon miró aterrorizada al Ángel caído que comenzaba a pasar su mano huesuda por su clavícula, tenía miedo de lo que pudiera hacerle cuando ella no tenía magia y ni siquiera una daga para defenderse aunque fuera muy inútil con un ser que ni cuerpo físico tenía.

—Estoy fascinado...—La voz perturbadora del Ángel resonó en sus oídos—. Tu belleza...Es tan pura como la había predicho.

Nayeon miró entre confundida y con pánico al Ángel que estaba cada vez más cerca de su cuerpo.

—¿Q-Qué?

El ser rió y puso su mano en su cuello donde comenzó a apretarlo con fuerza.

—Tu alma le pertenece a uno de mis amos, Tzuyu...—Sus ojos rojos brillaron en la oscuridad de su túnica mientras Nayeon intentaba respirar con dificultad siendo alzada por el maligno ser—. Debería tomarte ya que ella no pudo.

Mina después de tantos intentos pudo quitarse la mano de su rostro y pulverizarla con un rayo de luz. Con rapidez comenzó a correr hacia el Ángel caído que tenía a una inconsciente castaña en el aire. Con toda la ira de su corazón lanzó un chorro potente que casi encegece a los presentes, el Ángel caído voló rompiéndose como un vidrio y Nayeon cayó inconsciente al piso. Felix junto con Suan—que apenas acababan con los demás—vieron aquello con fascinación y también con orgullo.

—¡Bien hecho!—Suan felicitó a la japonesa mientras Felix corría hacia Nayeon para ayudarla. Miró a la japonesa quien con ojos oscurecidos miraba el palacio de Wonwoo—. ¿Mina, estás bien?

Magical souls | Minayeon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora