Nayeon jugaba por quinta vez con sus cordones, no tenía mucho que hacer cuando estaba encerrada en una jaula y sola en un lugar del que no tenía idea pero que intuía que era muy alto porque solo se veía el cielo. En las últimas horas se había preguntado por Mina y había intentando rememorar los últimos momentos que la vio pero todo era borroso hasta el punto de marearla por solo recordarlo, por eso mismo, intentaba convencerse de que estaba bien y alejaba sus pensamientos que le planteaban que Mina pudiera estar en los inframundos siendo torturada o hasta muerta. Nayeon se reprimió a ella misma y volvió a atar sus cordones de la forma más ingeniosa que se le ocurrió, afuera no se escuchaba mucho, lo que la preocupaba además no tenía noticias de Felix.
Cuando iba a volver a desatar sus cordones escuchó la puerta abrirse, lo que la puso alerta volviendo a adoptar la posición que hizo la primera vez mientras miraba con ojos de cordero a quienes entraban allí. Allí estaba de nuevo aquella mujer, con los mismos minotauros de antes y con una sonrisa complacida en sus belfos. Nayeon sintió de nuevo aquél escalofrío pero más fuerte, porque sabía muy bien que no estaban allí para devolver a Felix si no para llevarsela a ella.
—Mi pequeña mascotita—Habló la pelinegra caminando hasta la jaula. Nayeon se apresó lo que más pudo hasta las varas de metal pero fue inútil porque la mujer estiró su mano tocandola, lo que la hizo gemir de pánico con la mujer deleitandose—. Ha llegado tu hora de jugar...
Nayeon negó mientras veía como abrían la jaula. Intentó forcejar y quedarse pero fue inútil ante la fuerza que tenían los minotauros que la sacaron como si de un pedazo de carne liviano se tratara. Comenzó a llorar mientras pedía que la bajaran pero fue inútil, la mujer de cuernos le sonrió y le acarició la mejilla con tanta maldad que la hizo contraerse mientras sus lágrimas caían contra el piso de piedra. Comenzaron a moverse, la mujer volvió al frente donde guió a los minotauros al lugar donde le haría quién sabe qué. Nayeon gritó y pataleó hasta el final del recorrido mirando infinitos pasillos de paredes negras con olor a azufre con cal. Pronto llegó a una especie de sala donde la dejaron caer sin ningún tipo de delicadeza contra el piso de piedra, se quejó del dolor mientras escuchaba unos cuantos cuchicheos y después la puerta cerrándose la hizo dejar de sollozar para centrarse por fin donde estaba.
Miró a todos lados asustada para encontrarse justo detrás suyo a la mujer que parecía impotente y maliciosa con su mirada de hielo con oscuras intenciones que seguramente ella haría en su persona. Nayeon sentía cada fibra de su piel carcomerse por el temor por aquella mujer que podría ser perfectamente la hija de satán en persona, aunque no estaba muy lejos de eso.
—Al fin, una mascota nueva...—Habló de nuevo acercandose mientras sus botas sonaban contra el piso polvoriento—. La vieja murió muy rápido para mi gusto...—Hizo una mueca mientras Nayeon sollozaba por lo bajo ante lo que dijo—. Pero ahora aprendí a dejarla viva más tiempo. He practicado con los engrendos macabros de los minotauros con las medusas...—Su voz sonaba tan tranquila, como si contara lo más normal—. En fin, tú eres un especimen que no había tenido. Lo que me llega a excitar un poco—Su mano con uñas largas se posó en su pierna y la apretó con fuerza—. Será muy divertido todo, ni sé con qué empezar.
Nayeon tragó saliva intentando no demostrar el miedo aparte del dolor que sentía por el agarre de fuerza descomunal que podría romperle la pierna facilmente.
—Levántate—Ordenó con voz firme. Nayeon se quedó inmóvil mientras miraba a la mujer—. ¡He dicho que te levantes!—La levantó de un solo tirón y la estabilizó por los hombros mientras sus rostros quedaban a unos centímetros. La castaña cerró los ojos con fuerza y sollozó por lo bajo—. Obedeceme si no quieres malos ratos.
La chica asintió y la pelinegra sonrió con suficiencia mientras volteaba hacia un gran cajón donde colgaban algunos objetos que le erizaron la piel a Im.
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Magical souls | Minayeon.
FanfictionUna hechicera de corazón frío y una simple mortal que es involucrada en el mundo mágico por el ayudante de la hechicera. ¿Podrá la hechicera de corazón de piedra proteger a la mortal de los magos oscuros? ¿Se descubrirán los secretos ocultos? Esta...