Alguien levantó la persiana bruscamente haciendo que Anastasia abriera los ojos.
—Oh, mierda ...— murmuró, tapándose sus sensibles ojos con el cojín. Eso se lo hacia su madre cuando tenía diez años. Pero, ¿ahora? Ahora que estaba a punto de cumplir los veintidós no la molestaban de buena mañana a esa manera. Cuando sus ojos se adaptaron, aparto la almohada.
—Buenos días — dijo Christian con entonación. — Date una rápida ducha y arréglate un poco. El desayuno ya esta hecho — Anastasia lo miró interrogativa. ¿A qué venia tanto afecto por parte de ese hombre frío y arrogante? —Hoy vendrás conmigo al pueblo. Necesitas ropa de tu tamaño. — dijo observando como el jersey cubría aún el pequeño cuerpo de Anastasia. — Si no quieres, tendrás que pasar con jersey's que te vayan entre siete y diez tallas grandes.
—Claro que quiero — farfulló Anastasia quitándose las sabanas de encima y sentándose en la cama. Christian Espectáculos las piernas de Anastasia. Quería acercarse a ellas y hacer de todo.
—Pero yo no tengo dinero — se excusó Anastasia.
—Te lo compro yo — dijo Christian dirigiéndose hacia afuera.
No puedo aceptar que me compres la ropa ...
—Tómatelo como un regalo. Cuando esta misión terminé ya no nos tendremos que ver más. Y al menos un recuerdo de mi te quedará, cada vez que abras el armario. — él se río. Pero a Anastasia no le hacia gracia ¿Porque? Simplemente, porque al escuchar a Christian comentar el " Ya no nos tendremos que ver más" le puso la piel de gallina por angustia. ¿Y por qué sintió eso? Aún no lo sabia.
—Bueno, ¿qué? ¿Vas a arreglarte o no?—la arrogancia volvió en él tono de voz de él. Ella se levantó mirándolo mal.
—Voy a ducharme—dijo girando sobre sus talones descalzos y dirigiéndose al baño.
—Date prisa—dijo Christian dándole una nalgada y adelantándola hacia el salón. Anastasia bufó, frustrada. Si, estaba frustrada. Claro que ahora quería que esa misión terminara ya. Y olvidarse de Christian y toda esa mierda para siempre. Anastasia llevaba una sudadera de Christian que le llegaba por las rodillas, pero le daba igual. Llevaba el único sostén y las únicas bragas que tenia. Y no llevaba pantalón ¿para que? El pelo se lo había arreglado bastante bien, aunque sin espuma ni alzador era bastante difícil. Ni maquillaje ni nada... En una casa donde solo vivían dos hombres, no había ni una gota de rímel. Christian la cogió de la mano. Anastasia sintió una punzada en el pecho.
—Es mejor así. No quiero que suceda algo de nuevo—le miro su pierna, apenado. Anastasia sintió alegría al saber que Christian se preocupaba más de lo normal por ella. Tiro un poco, haciéndola caminar por la calle principal, donde había la mayoría de las tiendas. Entraron en una de jeans. Pasaron a la gran sección femenina y Anastasia miró alrededor de ella. Christian cogió un par de pantalones del estante de arriba. Unos azul oscuro, y unos más claritos.
—¿Que tallas usas?
—La cuarenta.
—Estás delgada.
—No digas tonterías.
—No las digo. Soy un hombre...y te recuerdo que te vi perfectamente en paños menores y éstas estupendamente.
Anastasia se ruborizó. Christian le alcanzó sus tallas de esos dos pantalones. Anastasia los desplegó y los observo. De cintura baja y apretados del muslo y pierna.
—Esto es demasiado para mi. No tengo suficiente.
—Pruébatelos. Estoy seguro de que te quedaran perfectos.—le cogió de los hombros y la adentro en el probador. Eso no la había molestado. Al contrario...sonrió. Estoy comprando ropa para mi con Christian. Se probo los pantalones más oscuros. Se miro al espejo. Parecía tener las piernas más largas y un mejor culo. Eran lo suficiente bajos para que fuera enseñando algo del bajo vientre. Corrió la cortina de nuevo. Christian la miró, sentado en el banco de enfrente, donde había otros hombres esperando seguramente a sus mujeres.
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Protégeme
Fanfiction"Protegerla de cualquier peligro. Tú eres el mas adecuado para ello, eres uno de los mejores entrenados". -Christian Grey y Anastasia Steele. Historia adaptada para el universo de nuestros amados personajes de la saga cincuenta sombras, todos los cr...