Capítulo 19

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Ha habido dos personas que han pedido el narrador de este capítulo, y cada uno quiere uno, así que este capítulo lo narrarán los dos, más o menos la mitad cada uno.

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-Pues ya está todo - dice mi padre una vez Dorothy ha firmado el contrato - a partir de ahora serás la bruja real.

Sí, así es, yo he estado al lado de Dorothy todo el rato, y no solo yo, también Marta, aunque a ella se le notaba que no entendía nada de lo que pasaba, yo...bueno, digamos que entendí a medias, pero lo importante no es eso, lo importante es que a partir de hoy Dorothy será la bruja real (inserten grito chillón de adolescente emocionada).

-Muchas gracias majestad - dice Dorothy.

-Por favor, llámame Henry.

-De acuerdo, Henry - dice Dorothy con una sonrisa e intentado no soltar una risita.

-Mandaré a alguien para que te enseñe tu habitación - le dice con una sonrisa agradable.

-¿Puede ser la que está al lado de la mía? - le pregunto a mi padre emocionada, y tal vez, solo tal vez, con un volumen un poco más alto de lo normal.

-Si Dorothy quiere, por mí no hay problema - dice mi padre intentando no reírse por mi arrebato de niña pequeña, miro a Dorothy expectante.

-Claro, ¿por qué no? - dice ella intentando no reírse también.

-¡Bien! - exclamo feliz y ahora sí, gritando, a lo cual Dorothy y mi padre sueltan una pequeña risa que intentan disimular.

-Si quiere majestad, puedo llevar a la bruja real a su habitación - dice educadamente Marta.

-Gracias Marta, y te digo lo mismo que a Dorothy, llámame Henry.

Marta hace una mueca que no pasa desapercibida para nadie, a ella le cuesta mucho quitar las formalidades, a pesar de haberla hecho mi dama de compañía, ella se considera inferior a nosotros, y no un poco, no, sino considerablemente inferior, lo cual me entristece y me enfurece, ya que me recuerda en cierta forma a Alec, Alec, ¿dónde estás?

Nos despedimos de mi padre y nos dirigimos a la que desde ahora será la habitación de Dorothy, la cual cabe decir que no trajo maleta, pero que no le preocupa porque ya la traerá con un hechizo, y así no tendrá que ver a su madre, además de que ella no sabrá dónde se encuentra, con lo que, por fin, Dorothy será libre del yugo de su madre, solo hicieron falta 60 años para eso.

Al llegar entramos y le enseñamos la habitación, tal vez exagero un poco al decir que le enseñamos, pero es que solo en el armario ya te puedes perder en él, y en eso no exagero tanto. Al acabar las bromas y chistes malos por lo de enseñar el lugar, nos sentamos en el sofá y hablamos un poco de los planes para mañana, los cuales en mi caso será observar el entrenamiento de Alec, a lo cual las chicas me han dicho que lo mío ya es obsesión.

La media noche llegó, Dorothy se fue a dormir y yo cada vez estaba más alterada, nadie me decía nada de Alec, es como si se lo hubiera tragado la tierra, o lo que es peor, que hubiera salido del territorio, ya que si es así, será más difícil encontrarlo, además de que correrá un serio peligro, ya que estará al acecho de cualquier persona con malas intenciones.

-Señorita - oigo que alguien me llama, me doy la vuelta y me doy cuenta que se trata de un soldado.

-¿Pasa algo?, ¿han encontrado a mi pareja?

-Señorita, venga rápido.

-¿Qué pasa? - pregunto asustada, temo que le haya pasado algo malo a Alec.

-Será mejor que lo vea por usted misma.

Alarmada y con el corazón lleno de angustia sigo al soldado que me ha avisado, no sé lo que pasa, pero algo me dice que se trata de Alec, y solo pensar que le pueda haber pasado algo, hace que me quiera morir, no puedo perderlo, no ahora que lo he encontrado después de tanto tiempo, en buena hora se me ocurrió pedirle a Dorothy que viese su pasado.

