Capítulo 22

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Me despierto poco a poco y me estiro, esta noche he dormido en una silla al lado de la cama para que Alec pudiera dormir más cómodo, no es precisamente lo mejor del mundo, pero para alguien que técnicamente no necesita dormir, está bien. Dirijo mi mirada a la cama y me entra el pánico al no ver a Alec ahí, no se habrá vuelto a ir, ¿verdad?

Salgo corriendo del cuarto como alma que lleva el diablo, o en este caso Alec, pues como se aleje de mi lado, se llevará consigo mi alma, no puedo vivir sin él, y maldigo que aún falten un par de días para luna de sangre y poder hacer la promesa con él, obviamente no le contaré la parte mágica del acto, pues temo que eso lo eche para atrás, esa parte se la contaré una vez esté hecha.

Llego rápidamente al comedor y me encuentro a Alec desayunando tranquilamente, por lo que suelto un suspiro de puro alivio, no se ha ido, no ha intentado alejarse de mi lado, y digo intentado, porque yo no se lo hubiera permitido, hubiera ido tras él y lo hubiera esposado a mí para que no pudiera separarse de mí nunca.

-¿Sabes?, podías haberme avisado que bajabas a desayunar - le digo mientras me siento a su lado.

-Perdón - le oigo decir y lo veo con la cabeza gacha.

-¿Te pasa algo? - pregunto preocupada.

-Nada, es solo que - para de hablar, me mira y desvía la mirada rápidamente.

-Si estás así por lo de ayer, relájate, no pasó nada, me preocupaste, sí, pero por suerte no pasó más - digo con una sonrisa, no pienso decirle cómo lo encontré ni lo que pasó después.

-No es eso - dice decaído.

-¿Entonces qué? - cada vez estoy más preocupada, no sé lo que le pasa.

-Yo... intenté huir esta mañana - mentiría si dijera que no me lo esperaba, no por nada me alivié de verlo aquí.

-Bueno, pero aún así no lo hiciste, y eso es lo que cuenta - digo y doy un mordisco a una de las tostadas que me han servido.

-Si estoy aquí y no he huido, irónicamente, es gracias a tu hermano - dejo de comer mi tostada y lo miro con el ceño fruncido.

-¿Mi hermano? - pregunto completamente escéptica.

-Sí, él me paró cuando estaba por salir por la puerta de atrás.

Le pido que me lo cuente todo, y él así lo hace, me sorprende escuchar lo que hizo mi hermano, me alegra que haya hablado con Alec y lo haya convencido de quedarse, pero me molesta que le haya contado lo de la promesa, yo no quería contárselo hasta después para que no huyera de mí, e irónicamente es lo que ha hecho que se quede, y me alegra que quiera hacer la promesa conmigo, eso hace que lo ame más todavía.

-¿Es verdad lo que me dijo?, lo de la promesa - me pregunta un poco inseguro.

-Sí, es cierto - no sé si se refiere a la parte mágica o a que yo quiera hacerla, pero en ambos casos es sí.

-¿Por qué quieres hacerla conmigo?

-¡Qué pregunta más tonta! - exclamo sin poder evitarlo - es más que obvio mis sentimientos por ti, ¿a caso aún no te has dado cuenta?

Lo observo y puedo darme cuenta de que se ha sonrojado, sigo pensando que es muy lindo, pero demasiado inocente e ingenuo, además de que aún a día de hoy se menosprecia por ser omega, y eso me molesta, y mira que pensaba que yo era inocente e ingenua, pero es que Alec se lleva la palma, yo soy capaz de ver lo que siente él por mí, o eso creo, ¿tanto le cuesta a él ver los míos?

-Dime algo, y se sincero - le digo y lo miro fijamente a los ojos - ¿qué es lo que te hace sentir inferior y tener tanto miedo a estar conmigo?, y por favor no me digas que es por ser omega, sé que eso solo es en parte, hay algo más, y quiero saber qué es - le digo seria.

-¿Cómo no sentirte inferior si es lo que te han dicho desde que tienes memoria?, ¿cómo sentir que te merezco cuando lo único que te traigo son problemas?, a pesar de que me esfuerzo, no puedo dejar de ser la misma persona inútil del principio, es verdad que he mejorado, ahora soy más rápido, fuerte y resistente, pero sigo siendo un cobarde que en una batalla real huiría sin mirar atrás, puede que ahora tenga mejores modales, pero eso no quita que muchas veces olvide todo eso y me comporte como el sirviente que he sido toda mi vida, ¿no lo entiendes?, haga lo que haga, pase lo que pase, seguiré siendo el omega cobarde y sirviente que siempre he sido y seré.

Cuando acaba de hablar puedo ver sus ojos, éstos muestran un gran dolor. Intento decir algo, pero las palabras no salen de mi boca, y en cierta forma es mejor, no sé muy bien qué podría decir para hacerlo sentir mejor; todo lo que ha dicho, no sé cómo expresarlo, pero me frustra, me frustra que piense que siempre será así, y me cabrea que haya tenido que pasar por eso, él no lo merecía, ¡nadie lo merece!

-Te equivocas - ¡al fin puedo hablar! - no tiene porqué ser así siempre, yo al igual que tú pensaba que jamás podría adaptarme a ser una princesa, que no podría acostumbrarme a todo lo que eso implica, pero lo conseguí, me llevó su tiempo, pero al final lo conseguí - digo suave y atenta a su reacción.

-No es lo mismo - dice decaído, y yo ruedo los ojos.

-Sí lo es - digo firme - yo estaba acostumbrada a una vida fría y sin amor, donde no importaba lo que hiciera, siempre hacía lo que quería cuando quería, y no me importaba bajarle los humos a cualquiera si se ponía gallito, aquí no, aquí tengo un montón de normas, disciplina, y más cosas, ni siquiera puedo salir del castillo sin la autorización de mi padre y prácticamente un regimiento de soldados - digo aburrida y le oigo soltar una risita.

-Lo del regimiento, ¿es broma verdad? - dice intentando contener la risa.

-¿A caso no has visto la seguridad que hay?, pues claro que no estoy bromeando, con eso de que tenía que ayudar a preparar la fiesta de luna de sangre, es que he podido salir sin protección, pero porque voy a un lugar protegido, y por lo general iba y venía con mi hermano y Marta.

-Hablando de Marta, ¿dónde está?

-Ni idea, en seguida vendrá, es probable que esté con Dorothy.

-¿Esa es la bruja no?

-Sip.

Sonriendo le cuento a Alec lo que pasó después de que él se fuera, a Alec le sorprendió un par de cosas que le he contado sobre ella, y parece emocionado ante la idea de conocerla, sin embargo, digamos que a Hati no le agrada mucho la idea, aunque no ha querido decirnos porqué, lo cual ha sido extraño, o al menos a mí me lo ha parecido su reacción, pero Alec no le ha dado mayor importancia, por lo que lo he dejado estar.

Al rato de estar conversando, Dorothy y Marta se hicieron presentes en el comedor, ambas hablaban animadamente, lo cual me alegra mucho, me gusta ver que mis dos mejores, y únicas, amigas se lleven bien, aunque Alec se notaba incómodo, pobre, está rodeado de chicas y no tiene con quién hablar.

Tal vez debería buscarle un amigo, alguien con quien pueda hablar, tal vez podría ser Lucas, por lo que he visto, se llevan bien, y pensando justo en él, se hizo presente en el comedor para regañar a Alec porque ya debería estar en el patio de atrás entrenando, y él se fue feliz y aliviado con Lucas, prefiere el entrenamiento a nuestra charla de chicas, no le culpo.

¿Alexia o Alexandra?  Princesa vampiro *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora