Hola, me llamo Alexia y antes era una humana normal y corriente, digo antes, porque ya no lo soy, resulta que soy la reencarnación de Alexandra, la princesa de los vampiros, por lo que de un día para otro, me encontré siendo la princesa de los vampi...
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-¿Qué quieres hacer? - me pregunta Ian.
Ya hace un rato que Alexa, James y Henry se fueron, y ninguno de los dos había dicho nada, esta situación es bastante incómoda, resulta que mi mejor amigo en realidad es mi hermano y nunca me lo dijo, no lo culpo, entiendo que él no podía hacer nada, y no quería que ninguno de los dos saliera lastimado, pero aún así, es complicado.
-¿Vas a seguir ignorandome? - me pregunta triste.
-No te ignoro, solo intento procesar todo ésto.
-Lo sé, tal vez debí arriesgarme y contártelo mucho antes, pero tenía miedo - dice cabizbajo.
-Lo entiendo, y no te culpo, tú no tienes la culpa de nada, es solo que todo ésto es muy complicado - digo y suspiro.
-Comprendo que sea complicado para ti, esperaré todo el tiempo que haga falta, hermanito.
No sé muy bien cómo describir lo que siento al oírle llamarme hermanito, la verdad es que yo siempre le consideré como mi hermano mayor, era el único que se preocupaba por mí, estaba conmigo, y me ayudaba y cuidaba cuando el alpha me castigaba. Creo que no me resultará difícil aceptar esa parte de la historia.
-Ag, esto debe ser una broma - oigo decir detrás de nosotros.
Me giro y me encuentro con esa horrible señora, creo que se llamaba o apellidaba Banfort, no sé, detesto a esa señora, Alexa me contó todo lo que le hizo esa mujer, y las ganas de matarla ahora al verla, son muchas, si no fuera porque no quiero meter en un lío a Alexa, es probable que ya me hubiera tirado a su yugular.
-Al parecer tener un perro en el castillo no era suficiente, ahora hay dos, definitivamente tengo que hablar con Henry.
Bruja asquerosa, ¿por qué no la matamos?
Porque no queremos dar otro problema a Alexa.
¿Qué dices?, de seguro ella encantada con su muerte.
No nos vamos a arriesgar.
Tanto Ian como yo la gruñimos molestos por sus palabras, en verdad que es odiosa esa mujer, además de que necesito de toda mi fuerza de voluntad para no sucumbir a las palabras de Hati y a mi propio deseo de matarla, por suerte Ian tampoco hace nada, ambos sabemos que nuestras acciones podrían tener represalias.
-Ni crean que podrán asustarme, hablaré con Henry y haré que os echen a la calle como los perros que sois, este es el castillo de los vampiros, dos chuchos pulgosos no pegan aquí.
Como se suele decir, la paciencia tiene un límite, y el caso de Ian y mío no es una excepción, por lo que los dos nos lanzamos contra esa tipeja, la cual de mano se echa para atrás, eso es lo que es ella, pura palabrería, mucho hablar, pero a la hora de la verdad se echa atrás como la cobarde que es, asumiré las consecuencias de lo que esto implica, pero hoy el mundo se libra de semejante escoria.