Alarmada y con el corazón lleno de angustia sigo al soldado que me ha avisado, no sé lo que pasa, pero algo me dice que se trata de Alec, y solo pensar que le pueda haber pasado algo, hace que me quiera morir, no puedo perderlo, no ahora que lo he...

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Sigo pensando y no encuentro sentido a nada, Hati se niega a contarme nada, la bruja no pudo ver más, y cada vez estoy más confundido. No sé cuánto tiempo llevo fuera, y sinceramente tampoco me importa, no quiero ver a nadie en este momento, ni siquiera a Alexa, y eso que ella es la persona que amo, pero no me apetece verla.

Puedo parecer un insensible ahora, pero lo que pasa es que no quiero darle otro problema más, porque eso es lo que llevo haciendo desde que llegué, causarle problemas, aunque ella lo niegue, aunque lo intente ocultar, yo me doy cuenta, tiene problemas con su padre y con su hermano, además de tener que hacerse cargo de más cosas, y todo eso es desde que yo estoy aquí.

No sé muy bien qué hacer, por un lado quiero vengar la muerte de mi madre, y aunque soy omega, el entrenamiento me ha ayudado a ser mejor; pero por otro lado no lo veo correcto, no quiero manchar mis manos de sangre, estoy seguro que eso no lo habría querido mi madre, ni siquiera para vengar su muerte.

Y después está Alexa, con la cual tengo el mismo dilema, por un lado quiero irme y alejarme de aquí para no darle más problemas; pero por otro lado no quiero alejarme de ella, al contrario, quiero abrazarla y no soltarla jamás, aunque con eso me gane el odio de su padre y su hermano.

Para cuando me quiero dar cuenta, ya he salido del territorio vampírico, y me sorprende, por lo que me dijo Alexa es difícil pasar sin ser detectado por los guardias, o tal vez exageraba, aunque conociéndola lo dudo, ¿será que al ver que soy yo me dejaron salir sin preocuparse en detenerme? Puede ser eso.

Sigo andando en mi forma lobuna, ya que abandoné mi forma humana en cuanto salí del castillo rumbo al bosque, lo sé, me comporté como un crío al salir prácticamente corriendo cuando me contaron sobre el asesinato de mi madre, pero también tenéis que entenderme, no es fácil saber que el hombre que convirtió tu vida en un infierno también es el hombre que mató a tu madre.

Ahora me vienen a la mente todos los recuerdos con ese hombre, si es que se le puede llamar así. Y lo más irónico del caso es que su hijo, el futuro alpha de la manada, es opuesto a él, siempre fue un buen muchacho que ayudaba a todo el mundo, incluso a mí, a escondidas claro, pero me ayudaba, y más después de recibir uno de los injustos castigos del alpha.

-Muchas dudas son las que te planteas - oigo una voz y empiezo a buscar a la persona de la que proviene, pero no veo a nadie.

-¿Quién eres? - pregunto al volver a mi forma humana.

-Eso no importa ahora, ¿quieres respuestas verdad? - la voz es de una mujer, eso lo tengo claro, pero no veo ningún indicio de que haya alguien, aunque tampoco es que vea mucho, ya es muy de noche.

-¿Tú me las dirás? - pregunto sin creérmelo, ¿cómo podría ella saber las respuestas a mis preguntas?

-No como tal - bufo sonoramente, estaba claro - no desesperes, la verdad llegará muy pronto - dice con voz calmada.

-¿Cuándo?, ya estoy harto de que siempre me digan eso - ¿tan difícil es que me digan las cosas sin rodeos?

De entre los árboles aparece una mujer envuelta en luz, no puedo apreciar muy bien su rostro, pero puedo ver que tiene el pelo blanco y los ojos azules, además de que está vestida con una túnica azul claro, o eso creo, ya que la luz lo vuelve un poco difuso. La mujer se va acercando hasta que queda a pocos centímetros de mí.

-No desesperes pequeño - dice y acaricia mis mejillas - en esta luna de sangre la verdad será revelada - dice y me da un beso en la frente, y todo se vuelve oscuridad.

¿Alexia o Alexandra?  Princesa vampiro *Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora